JAIME TORRES, el Señor Charango
Informe: FRECUPO
Fotos: Rafael L. Gindin
El
miércoles 18 de mayo de 2011 en el Centro Cultural Paco Urondo (Facultad de
Filosofía y Letras-Universidad Nacional de Buenos Aires) ubicado en 25 de Mayo
217 se reconoció a un argentino imprescindible, el charanguista Jaime Torres.
Ocurrió en torno a una mesa, como puede ser la de la cocina de nuestra casa, o
alguna de un feca, o del desaparecido restaurante "El
Caidero", que Jaime y su padre Eduardo supieron hacer funcionar hace 28
años en la calle Bartolomé Mitre a poco más de una cuadra de Callao…
A
continuación se transcribe el informe que nos hizo llegar el grupo organizador
del encuentro (FRECUPO, Area Folklore del IUNA, Instituto Universitario
Nacional del Arte):
"El
gran cariño que todos los que estamos acá sentimos por Jaime es lo que hizo que
todo saliera tan bien"
, reflexionaba emocionada Perla
Aguirre que le había entregado un sentido "Ñañito mío",
composición de su padre el gran Arsenio dedicada justamente a Jaime Torres, en
el homenaje que propuso el FRENTE POR LAS CULTURAS POPULARES.
Y
tuvo razón Perla. Con la bienvenida de Graciela Dragoski, directora y dueña de
casa, la corriente de afecto que se palpaba en el Centro Cultural Paco Urondo
empezó a cobrar forma desde las palabras iniciales de Héctor Olmos
donde se trazaron los ejes del homenaje: su condición de músico
excepcional y su insobornable militancia por la cultura popular que
lo llevó a edificar el Tantanakuy. El audiovisual de Ricardo Acebal trajo
imágenes y voces significativas en la vida de Jaime y en nuestra cultura: Jaime
Dávalos, Arsenio Aguirre, Ricardo Vilca, Cipriano Tarquino, Germán Choque
Vilca, Domingo Zerpa, Jorge Calvetti, las hermanas Cari...
Visiblemente conmovido, Jaime se sentó a la
mesa y fue desgranando recuerdos y reflexiones: la importancia de tener claros
los principios de los que se parte y decirlos, no dar nada por sentado ni
tampoco dejar pasar las groserías que se cometen en este terreno, su relación
con Paco Urondo (y su satisfacción de ser homenajeado en un espacio que lleva
el nombre del poeta),
el valor
del compromiso y la lucha. Y Acebal fue convocando a los músicos invitados: el
Tata Cedrón, con quien recordaron etapas en París (Jaime consideraba la casa
del Tata como una suerte de bastión de argentinidad), y que recitó un poema de
Homero Manzi; el payador José Curbelo improvisó una inspirada décima; Teresita
Cruz y Laura Peralta le cantaron coplas en distintos ritmos; la charanguista
Adriana Lubiz lo reconoció como modelo y maestro y ejecutó Ch`isi, huayno
compuesto por Jaime Torres.
Manuela
Torres, la hija menor, bailó con Mauro Heinz la cueca "La
plumita" que Perla cantó acompañada por Adriana Lubiz y Walter Barrios en
bombo para cerrar el acto, con todos los presentes batiendo palmas para formar
parte de esa emoción que enmarcó el merecido tributo. El agradecimiento final
de Jaime Torres fue una especie de arenga para seguir en esta brega por las
culturas populares, donde residen las claves de nuestra identidad.
Un
brindis con vino tinto y empanadas caseras sirvieron para abrir el lugar del
abrazo, de las breves charlas, prolongando el estado de gracia en que todos
habíamos caído.
Elba
Boffo, su mujer y sostén afectivo, Soledad y Simona (hija y nieta), marcaron la
presencia de la familia que apoya a Jaime incondicionalmente.
Sonia
Vázquez, María Elena Pontnau, María Susana Pereira, Patricia Maitia, Pablo
Napoli, Rafael Gindín, Alberto Sorzio, Florencia Kusch, Olmos, Barrios y Acebal
fueron los integrantes del FRECUPO que participaron activamente en
la realización del encuentro.
En
la sala colmada de público estuvieron - entre otros - el artista
platero Juan Carlos Pallarols, el director teatral Carlos Alvarenga, los
antropólogos Ricardo Santillán Güemes y Mariano Garreta, María Rosa Poggi y su
hijo Marcelo Dávalos (viuda e hijo del gran Jaime) y el líder del conjunto
"Mitimaes" Rafael Lazarte.
*Troesma es un calificativo merecido
por muy pocos. Cuando a alguien el pueblo le otorga esa especie
de título honorífico, el así adjetivado puede estar seguro de que
para él no habrá nunca olvido. Maestro de maestros, eso es un
"troesma".