por Ricardo Luis Acebal
En el año 2010 visité por
primera vez Ushuaia. Con la inestimable compañía del coronel Valentín Ugarte
recorrí la "costanera", próxima al
puerto y al ahora museo que otrora fuera la cárcel más temida por cualquiera
que estuviera en situación de ser penado.
Don Ugarte me mostró los
bustos que se han instalado para que todo visitante reconozca a los pioneros de
la presencia del hombre en el Continente Antártico: Garlach, Sobral, Irizar,
Giro Taper. Como es fácil colegir a todo argentino que recorra ese sitio le
interesa la historia de esos héroes, sobre todo la de los compatriotas.
Y el coronel me hizo notar
que allí "falta" un busto, el del general Hernán
Pujato. La pregunta que yo hice fue ¿Quién fue Hernán Pujato? Ya que a mi
nunca en la escuela primaria, ni en la secundaria y tampoco en algunos de
los terciarios que he frecuentado nadie
me había dicho nunca que había un héroe argentino a quien todos los argentinos (civiles
y militares) le debemos la afirmación de nuestros derechos en la Antártida y
que se llama Hernán Pujato.
Tampoco me había tocado
pasar por una calle, una plaza, una estación de ferrocarril, un apeadero, un
barrio lejano al centro, etc. que se llamara Hernán Pujato, o General Pujato.
Valentín Ugarte me ilustró
abundantemente acerca de ese oficial entrerriano que un día le propuso al
general Perón un plan para que el
Ejército Argentino fundara bases en nuestro sector antártico y entonces los
científicos pudieran instalarse y hacer todas las investigaciones necesarias
evaluadoras de lo que en 1949 era un misterio: ¿qué cosas útiles hay para el
hombre en ese continente donde las temperaturas se miden en decenas de grados
bajo cero y las tormentas vienen con vientos de hasta 300 kilómetros por hora?
También me contó que el
presidente Perón le dio todo su apoyo y, desde luego, lo nombró comandante de
esa operación antártica. Había que hacerlo todo. No había un rompehielos y al no contar con el apoyo de la Marina de
Guerra había que conseguir un buque mercante
que reuniera las condiciones de seguridad para cruzar los muy peligrosos mares
que separan al continente americano del antártico.
Pujato seleccionó su
equipo, se consiguió que la Naviera
Perez Companc suministrara un barco cobrando al Estado por todo concepto ¡un
peso moneda nacional! para que, previo su acondicionamiento, se pudiera
utilizar para tamaña tarea.
El "Santa Micaela" partió
con toda la dotación el 12 de febrero de 1951, despedido con todos los honores
por Perón y Evita. Seis años más tarde, en momentos en que Pujato se alejaba
para siempre de las bases antárticas, llegó para hacerse cargo de la Base
Belgrano el entonces mayor Jorge Edgard
Leal. Este salteño sería quien cumpliría en 1965 el sueño incumplido de Pujato: arribar por
tierra al Polo Sur.
Esta historia es
apasionante, no solo por las hazañas y los "records" que estos héroes
protagonizaron y obtuvieron jugándose sus vidas, sino porque nos demuestra que
con espíritu sanmartiniano como el de Pujato podemos enfrentar cualquier
desafío. Con inteligencia, con patriotismo (que significa hacer lo que se hace
pensando en TODOS los que conformamos la Patria y no solo en un
individuo y/o un sector minoritario de la sociedad) y con la fe y el optimismo
imprescindible, que le dan valor cero a expresiones como "no se puede" o a palabras como "bajón".
Fue reconocido en vida
como "Ciudadano Ilustre de Diamante", fue nombrado Comandante Honorario del Comando
Antártico del Ejército y fue homenajeado por la Honorable Cámara de Diputados
de la Nación el 14 de agosto de 1991. ¿Porqué entonces no hay calles y
avenidas, plazas, o lugares públicos que se llamen "General Hernán Pujato"?¿Cuántas
horas en un año le dedican a él en las escuelas primarias, secundarias,
terciarias y en las universidades nacionales?
