USTED TIENE PINTA DE TROMBONISTA
Y LABIOS DE TROMBONISTA
Entrevista y Fotos: Ricardo Luis Acebal
-¿Porqué el trombón en tu vida?
¿Cómo fue el comienzo?
-En mi pueblo, Victoria (Entre Ríos) se creó una Escuela de Música, de
Artes y Oficios, la vieja Escuela Italiana de Artes y Oficios. Ahí enseñaban
Zapatería, Escobería, Carpintería y Música. El maestro que me tocó a mi,
Sebastián Ingrao, nunca supimos cómo desde su Italia natal vino a recalar en
Victoria, con su impresionante capacidad. Enseñaba todos los instrumentos,
todos: Clarinete, Saxofón, Trombón... En ese momento, cuando entro yo, en 1950 en
la escuela no había trombones. El maestro y el intendente Cudini se comunicaron
con la Fundación Eva Perón y en poco tiempo llegó un camión lleno de
instrumentos.
Yo quise estudiar el Saxofón Barítono porque estaba de moda en ese entonces
por el jazz. El maestro me dijo "No. Usted tiene pinta de trombonista y labios
de trombonista". ¡La pegué! El 1950 me vino bien. Estuve tocando en la Banda
Municipal, de la cual hasta el día de hoy nunca me desligué porque gracias a
eso yo recorrí los cinco continentes. Gracias a los ciudadanos de Victoria que
pagaban la cooperadora, porque hubo más de un pícaro intendente que intentó
borrar esa banda para darle esos puestos a empleadas y empleados municipales,
que eran familiares de ellos.
Así que ahí empezó mi carrera. En esos tiempos escuchábamos los conciertos
de la mañana, del mediodía y de la tarde a través de las radios "Nacional" y
"Municipal" (las dos de Buenos Aires) que los transmitían. Y ahí nos empezó a "agarrar"
el interés por tocar Música pero en orquesta sinfónica
-¿Escuchaban Radio Nacional y
Radio Municipal en directo desde Buenos Aires?
-Sí, las escuchábamos perfecto. Además también escuchábamos las
transmisiones de Radio Nacional por su filial de Rosario.
Abelito hoy. En la foto de la derecha el maestro Sebastián Ingrao, cuyo nombre lleva la actual Banda Municipal de Victoria.
-A ver ¿cuántos hermanos son los
Larrosa Cuevas?
-Larrosa, porque Cuevas es un abuelo postizo. El verdadero es holandés:
Werbrauck. Mi abuela francesa, Eerén de apellido, se casó con el holandés
Werbrauck. Mi abuela tenía un carácter muy fuerte y el holandés también. Se
separaron y mi abuela, con los años, formó pareja con un español chiquitito de
apellido Cuevas. Ese fue nuestro abuelo AMIGO. Lo recordamos siempre, no a
Werbrauck
.
Somos catorce hermanos. De un solo matrimonio.
-Todos nacidos en Victoria...
-En Victoria, Entre Ríos.
-Es decir que eran el diez por
ciento de la población total de Victoria...
-(risas) El once por ciento, creo.
-¿Cómo es la cosa con respecto a
los hermanos y la Música?
-Somos cuatro músicos. Uno era maestro en la banda del Ejército. Un
historiador de una categoría increíble. Cada vez que el Ejército tenía que
decir algo sobre personajes de la Historia lo consultaba a mi hermano. Falleció
en Bahía Blanca, mal operado.
Otro era un músico, integrante de bandas del Ejército. El mayor de los
cuatro era un tipo con unas condiciones bárbaras para el trombón. Pero había
estado en el Ejército y en 1955 lo dieron de baja del Ejército. ¿Porqué? Por
peronista.
Se vino a Buenos Aires y ganó un lugar en la banda municipal, luego en
orquesta nacional y terminó en el Teatro Colón también.
-¿Cuántos años estuviste vos en
el Colón y a partir de cuándo?
-En realidad me uní al Teatro Colón a fines de 1957. Gané concursos en el
58, pero integrando orquestas que no eran pagas. Las juveniles. Con los años
gané varios concursos, pero no me otorgaban los cargos porque los jurados
hacían trampa. Tanto en la nacional como en la estable del Colón.
