DON
JAIME 25 AÑOS DESPUÉS
por Ricardo Luis Acebal
Entrevisté a los dos. Admiro y admiraré por
siempre a los dos. Rubén Capitanio
actualmente está a cargo de la Parroquia Virgen de Luján, de Centenario, ciudad
distante 15 kilómetros de la capital neuquina. Continúa hoy en 2020
comprometido con la lucha de los desposeídos, aborígenes y criollos de su
provincia de adopción, Neuquén. Su lucha debería ser motivo constante de
información a nivel nacional, pero como es habitual -lamentablemente habitual- luchar
concretamente, poniendo el cuerpo por los eternos postergados por el sistema
capitalista "no vende", según los famosos "medios masivos".
Capitanio salvó su vida en julio de 1976, gracias
a que De Nevares, anoticiado de que el cura de una parroquia de Berisso (Rubén)
integraba una lista de inminentes "fusilamientos" de sacerdotes católicos por
parte de la dictadura de Videla, lo invitó a dejar la Provincia de Buenos Aires
y trasladarse a la Patagonia enviándole un mensaje que rezaba: "Neuquén te
espera con los brazos abiertos". Dios hizo que aceptara el convite y trasladado
en auto por su amigo Juan Carlos Gulino se mudó para siempre al Sur.
Estos detalles los cuenta Capitanio en su libro "Hombre Fiel, el andar de Don Jaime
De Nevares", editado en 2011 por Fundación Fábrica de Artistas.
Un año antes, en julio de 1975, Capitanio había
sido consagrado sacerdote en la majestuosa Catedral de La Plata. El 6 de ese
mes y año celebró su primera misa. Concelebró con él don Jaime De Nevares y
dijo el "sermón", a pedido del cura debutante.
Parroquia Nuestra Señora de la Victoria 6 de julio de 1975. El Obispo concelebrando como un simple cura más.
De Nevares, en ese reflexivo sermón incluyó lo que
Mamá Margarita, que era la madre de San Juan Bosco, le dijo a su hijo el día de
su primera misa: "el día que dejes de ser un sacerdote pobre, tu madre dejará
de pisar tu casa".
"No te habías muerto,
simplemente habías abandonado tu cuerpo gastado en anunciar la vida. Ahora
estás más vivo que nunca", escribió el sacerdote Rubén Capitanio la madrugada
del 19 de mayo de 1995, mientras esperaba la hora de ir hacia la Catedral para
el velatorio del
obispo
Jaime de Nevares,
quien había muerto a la 1:50 de ese día. Con la muerte del obispo, a los 80 años,
Capitanio se dijo: "Ya no sería igual en la vida de
Neuquén
, de nuestra iglesia y de mi propia vida".
Y cuando la Patria se tiñó de sangre, no te atrincheraste en tu Neuquén amado. Saliste a pelear en todos los frentes; y sin abandonar tu casa, saliste a las calles de la República a decirle "No a la muerte" (R.C.)
DON JAIME: "EL AMOR DE CRISTO NOS APREMIA"
Informe de Mónica Martin en www.perfil.com
:
Desde chiquito, Jaime
Francisco de Nevares pegó un volantazo a su historia de niño bien y se entregó
de lleno a los que poco y nada tenían, los pobres. De sus propios labios podía
escucharse la historia de su bisabuelo, don José María de Nevares Tres Palacios
y Albarracín, un patriota de la primera hora a quien llamaban "el vigía", por
haber tocado las campanas del convento de Santo Domingo durante las invasiones
inglesas.
Su madrina de bautismo era
Eloísa Juárez Celman, la hija del presidente Juárez Celman, muy amiga de su
madre, Isabel Casares de de Nevares. La familia aristocrática, con cinco hijos,
habitaba un solar sobre la calle Maipú, donde ahora está la Plaza San Martín.
Jaime perdió a su padre, Jaime Francisco de Nevares, cuando tenía 5 años.
Aunque su vocación
religiosa fue muy precoz -se vislumbraba desde las aulas del Colegio
Champagnat, de donde se graduó con medalla de oro-, ya tenía bajo el brazo el
mismo título de abogado que había conquistado su padre en la Universidad de
Buenos Aires, cuando a los 27 años ingresó al Seminario de Fortín Mercedes.
Tanto lo admiró que, a los ocho años, le dijo a su madre que quería adoptar el
nombre de su padre -en realidad el obispo se llamaba José María-.
El porteñito José María (¿o Jaime Francisco?) De Nevares.
