UN GRANDE CASI OLVIDADO
por Héctor García Martínez
Lo
recuerdo, cuando allá en los años 70 daba mis primeros pasos en la radiofonía.
Fue en la vieja sede de Radio Nacional, Ayacucho 1556, en Buenos Aires. En esos
estudios comencé como columnista en el espacio "Folklore en 870", dirigido por Horacio Alberto Agnese.
Agnese, un ser solidario
que brindó oportunidades a todos lo que se acercaban a su programa con sanas e
importantes inquietudes. Fuimos muchos los que nos iniciamos en esta
prestigiosa y difundida audición. Salíamos al aire tanto los que recién
empezábamos, como consagradas personalidades del medio.
Máximo Aguirre, consagrado
desde hacía décadas en el ambiente, formó parte del elenco conducido por
Horacio Agnese.
Aguirre, sencillo,
cordial, campechano, hizo su aporte sobre diversos temas. Era notable el grado
de conocimientos que poseía y que volcó en las variadas actividades que
realizó.
Porteño, nacido en San
José de Flores "una noche de junio,
tan oscura que ni se podía leer el año".
"Mis primeros escarceos literarios juveniles
- decía los
cometí en la revista "Leoplan", con el cuento campero "La Cruz en el
Camino"...Ya había entrado al periodismo por la puerta grande, en el entonces importante
medio Noticias Gráficas"
Máximo Aguirre: "Leoplán", "Noticias Gráficas"...
La labor periodística de
Máximo se prolongó durante años en "La Prensa", "Clarín Revista" y "Todo es
Historia" donde "entropillé notas, ensayos,
poesías y cuentos donde paisanos sureños y pingos criollos me devolvieron el
paisaje familiar y querido"
La obra de Aguirre cruzó las fronteras argentinas. Al respecto
comentó:"Desde La Sorbona solicitan
ahora mi presencia en la Ciudad Luz ¿Habrá huelga de electricistas?... De
cualquier manera no pronunciaré conferencias en La Sorbona para no menoscabar
mi condición de colaborador de "Humorón". Y continuó su labor
periodístico-literaria con los cuentos: "La Nena" y "Patea penales" publicados
en el libro "Encuentro Literario", que prologó el famoso historiador argentino
Enrique de Gandía, quien allí sostuvo: "Es un malabarista de la prosa.
Hace con ella lo que quiere. El secreto de su dominio está en que domina ante
todo a sus personajes".
Entre las diversas
actividades que realizó está la de locutor radial. Trabajó en las radios
Rivadavia, Fénix y otras, realizando ciclos sobre temáticas históricas y
gauchescas. Luego se circunscribió a ser libretista. Escribió guiones para once
películas cuyos éxitos se comentaron durante años. También fue parte de la
popular audición "La Cruzada del Buen Humor", que luego pasó a ser "Los
Cinco Grandes del Buen Humor"..."dándome
popularidad y dinero a cambio de dejar tranquilos a gauchos y caballos".Escribió
para figuras como Augusto Codecá, Tito Gómez y Pepe Arias, entre otros.
En el terreno de la música
criolla, es autor, junto con Suma Paz como compositora de una obra sobre la
vida de Belgrano: "¡Ay, Patría Mía!", grabada por ella en el sello
Odeón.
Junto al Museo de Morón se
levanta un mangrullo inaugurado durante la Semana de la Tradición de 1976, con
la asistencia del intendente y el autor de la obra, profesor Jorge Daniel
Thévenin. En ocasión de esa inauguración
Máximo Aguirre leyó su poema "El Mangrullo" y luego detalló y comentó
pelajes y aperos criollos de la época de los jinetes que allí desfilaron. Al
evento asistieron Jorge Molina Salas y Santiago Parodi, presidente del Círculo
Criollo El Rodeo.
Es enorme la cantidad de
premios, reconocimientos y distinciones obtenidas por este servidor de la
cultura y el arte nacional. A lo mencionado se suma el haber sido
vicepresidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana del Oeste, vicepresidente
y presidente de la Junta Honoraria de Estudios Históricos de Morón y Director de
Cultura de este partido del oeste del Gran Buenos Aires.
Pese a todo lo aportado a
lo argentino su obra permanece solo en el viejo horcón de los recuerdos.
Máximo Aguirre falleció
acompañado por amigos y familiares el 27 de mayo de 1986. Desde entonces los restos
de su cansancio moran en el Panteón Argentino de Artistas en Chacarita, Ciudad
de Buenos Aires.
Es absolutamente merecedor
de nuestra permanente admiración, recuerdo y gratitud.
Fuente: Biografías del
Morón sin Tiempo- de Alberto César Lacoste- (Autores Asociados- 1987)