En otras palabras ¿qué se
hace efectivamente para que el pueblo argentino tenga aunque sea una mínima
idea sobre lo realizado por este patriota argentino del Siglo 20?
¿Acaso esta muestra de
"ninguneo" se debe a que para el "poder
económico" que domina nuestro país el ejemplo de honestidad, desinterés y
entrega hacia la comunidad nacional
dado por este patriota es mejor mantenerlo lo más en secreto posible? ¿Quién le
teme al general Hernán Pujato?
LAS RESPUESTAS
Un libro de 252 páginas de
20 por 28 centímetros, pleno en textos y excelentes fotografías es el que nos
responde las preguntas y nos compromete a difundir la vida y obra de Pujato y
sus compañeros expedicionarios: "El
Conquistador del Desierto Blanco HERNÁN PUJATO".
Susana Rigoz
lo escribió con el asesoramiento de Beatriz de Nóbile y la edición (María
Ghirlanda) fue posible debido al aporte de "Fundación Soldados", "Sociedad
Militar Seguro de Vida" y el "Instituto de Obra Social del Ejército".
En la página 62 están los
detalles de cómo Pujato comienza a comprobar que su proyecto antártico puede
llegar a concretarse:
En 1947 el teniente coronel Pujato fue trasladado a
Bolivia, donde pasó a desempeñarse como agregado militar en la Embajada
Argentina en aquél país. Ese destino fue decisivo en su vida. Por un lado, tuvo
la oportunidad de exponerle al entonces presidente de la Nación, teniente
general Juan Domingo Perón, su proyecto antártico; por otro, conoció a quien
años después sería su mujer, Fernanda Julia Gnecco, a quien todos llamaban
Peti.
Ese año el presidente Perón visitó oficialmente la
Ciudad de La Paz. Durante una pausa de las actividades del Primer Mandatario ,
en la sede de la embajada Pujato tuvo ocasión de hablarle de su plan. Le expuso
el proyecto sintetizado en cinco puntos fundamentales. Aquél día logró
contagiarle a Perón buena parte de su entusiasmo:
1-
Instalar al sur del Círculo Polar Antártico bases
operativas:
Sobre el límite oeste del sector.
Sobre el límite este del sector,
al fondo del Mar de Weddell, zona
que permanece sin ser conocida y
lógicamente sin ocupantes.
2-
Crear el Instituto Antártico Argentino para dirigir,
en forma orgánica y
amplia, todo lo referente al quehacer
científico.
3-
Adquirir un buque rompehielos para llevar a cabo la
penetración en los mares polares, hasta hoy no efectuada profundamente en el
continente.
4-
Realizados estos puntos, intentar llegar al Polo Sur
por vía terrestre.
5-
Colonizar con familias el lugar más conveniente, que
parece ser el área de Bahía Esperanza, donde se construirá un caserío polar.
El primer gran triunfo fue lograr que Perón se mostrara
desde el primer momento a favor de su sueño, al que ya muchos habían catalogado
de "algo presuntuoso" y hasta "faraónico". Las precisas indicaciones del
teniente general Perón a Pujato fueron que profundizara en todo lo que tuviera
que ver con el proyecto y que, a su regreso a Buenos Aires tras concluir su
comisión en Bolivia, le ampliara analíticamente los distintos puntos que le
había expuesto.
En la página 87 y
siguientes se detalla lo ocurrido el 12 de febrero de 1951, en los momentos
previos a la partida del "Santa Micaela" hacia la Antártida.
A las 7 y 30 de la mañana
llegaron Perón y Evita. La Orden de Partida, emitida por Perón, fue leída por
el capitán Mottet, segundo comandante de la "Expedición Científica a la
Antártida":
"La Antártida Argentina representa la región más
alejada y polar del territorio de nuestra Patria sobre la que nos asisten los
más inquebrantables derechos de soberanía, permanentemente declarados ante el
mundo.