Y así fue, estudio
jurídico mediante. Con institutriz inglesa -Miss Claris- y una familia de la
alta sociedad, su madre católica hacía frecuentes donaciones a los salesianos
de la Patagonia. Su historia sacerdotal estuvo marcada por algunos hitos.
En 1955, prisión en Bahía Blanca, cuando el coletazo de la Revolución
Libertadora encarceló a 38 sacerdotes de esa ciudad, entre ellos De Nevares,
por entonces director del colegio salesiano La Piedad.
En 1961, el Papa Juan
XXIII lo nombró obispo de una diócesis flamante, Neuquén. Juró bajo el mismo
lema que había elegido para su consagración sacerdotal: "El amor de Cristo nos
apremia". En 1968, el viaje a Medellín para participar en la II Conferencia
General del Episcopado Latinoamericano le confirmó que había venido a este
mundo para predicar. Al regresar, hizo 30 mil copias de la Encíclica Populorum
Progressio (en la que el Papa Paulo VI señalaba el creciente desequilibrio
entre países ricos y países pobres) y la repartió en su diócesis.
A fines de 1969, apoyó públicamente "El Choconazo",
las huelgas obreras durante la construcción de la Villa Chocón -entre las
huelguistas había varias mujeres-.
En 1971, le dijo "no" al
presidente de facto Lanusse, cuando le ordenó bendecir la capilla de la villa
neuquina. Junto a Alicia Moreau de Justo, Rosa Pimentel, Alfredo Bravo y varias
personalidades, fundó en 1975 la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
(APDH), en busca de dos palabras por entonces olvidadas: derechos y justicia.
Luego siguieron el
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, los 100 para Seguir Viviendo, el
FOSMO contra el servicio militar obligatorio, el Servicio Pastoral para
la Comunicación (SERPAC) y la CONADEP, su participación de 1983 en la Comisión
Nacional para la Desaparición de Personas.
En 1994, integró la convencional constituyente para la
Reforma de la Constitución Argentina.
En 1976, tras el golpe militar, De Nevares y otros
obispos (Miguel Hesayne, de Viedma; Justo Laguna, de Morón; Jorge Novak, de
Quilmes; Alfredo Espósito Castro, Zárate-Campana) presionaron a la Conferencia
Episcopal Argentina para firmar un documento en el que se oponían a la
dictadura.
De Nevares quedará en la
memoria de los argentinos como un referente ético. Y mucho de lo que se sabe de
su accionar público se comprende desde los valores de su vida privada. En tal
sentido, es revelador el libro de su secretario, Juan San Sebastián: "Don Jaime de Nevares. Del Barrio Norte a la
Patagonia" (1997), en el que reconstruye una anécdota que lo pinta de
cuerpo entero, como seguramente quisiera ser recordado: "Enterado de que la esposa del ex dictador de facto Jorge Rafael Videla
estaba en Neuquén y que visitaría la Catedral, Don Jaime hizo posta en la
puerta para esperarla. Deseaba ardientemente poder hablar con la Junta Militar
para pedir por los desaparecidos y los campos de concentración. Cuando ésta
llegó, la acompañó al interior de la catedral y a la salida le dijo:
"Señora, hay muchas madres que no saben dónde están sus hijos...". A
lo que ella respondió: "Yo sé donde están mis hijos". Don Jaime le
dijo: "Creí que hablaba con una madre", y se dio vuelta para irse. La
señora de Videla le dijo: "Monseñor...". El se dio vuelta y le dijo:
"Ahora es tarde señora". Y se fue."
Rubén Capitanio durante la presentación "Hombre fiel" en Los Hornos (La Plata) (Foto: Ricardo Acebal).
Integra "Hombre fiel" un
testimonio firmado por Eduardo de la Serna-sacerdote de Quilmes:
Como muchos cristianos de
Buenos Aires, mi primer conocimiento público de don Jaime -1970- fue a raíz del
conflicto de El Chocón. Lo recuerdo también en una misa en "Santa Cruz" (¡cuándo no!) (N.de R.: Iglesia de la Ciudad
de Buenos Aires de la que fueron secuestradas varias fundadoras de Madres de
Plaza de Mayo, "marcadas" por el asesino Alfredo Astiz) en memoria de los 10
años del asesinato de Carlos Mujica.
Jaime De Nevares y Carlos Mujica.
Otro momento que tengo en
la memoria es verlo por TV en Viedma, cuando la visita de Juan Pablo II, detrás
del altar ayudando al Papa a encontrar la mejor pronunciación para saludar en
mapuche. Finalmente, no puedo menos que recordar su elección (y su retiro) como
convencional constituyente parta la Constitución Nacional-1994.
