A poco de comenzar, el
2016 marcó los momentos finales en esta tierra de dos expresiones genuinas de la
cultura popular suramericana: Aledo Luis Meloni, poeta bonaerense
achaqueñado caminaba hacia los 104 años; y el cuatrista mundial Hernán Gamboa, que estaba visitando su
querida Ciudad de Buenos Aires y que contaba sólo con 69.
En la sección Discos de Identidad Cultural el pasado año hicimos lugar a los compactos
editados por ambos. A los que así lo deseen les recomendamos leer en dicha
sección "
LA PALABRA ECHA A
VOLAR EN EL CANTO
" y "
EL CUATRO DE
VENEZUELA
".
La Patria Grande Suramericana ya los ha integrado a su cielo. ¡Salud
maestros! La única muerte es el olvido.
Ricardo Luis Acebal
HERNAN GAMBOA
Hernán Gamboa, famoso
cuatrista venezolano, murió el pasado domingo 10 de enero a los 69 años de edad
en Buenos Aires, Argentina.
Gamboa, conocido también
como "El Cuatro de Venezuela" (tenía una trayectoria de más de 50 años) fue
creador de la técnica "rasgapunteo".
Nació el 18 de junio de
1946 en San Tomé, Venezuela. Desde muy joven aprendió a tocar el cuatro,
guitarra y otros instrumentos de cuerda con su padre.
Su pasión y dominio por
el cuatro fue tan grande que se convirtió en el precursor del rascapunteo, una
técnica donde se combinan el charrasqueo con el punteo de la guitarra y acordes
complejos que logran un sonido único.
En 1970 también fue
fundador del conjunto Serenata Guayanesa, que integró durante 15 años.
Canciones:
Una vez
más, la música une.
"El
cuatro de Venezuela" reconcilió a bandos políticos absolutamente
enfrentados en un mismo sentimiento nacional. Así fue, pues el acuerdo de duelo
por el fallecimiento de Hernán Gamboa, fue aprobado por unanimidad en el hemiciclo
de la Asamblea Nacional de Venezuela.
El diputado Ángel Medina propuso al Ejecutivo Nacional que sea decretado el 18
de junio, fecha en que nació Hernán como el "Día nacional del Cuatro Venezolano".
"Hoy queremos reconocer a un gran músico, a un maestro para muchos; pero
sobre todo, a un hombre que llevó la música venezolana por todo el mundo y supo
representar lo mejor de nuestra cultura", aseveró.
Asimismo, el parlamentario refirió que Gamboa fue el creador de la técnica del
rasgapunteo, "una técnica que ha permitido que el cuatro venezolano pase
de ser un instrumento acompañante a ser solista, y en eso se destacó él,
marcando así un antes y un después", explicó, destacando además su
participación como fundador de Serenata Guayanesa, una de las agrupaciones
musicales más importantes del país, de la que fue uno de sus principales
compositores y arreglista durante 13 años. "Serenata Guayanesa se
transformó en ese fondo musical con el cual crecí y nos hacían llegar a lo más
profundo de ser venezolano".
Finalmente Medina envió la solidaridad y al mismo tiempo, agradeció a la
familia del músico por la colaboración en la redacción de dicho acuerdo
aprobado en la Asamblea Nacional.
Hernán, venezolano suramericano
Esta es
la semblanza con la que
Correo
del Caroní
rindió
honores ante la muerte del músico acaecida el pasado domingo 10 de enero:
Hernán Gamboa: el guayanés que entronizó el cuatro en el
mundo
Todo
estaba en rasguear y puntear. Rasguear y puntear... los dos al mismo tiempo...
La idea
era rasguear y puntear al mismo tiempo.
Para
entonces solo tenía 14. El mundo sucumbía ante la estridencia de una música con
efectos de sonido, licras, sintetizadores, maquillajes recargados y peinados
despampanantes, pero eso no distraía demasiado el joven Hernán. Prefería
siempre el "cambur pintón" de su cuatro al aire, el sonido de su
rasgueo, las infinitas melodías escondidas en su diapasón breve... esa fue su
fascinación desde los ocho, cuando para su fortuna, o de la música, el joven
Hernán escogió el cuatro como instrumento predilecto.
ALEDO LUIS
MELONI
Bolivar (Pcia. Bs. As.) 1-8-1912 - Resistencia (Chaco) 10-1-2016
ALEDO
LUIS MELONI: PAISANO UNIVERSAL
por
Bosquín Ortega
"Desnació", don Aledo. El
término es de Miguel de Unamuno. Ahora, es patrimonio cósmico y matrimonio
terráqueo del espíritu viviente del Gran Chaco del Gualamba: simbiosis poética
de un alma donada y oblada, a manera de ofrenda constante, a una comarca que lo
hizo propio y suyo en adopción fraterna. Aquel joven maestro de Estación María
Lucía la encarnó, renacimiento de gratitud, y se asumió hijo en su condición de
chaquense. Y aquí, en su abrazo de reencuentro supremo consuma su dimensión de
elegida maternidad; ya, criatura definitiva de ésta tierra que llevó "ceñida a
mi (su) costado", como una condecoración de latidos que el destino le ofreció
para honrar, poblar y cantar.
Ahora, Aledo es el hoy de su
soy: la chaqueñidad que honró, con un pudor sacramental de paisano caballero,
desde el meridiano vibrante de una pizarra en la Colonia de San Antonio a la
diminuta libreta que portaba en su bolsillo, escala y proporción vivientes de
su monumento de modestia compartidos en el pan de la palabra y en el cáliz de
una copla, comunión de su poiesis de
vate y poeta, caminante y peregrino.
Aledo, alado signo del tiempo,
pertenece, definitivo, al territorio unánime de la memoria. En vida, conoció el
privilegio excepcional, morigerado por su tímida gratitud, de ser conocido y
reconocido por tres generaciones de lectores escritores, cantores y difusores
que al sólo tríptico silábico de su nombre recitaban y cantaban en homenaje a
su mester de coplería. Fue premiado y galardonado en su patria y en otros
orbes; tuvo una silla de cátedra en la Academia Argentina de Letras; la
Universidad del Nordeste lo distinguió Honoris Causa; pero en su épica íntima
forjó su Causa de Canto con los metales sutiles y dúctiles del humilde Chakú,
de su hombre de labor y de su trance de identidad.
Despojado y destilado de
mundanidad; ascético de prédica y práctica; su religión fue el credo del amigo
y el culto de la amistad. Le bastaba su rezo, temprano, del Santo Rosario en el
templo de María Auxiliadora, antes de cumplir su trabajo de corrector en el
Norte, de la ex calle Don Bosco y la letanía vigílica de su flauta dulce, en
sus años de remanso longevo y fecundo.
Aquí es aire, viento y aroma;
surco, semilla y simiente; río, estero y aguada; siesta, fulgor y resolana;
elementos de su terruño adopcional y de su patria esencial. Su ahora es su gloria
viva en la eternidad del instante en que su poesía acuda al labio y el alma de
un hombre de su pueblo.
Don Aledo Luis, paisano:
laiacaiá, niachec: un abrazo, gracias.
La tapa del CD de Coqui Ortiz con Aledo Luis Meloni
Audio de
la nota: Voz de Aledo Luis Meloni y canto de Coqui Ortiz
Audio de
la nota: "Merengue caraqueño" por Hernán Gamboa