El Presidente de la Nación, al confiar a todos los
integrantes de la expedición la difícil pero tan honrosa misión de llevar la
bandera de la patria a la lejana Antártida Argentina , deposita en cada uno de
ellos toda su fe de gobernante y el afecto de argentino, deseándoles el mayor
de los éxitos en tan difícil empresa".
Unos minutos antes de que la nave comenzara a
abandonar el puerto, lenta y majestuosamente, entre el ulular de las sirenas,
los sones de la banda militar y los brazos en alto de todos quienes habían ido
a despedirlos, el presidente Perón les había dicho con emoción:
"¡Partan sabiendo que el corazón de todos los
argentinos los acompaña!"
Muchos deseaban que la expedición fracasara -afirmará
muchos años después el general Pujato- como quedó muy claro en aquel comentario
del ministro de Marina que llegó a mis oídos: `Este loco se va a hundir en el
Drake`. Pero no fue así. ¡Fuimos y volvimos! ¡Y volví a ir!
Resulta particularmente
interesante lo reflejado en las páginas 90 y 91 acerca de la preocupación del
gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica sobre esta expedición argentina
¡a territorio argentino! sobre todo si se recuerda la permanente hostilidad
"diplomática" de EEUU hacia el gobierno de Perón. Y también si se recuerda la
"sociedad" de Norteamérica con Inglaterra apoyando ambos desembozadamente el
golpe que derrocó a Perón en 1955 (bombardeo de Plaza de Mayo y cañoneo de Mar
del Plata incluídos).
Al día siguiente de la partida, el embajador de los
Estados Unidos de Norteamérica en la Argentina informó de todos los detalles
del comienzo de la expedición al Departamento de Estado en Washington,
destacando algunas de las frases pronunciadas por Perón en su discurso y en la
Orden de Partida.
"Estoy seguro de que triunfarán en la empresa que han
emprendido porque conozco el temperamento de los argentinos, y sé que cumplirán
no solo con la misión que les he encomendado, sino que harán mucho más;
satisfarán nuestros deseos de conocer y hacer efectiva la posesión de aquellos
territorios sobre los cuales algunos disputarán nuestro derecho.
Quizás algún día, si la justicia no hace triunfar la
causa argentina, la haremos triunfar por la fuerza si es necesario. Estos
muchachos que están llevando a cabo esta misión saben que no será la última y
que le seguirán todas las que sean necesarias para mantener en forma permanente
el estudio y la ocupación de las bases que están comenzando a establecerse.
Me siento particularmente feliz de que este sea un
barco mercante, ya que hemos acordado con los chilenos y los ingleses no enviar
todavía fuerzas navales, por ahora, a la región antártica. Cumpliremos con
nuestros compromisos estrictamente. No sabemos si los otros que formularon
tales compromisos los cumplirán también, pero -señores-, lo que sí sabemos es
que poseemos la intención absoluta y permanente de movernos en esa región de
acuerdo con nuestros derechos y nuestras posibilidades. Eso haremos, con la
energía de esta nación, en este y en cualquier otro momento, en defensa de la
soberanía de este territorio y de sus derechos"
El embajador estadounidense también explicaba otros
puntos en su informe:
"La primera Orden del Día (se refiere a la Orden de
Partida) fue firmada por el Presidente, y hace referencia a los `derechos
inalienables de soberanía proclamados permanentemente ante el mundo`, y en ella
se manifiesta que la misión científica era requerida debido a la necesidad de
información concerniente a la región, `necesaria para la correspondiente acción
de Gobierno`. De este modo -explicaba a Washington el diplomático extranjero-
quedó claramente establecida la diferencia entre esta expedición y las
expediciones científicas desinteresadas como las que han visitado los polos con el propósito
de realizar investigaciones metereológicas y de otra naturaleza, de valor para
la humanidad en general".