Todo esto no hace sino ser
testimonio evidente e incuestionable de un pastor totalmente compenetrado y
cercano a la suerte del rebaño. No es de extrañar que, después de su cercanía,
su misericordia, su credibilidad, don Jaime fuera con mayoría absoluta elegido
convencional constituyente sin siquiera hacer campaña. Es evidente que no
precisaba hacer campaña: su pueblo lo conocía perfectamente bien. Mucho mejor
que a tantos que precisaban "asesores", "campañas", "spots" y "propuestas".
(N. de la R.: De Nevares
obtuvo tantos votos como la suma de todos los que sacaron los candidatos
del Movimiento Popular Neuquino y el Partido Justicialista).
Don Jaime todo el año en contacto con su grey, apoyándola espiritualmente y también materialmente, sin importarle a cuántos kilómetros vivía su gente de la capital neuquina.
Don Jaime sólo se
comprometió a buscar lo mejor para la gente, y la gente "simplemente" no sólo
le creyó; más aún: ¡sabía que lo haría! Y cuando Jaime vio que entre Alfonsín y
Menem había un pacto irrompible (o mejor dicho, un paquete que no se podía
desatar) se retiró de la asamblea (como no lo hicieron otros que se jactan de
honestos/as). Esto le valió ser tildado de ingenuo o de idealista. Decir que
fue fiel a su pueblo y al testimonio de pastor creíble, parece más justo.
El 28 de abril de 1994 quien
firma esta nota entrevistó a don Jaime en la sede del Obispado de Neuquén.
Mientras sucedía el diálogo entre Obispo y periodista, en un sector del salón
atestado de papeles, cartas y bultos, el padre Juan San Sebastián trajinaba
como desde el primer día que comenzó a ser "la sombra" de don Jaime, treinta
años ha.
Con respecto a su
intervención en la huelga que realizaron los obreros que estaban construyendo
la represa de El Chocón (años 60 del siglo pasado) le recordé que los obreros
lo buscaron para que interviniera a favor de ellos...
-Me buscaron físicamente
una noche en que yo había salido. Y creo que fue por alguna intervención que
había tenido pero además por una audición de radio donde yo detallé las
condiciones en que vivía la gente del norte neuquino y también sobre sus
escuelas. Lo meché con tantas cosas del Martín Fierro que mis dichos fueron
publicados desde "Cristianismo y Revolución" (del finado Juan García Elorrio)
hasta "Criterio".
(N. de la R.: se refiere a
dos revistas que se publicaban entonces y que representaban al ala más
"izquierdista" católica la primera y a la más rancia derecha la segunda).
A raíz de eso que tuvo
mucha resonancia creo que fue que me buscaron. A la mañana siguiente -yo no
sabía que los obreros me habían venido a buscar- me habló el subjefe de policía
neuquina para decirme que había llegado la Policía Federal al Chocón, que había
tirado unos tiros y había heridos. Así que agarré la estanciera, le pedí al
padre Juan San Sebastián que me acompañara y fui. Sin saber que me estaban
esperando. En ese tiempo usaba sotana y cuando bajé de la estanciera ¡me
hicieron una recepción! Y desde entonces estamos montando el potro.
Fue muy linda la
convivencia con los obreros, la nobleza de ellos. No tocaron una bombita de
luz. ¡Pero los empresarios!... Yo me entendía mejor con los italianos de
Impregilo, con el ingeniero Orsati, que con los locales. Orsati me dijo un día:
"yo aquí no puedo hacer mucho porque estoy en país extraño, pero en Italia de
cada cinco obreros que tenemos tres son comunistas y nos entendemos, no tenemos
problemas." Pero en el conflicto de El Chocón había otras cosas. Llegó, me
acuerdo, el general Imaz, que había sido interventor en la Provincia de Buenos
Aires y después Ministro del Interior. Llegó con la Policía Federal a reprimir,
cuando esta gente lo único que pedía eran condiciones dignas para vivir y
trabajar.
La gente vivía en galpones
con piso de ripio. La chapa de las paredes no llegaba hasta el suelo... Chocón
quiere decir "muerto de frío". Era indignante cómo hacían vivir a los obreros.
Después cambiaron y los militares que estaban por hacer la infraestructura de
Sierra Grande vinieron por acá para desburrarse. Y creo que hicieron allá algo
mejor.
Si desea ver y escuchar a don Jaime De Nevares haga click
en el video ubicado a la derecha y arriba de esta página.