La clásica sede del
Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco
está emplazada en el
Palacio Noel
, excelente exponente del movimiento "neocolonial" en la arquitectura de nuestro país.
Sus salas nos brindan un panorama exhaustivo de los ámbitos culturales sudamericanos, cuya confluencia contribuyó a la formación de la primera identidad argentina.
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A partir del
28 de junio
del año 2009 el
Museo Isaac Fernández Blanco
abrió al público una nueva sala de exhibición para su patrimonio de arte colonial en el sector del
Palacio Noel
conocido como
"La Capilla",
espacio escénico inmejorable diseñado por el arquitecto Martín Noel.
Nunca fue consagrada, ni se ofició misa en ella, aunque su distribución interna es de una sola nave con su ábside y un coro al cuál se asciende por una escalera cuya baranda es réplica de la del púlpito de la Catedral de Jujuy.
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A partir de un altar, retablo e imágenes dominicas hispanoamericanas en el ábside, y la presentación de una excepcional serie de cuadros flamencos del siglo XVII, sobre la vida de la Virgen, el espacio restaurado e integrado al guión de exhición, recrea el interior de una
pequeña iglesia u oratorio
, como las que podían encontrarse adosadas a las casas principales de los encomenderos en la América Virreinal.
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La restauración y apertura como sala de exhibición permanente de este espacio, completó el relato museológico correspondiente al período colonial con
16 salas abiertas al público durante 314 días del año
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El
guión museológico
correspondiente al patrimonio del período colonial presenta las importantes piezas de la colección como ilustraciones de una narración (una de las tantas posibles). Así interpretadas, como productos emergentes de un proceso único e irrepetible, dan cuenta del quehacer cotidiano en todos los órdenes de la sociedad americana durante los siglos de conquista, colonización y evangelización del continente.
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La base de esta narración,
"el Cuarto Mundo",
destaca la paradoja histórica del encuentro y adaptación cultural entre dos realidades: Europa, segura de su fe, concebida en el pináculo de los tres mundos conocidos (Europa, Asia y Africa), y América, el "nuevo" espacio, llamativamente complejo y modificador. Los europeos llegaron con los "judíos marranos" y los africanos esclavizados, y juntos se mixturaron con la población autóctona para generar uno de los productos más originales de la historia del arte:
el barroco americano
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Círculo de José de Paez . Mulato y española sale morisco. Serie de Castas. Óleo sobre tela, México, segunda mitad del siglo XVIII.
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Anónimo. Virgen abridera, inmaculada concepción abridera. Talla policromada y estofada. España, circa siglos XVI o XVII.
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Anónimo. Sagrario, Alto Perú, circa 1735.
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Ejecutoria otorgada por Felipe Segundo a Don Diego Gutierrez Guerrero. Vitela pintada al temple y manuscrita. España, 1589.
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La primera parte del guión
da cuenta de cómo se constituyó la primera identidad del territorio que hoy comprendemos como Argentina. Para ello recurrimos a tres ejes geográfico-culturales que determinaron nuestra idiosincrasia:
"el Mundo Surandino"
, producto de la superposición del Estado español sobre el vasto territorio de dominación inca;
"la Cultura de la Selva",
o la experiencia misional jesuítica sobre las poblaciones autóctonas de moxos, chiquitos y guaraníes, y
"la Puerta del Atlántico"
, considerando a Buenos Aires como la vía de acceso al territorio del Plata de elementos permitidos desde España, hasta los no permitidos desde Portugal, Brasil y, con ellos, el resto del mundo.
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Sala "La cultura de la selva"
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Sala "El mundo surandino"
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Sala "La puerta del Atlántico"
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La
evangelización
es, sin duda, la estrategia que cruza los tres espacios mencionados y determina la producción artística americana, reglando, sustituyendo, concediendo y reescribiendo una nueva historia de la conquista y de los pueblos conquistados, el asentamiento europeo y las luchas por la supervivencia de las culturas prehispánicas. La pauta eclesial regía la vida de todos, ricos y pobres, conquistadores y conquistados, libres y esclavos, legos e ignorantes, laicos y tonsurados.
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Felipe de Rivera. Divina Pastora con donante. Óleo sobre tela, Salta, 1764.
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Anónimo. Retablo de la Pasión con dos frentes. Madera tallada y pasta modelada. Policromada y óleo. Bahía, Brasil, fines del siglo XVIII.
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Anónimo (Círculo del taller de José de Bras). San Ignacio de Loyola. Madera de cedro tallada y policromada. Misiones Jesuíticas del Paraguay, primera mitad del siglo XVIII.
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Anónimo. San Pedro de Verona. Madera tallada y policromada. Ojos de vidrio, dientes de marfil. Alto Perú (Bolivia), mediados del siglo XVIII.
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En la segunda parte
, el guión señala cómo pudieron escucharse las primeras voces disonantes, en un mundo regido por españoles, desde las filas de la Iglesia americana. Los criollos buscaron un espacio de poder que les permitiera entrelazar sus ambiciones presentes con el pasado local y construir un nuevo destino, libres de la preeminencia peninsular. La multiplicación de apariciones marianas, al compás de cientos de crónicas que las relataron, preparó el camino de santos, beatos y venerables nacidos en los reinos indianos como una demostración flagrante de la paridad del nuevo y el viejo mundo, como una señal divina del advenimiento de los criollos al poder.