La preocupación que la expedición a la Antártida había
despertado en el representante de los Estados Unidos también lo llevó a iniciar
algunas investigaciones. En aquel mensaje, después de mencionar a cada uno de
los miembros de la expedición, con sus respectivas especialidades, agregaba:
`Ninguna de estas personas es conocida en los círculos
científicos o médicos. La expedición instalará la oficina de correos más
austral del mundo, que se denominará General San Martín.`
Jorge Edgard Leal - Saludo a la Bandera en el Polo Sur
EN EL MOMENTO DE CELEBRAR EL TRIUNFO, LEAL RECORDÓ A PUJATO
El 10 de diciembre de 1965 el coronel Leal
llegó con sus hombres al Polo Sur. En el informe que elevó a la superioridad
señaló, entre otros conceptos:
-
Ese escenario actúa sobre el cuerpo y el alma y hace que el hombre
en patrulla -al tener que desarrollar largas y extenuantes jornadas de marcha,
con un deficiente descanso y una alimentación que en la Antártida y en
Patrullas siempre es incompleta y viéndose obligado a vivir en un estado de
permanente sobresalto o inquietud -llegue a un advertible deterioro
psicofísico. Los hombres sometidos a la agresión climática y al permanente
riesgo van llegando a su límite emocional y físico, y los efectos de la tensión
se conocen, entre otras manifestaciones, por una acusada disminución de peso y
un inocultable debilitamiento. No se desea con estas descripciones hacer un
panegírico de la Expedición, pero si se pretende pintar con orgullosa franqueza
los inconvenientes que se debieron vencer para cumplir con la misión impuesta.
Todo lo dicho por otra parte, son los mismos problemas a los que se vieron
abocados todos los hombres del Ejército Argentino que trabajaron ruda y
silenciosamente en el Sexto Continente desde
el año 1951 - cuando el pionero de nuestra institución en la Antártida, el
entonces Coronel D. HERNÁN PUJATO instalara Base General San Martín -para
obtener sacrificadamente la experiencia que los 10 hombres de la Expedición al
Polo habrían de aplicar para cumplir con la misión.
BUSTO
DEL GENERAL PUJATO EN TIERRA DEL FUEGO
En el Boletín de Noticias de la Fundación Marambio correspondiente a
septiembre de 2017 se puede leer:
"Se descubrirá el próximo día lunes 25
de septiembre a las 11 hs., el busto de bronce del General de División Hernán
PUJATO, en el Paseo de los Exploradores Antárticos, que se encuentra frente al
Canal de Beagle en la costanera de la ciudad Ushuaia, provincia de Tierra del
Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, entre la proyección de las calles
Rivadavia y Antártida Argentina.
En dicho paseo actualmente se
encuentran los bustos de bronce del Almirante Julián IRIZAR, el Alférez de
Navío José María SOBRAL, el Mayor EA Gustavo Adolfo GIRÓ TAPPER, el Barón
Adrien de GERLACHE, el Vicecomodoro Mario Luis OLEZZA y del señor Hugo Alberto
ACUÑA.
Esperamos que en el futuro, podamos
contar en ese lugar, con los bustos de bronce del Almirante Hermes José QUIJADA
quien comandó la primera misión aérea de los argentinos con aterrizaje en el
Polo Sur Geográfico, llevado a cabo por la Armada Argentina (año 1962) y del
recientemente fallecido General de División Jorge Edgar LEAL, quien comandó la
primera expedición terrestre al Polo Sur Geográfico (año 1965)."
La fotografía que ilustra este cierre
de nuestra nota "¿Quién le teme al general Hernán Pujato?" fue publicada por "Tierra Austral fin del mundo"
testimoniando que la inauguración se cumplió de acuerdo a lo previsto.
"Identidad Cultural" se enteró de esta
feliz noticia gracias al comentario (número 14) del señor
Ramón Taborda Strusiat
(Rio Grande, Argentina)-
24/09/2017 que puede leerse en este sitio.
Comienza
así el muy demorado reconocimiento público a la admirable obra de este
auténtico patriota argentino y deseo que a partir de ahora se multiplique a lo
largo y ancho de nuestra Patriala difusión de la gigantesca tarea que realizó.
¡Viva
la Patria!
Ricardo Luis Acebal.