UN CANTO CON FUNDAMENTO
por
Héctor García Martínez
Fue una personalidad
sobria, humilde, consciente del destino que le marcó el camino: luchar por la
vigencia de la música pampeana.
Sentía cuál era el rumbo a
seguir. En parte tuvo el ejemplo de Atahualpa Yupanqui, a quien admiraba y
consideraba su maestro.
Sostenía: "maestro no es
un modelo a imitar, sino un camino a seguir". Identificada desde la infancia con
la música de las llanuras allá en Santa Fe, en el campo de su abuela ranquel fue
fiel a los mandatos interiores, escuchando a los cantores de la tierra.
A pesar de los obstáculos
que suelen surgirle a muchos artistas, continuó firme sin desviar el rumbo.
Trascendió en un momento que predominaba un gran furor por la música salteña,
que era la que se imponía en todo el país. En medio de ese entusiasmo ella se
presentaba en festivales, peñas, encuentros multitudinarios, etc. El canto de
Los Chalchaleros y Los Fronterizos gravitaba con fuerza masiva. Esta
cancionista, sin hacer concesiones y acompañándose con su guitarra en Cosquín y
en encuentros similares, con públicos propensos al aplauso fácil y espontáneo,
cantaba un estilo, una milonga, una huella, una cifra... Y era aplaudida con
reconocimiento y respeto.
Lo mismo ocurría en el
Luna Park de Buenos Aires, en encuentros dirigidos por el peruano Hugo Guerrero
Marthineitz, ante catorce mil personas. Pese a que los organizadores sostenían
que la música surera apagaba el espíritu brillante y "para arriba" de los
festivales porque era aburrida, monótona.
Sin embargo Suma Paz
obtenía el mismo resultado: aplauso y respeto.
La visión de la pampa desde arriba del caballo también estaba incluída en sus interpretaciones.
Oriunda de Bombal, Santa
Fe, creció y comenzó la educación escolar en Pergamino, Provincia de Buenos
Aires. Vivió un tiempo en Rosario, donde ingresó a la Universidad, en la que se
recibió de Licenciada en Letras. La formación obtenida con el tiempo contribuyó
a consolidar la fuerza de su canto, en contacto con los "anónimos" de la
llanura y los vínculos con grandes figuras como Atahualpa Yupanqui, Eduardo
Falú y Ariel Ramirez.
De su madre recibió las
primeras lecciones de música, completadas después en el conservatorio de
Pergamino. Tocaba el piano, leía correctamente las claves de Fa y Sol.
Con el piano se hacía
escuchar en su época de estudiante en Rosario ante compañeros de facultad. Pero
también con el canto acompañado con guitarra.
Con don Atahualpa, en ocasión de un homenaje realizado a Yupanqui en San Miguel de Tucumán.
POR LA HUELLA LUMINOSA DE YUPANQUI
En un reportaje en forma
de libro que le hizo el destacado periodista y crítico musical Reneé Vargas Vera titulado "Suma PAZ, por la Huella Luminosa de
Yupanqui", ante la pregunta de si tenía ídolos respondió: "No tengo ídolos.
Tengo maestros". Reiteramos uno de sus maestros fue Atahualpa Yupanqui,
quien en sus comienzos le
aconsejó: "Mire m`hija que es duro todo esto. Muy duro. Si usted está
dispuesta, asuma el caso y aguántesela" En otro momento le expresó: "Usted colóquese
siempre detrás de lo suyo. Lo principal es lo que usted hace, su trabajo
siempre tiene que estar adelante" Llegada a Buenos Aires, fue una de las
artistas que entró por la puerta grande sin proponérselo. Desde Rosario fue
invitada a dar una prueba en Radio Belgrano. Fue aceptada, grabó su primer
disco en R.C.A Victor. En Radio Belgrano entró a formar parte del espacio "Aquí
está el Folklore" conducido por Julio Márbiz. La trascendencia obtenida la
llevó luego a formar parte de otro ciclo, reemplazando a Eduardo Falú, que
salía de gira al exterior y así continuó su trascendente itinerario. En el
citado reportaje realizado por Vargas Vera, ella comentó una de las tantas
vivencias felices que tuvo por esa época: "Hace un tiempo, después de una
actuación en la Provincia de La Pampa, se acercó de entre el público un hombre
joven, un criollo de la región a darme la mano. Veía que se acercaba con un
poco de temor. Entonces lo miré con simpatía, él se aproximó y me dijo: `Mire señora, yo le quiero decir algo: cuando
la escucho a usted y miro afuera por la ventanita de mi rancho, es igualito` ¿No es hermoso?"