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Sala "María en América".
El artesanado mestizo al servicio de los ricos indianos, la búsqueda de un estilo o gusto propio. Intercambio de influencias culturales.
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Círculo de Mauricio García. La Divina Pastora. Óleo sobre tela, Cuzco, 1756.
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Círculo de Mauricio García. La Divina Pastora. Óleo sobre tela, Cuzco, 1756.
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Paulatinamente, ricos comerciantes, altos dignatarios eclesiásticos, burócratas y profesionales indianos fueron el motor de cambio de una economía en crecimiento y el sostén de un gusto con características propias.
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Sala "Los maestros de Nuestro Arte I".
El artesanado mestizo al servicio de los ricos indianos, la búsqueda de un estilo o gusto propio. Intercambio de influencias culturales.
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Anónimo. San Miguel Arcángel. Óleo sobre tela. Cusco, Perú, primera mitad del siglo XVIII.
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Anónimo. El milagro de la mujer fea. Óleo sobre tela. Cusco, último tercio siglo XVIII.
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CRUCIFIJO. Madera tallada y policromada, plata en su color y seda. Alto Perú (Bolivia) 2º mitad del siglo XVIII (detalle)
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Sala "El contacto con Oriente"
Las colonias españolas en el Oriente, el galeón de Manila, la producción oriental para el gusto indiano, la importación de materias primas, los estilos, los artesanos, Esteban Sampzon.
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Sala "Los maestros de Nuestro Arte II"
La producción en serie, los temas originales, los ángeles arcabuceros, el desarrollo de la escultura quiteña, la filigrana de Ayacucho, la piedra Huamanga, el alabastro indiano.
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Sala "La cultura de la selva II" (Misiones de Moxos y Chiquitos)
La evangelización a través de la música, los misioneros centro europeos en el Oriente boliviano. La colección de contadores-escritorios.
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Sala "Buenos Aires, capital del virreinato"
De la pequeña aldea al puerto estratégico. El contrabando, la circulación de bienes de las áreas culturales surandina, misiones, España y Portugal.
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A manera de epílogo,
el último tramo de la narración se refiere a dos puntas del mismo relato. En primer lugar, se dedica una sala al hallazgo, explotación y producción de la plata, la nobleza y componente alquímico del metal, la riqueza codiciada del Potosí y la frustración rioplatense por alcanzarla. También da cuenta de las generaciones de artesanos plateros porteños, desde los judeo-portugueses hasta los inmigrantes italianos, sus técnicas y estilos y el producto de su arte como elementos de prestigio de una sociedad que evolucionó de tenderos a hacendados.
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Sala "Reflejos del Plata"
(Platería mobiliario, textiles en el Río de la Plata)
Desde la extracción del metal del cerro Rico, las técnicas, los estilos, los artesanos portugueses y españoles hasta la aparición de las minas de plata en territorio de las Provincias Unidas, los objetos de plata en concierto con otras producciones importadas, el nuevo artesanado, producto de la inmigración de mediados del siglo XIX, la construcción de la identidad argentina.
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Jarro. Plata en su color, martillada y cincelada. Alto Perú, Bolivia, segunda mitad del siglo XVIII.
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Anónimo. María Amalia de Sajonia (?), Reina de España. Óleo sobre tela, Buenos Aires, segunda mitad del siglo XVIII.
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Mate. Plata en su color, fundida y cincelada, Buenos Aires, segunda mitad del siglo XIX. (detalle)
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Anónimo. Carlos IV Joven. Óleo sobre tela Buenos Aires, ca. 1790.
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Al final del recorrido,
se puede ver cómo sobrevivió duramente la manera de vivir a la "hispana" a lo largo de la primera mitad del siglo XIX; más allá de las luchas de independencia, permaneció aletargada por tiempos de anarquía y finalmente decayó cuando los liberales se impusieron al tradicionalismo federal, empeñados en modernizar rápidamente a la Argentina.
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Sala "La voluntad de los pueblos"
La ruptura con la corona española de parte del puerto y sus vecinos, la anarquía, Buenos Aires y el interior, la organización nacional a la caída del gobierno de J. Manuel de Rosas, la modernización de la Nación, el fin de un estilo de vida colonial.
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Charles Henry Pellegrini. Salomé Cascallares de Villegas. Acuarela sobre papel, Buenos Aires, circa 1831. (detalle)
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Marcelino San Arromán. La bajada de Santa Lucía o la calle larga de Barracas. Óleo sobre tela, Buenos Aires, 1843. (detalle)
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Calletano Descalzi (a). Juan Manuel de Rosas. Òleo sobre tela. Buenos Aires, circa 1840-1850.
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Anónimo. Vista de Montevideo. Óleo sobre tela, Montevideo, Uruguay hacia 1850. (detalle)
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