Radio de lujo: Suma rodeada por Los Cantores de Quilla Huasi y en primera fila los troesmas locutores Jaime Font Saravia y Ricardo Jurado.
SUPERANDO TIEMPOS DE CAMBALACHES...
Como ya fue indicado, muchos
artistas tuvieron que pasar momentos difíciles de dudas e incertidumbres. Suma
Paz no fue la excepción. Luego de grabar el primer disco en R.C.A Victor, la
empresa cambió de gerente. Trajo de Estados Unidos al ecuatoriano Ricardo Mejía.
La empresa quería levantar el nivel de ventas. El nuevo gerente tenía orden de
crear un elenco de músicos en castellano similares a Elvis Presley, Paul Anka y
Neil Sedaka. Por eso formó un grupo integrado por Los T.N.T, Violeta Rivas,
Jolly Land, Marti Cosens, Rocky Pontoni, Palito Ortega, Chico Novarro y otros:
el Club del Clan (¿o el clan Mejía?)
Suma Paz comentó "R.C.A se estaba hundiendo. El nuevo funcionario logró
repuntar las ventas. De ahí yo no se por cual razón decidió que yo prosiguiera"
Esta fue una prueba de fuego para Suma y sin pensarlo superó dignamente la
situación. Ricardo Mejía, barrió del camino a muchas figuras de la música
ciudadana. Juan D `Arienzo fue exceptuado por tener con la firma un contrato
imposible de rescindir. En 1961, la empresa batía el record de ventas de su
historia con el elenco mencionado. Ricardo Mejía, había invertido mucho para el
lanzamiento de este "clan". De modo que tuvo otra idea: recuperar con Carlos
Gardel los pesos que había invertido en Jolly Land, su segunda esposa. Entrevistó
entonces a Armando Defino, que manejaba los derechos sucesorios de Gardel y le
propuso comercializar las bandas sonoras de las películas del Zorzal Criollo.
Don Armando lo echó de la casa. En esos días RCA Victor lo invitó a renunciar. Entonces
Mejía se fue a Estados Unidos, dejando aquí a su señora y dos hijos sin
recursos económicos...
EL MUNDO SIGUIÓ ANDANDO
Suma prácticamente no
realizó giras internacionales. Salvo en 1968, que ofreció recitales en Nagoya y
Tokio, Japón. En la citada entrevista de Vargas Vera se puede leer: "Te
pregunto porqué se ha difundido la caprichosa idea
-que yo siempre discutí-
de que Falú es la técnica y que Atahualpa sólo tiene alma pero no técnica.
¡ABSURDO!" Suma: "A mi me fastidia enormemente cuando alguien dice esto. Porque
es absolutamente falso. Falú es como dijo un japonesito de 16 años, en una de esas
evaluaciones públicas que hacen sobre los artistas extranjeros, algo más que
técnica. El chico conocía solamente a tres argentinos consagrados a la
guitarra. Y describió así: "Uno es el mensaje de la tierra agreste y fuerte": Falú.
Hay otro -dijo- que es el sabio del campo: Atahualpa y ella (por mi) es la
ternura de la tierra. Profundo buceo...." "Era un chico de 16 años... en Japón.
Estaba vestido con el trajecito Mao que llevan los estudiantes en Japón, con
botoncitos, el cuellito pequeño y esa gorrita..." "Ellos tienen una gran
evolución. Los jóvenes japoneses nacen sabiendo. Es impresionante".
Suma Paz se fue del mundo
seguramente con una sonrisa para el anonimato y el olvido. Por tener una
actitud incondicional por el mantenimiento de la vigencia de la música
pampeana.
Por eso no se fue más de este mundo. Alguien
sostuvo en el anonimato que la música, las poesías, los cantos "quedan en el tiempo para que la muerte no
tenga la última palabra".