En 1965, estando Illia en el gobierno y el arquitecto Montero a cargo del
Colón, se realizan nuevos concursos para tomar examen y recrear la orquesta
estable, conducidos por un jurado alemán y otro italiano, que "no se casaban"
con nadie.
Entramos una serie de personajes, digamos, en esos concursos de 1965. A mi
me dieron el puesto en el 66.
Así que desde 1966 y hasta el 2018 fui solista de la orquesta estable y de
la filarmónica del Colón.
Tapa del disco "Litoral te quiero", grabado en 1984
-Vos nunca dejaste de estar en
contacto con la Música llamada "popular", teniendo en cuenta esa
descalificación que se hace de ella porque tiene origen en el pueblo y entonces
los presuntos "entendidos" la catalogan como "inferior"...
-Todo es popular, todo nace en lo popular. Después va tomando cuerpo y se
llega a la "gran exquisitez", pero todo nace en lo popular.
-Pero aún hoy existen esas
personas que hacen esa diferenciación, entre Música "seria" y Música "popular",
como si la popular no fuera seria.
-Escribir un Tango es muy difícil. Escribir un Chamamé es muy difícil. Yo
le he querido hacer tocar a instrumentistas (Corno, Trompeta, Saxofón, Violín...)
que argumentaban que era una cosa "fácil". Yo les dije: te doy la oportunidad
de que toques ocho compases de un Tango. Bueno, una cosa es que suenen las
notas y otra cosa es que puedan afirmar "yo soy el Tango". Lo difícil de tocar
es el Chamamé. Porque, digamos, hay dos temáticas. Una es en seis por ocho y
otra es en tres por cuatro. Ambas tienen que estar combinadas de una forma que
coincidan y eso es muy difícil. Entonces, el que va a leer un Chamamé, el que
no lo conoce digamos, se encuentra con la imposibilidad de tocarlo. Estoy
hablando de instrumentistas de altísimo nivel. El Chamamé es difícil de tocar,
no cuando lo tocás de oreja y naciste en el medio de Entre Ríos, Corrientes,
Misiones, Chaco o Formosa. Es muy difícil cuando lo querés leer.
El guitarrista curuzucuateño Mateo Villalba y Abel. Esta foto ilustra la contratapa del disco "Juntata linda en el Litoral" grabado en Buenos Aires, entre diciembre de 1987 y mayo de 1988
-Tengo algunas grabaciones tuyas
acerca de las cuales me gustaría conversar un poco. Sobre el origen, sobre qué
te llevó a grabar estas cosas.
Hay un disco antiguo en el que
participa Isaco Abitbol, seguramente invitado por vos, toca un tema acerca de
las campanas de su pueblo, junto a Mateo Villalba...
-Los dos discos que hay, grabados con orquesta del Colón y músicos de la
jerarquía de los que acabás de señalar, los dos discos fueron idea mia. Escribí
los arreglos, contando con la colaboración del maestro misionero Ricardo Ojeda. Un músico de verdad,
impresionante. Hizo varios arreglos para esos discos, él escribía muy bien. Yo
no sé escribir para violín y piano. El maestro Ojeda sí lo hacía. Yo le daba la
idea y él escribía. El asunto es que teníamos que representar nuestra Música,
nuestra Identidad con un nivel de jerarquía internacional. Ni más ni menos.
-En esos discos hay cosas que son
"tan de acá" que se hace difícil pensar cómo lo pueden escuchar en otros países
fuera de Argentina. Acá tenemos algo del gran creador correntino Millán Medina,
que es "La guampada". Es lindo prologar eso. La "guampada" es un duelo. Lo
cuenta Millán Medina, como todo lo de él, con una buena dosis de humor. Pero en
realidad es eso, un enfrentamiento...
-Siempre existió, sobre todo en el campo, que si le faltás el respeto a una
dama, en seguida aparecerá el que te invitará: "¡pelá el cuchillo!" ¡Claro!
-En el caso de este disco el
encuentro es con Carlos Serial. Lo he conocido a Carlitos, se de su talento, se
de su grupo "Cruz de Papel". Es muy gracioso el prólogo al entrevero, cuando él
te increpa "con la alpargata me sobra" y vos le respondés "usted no me va a
correr con una cruz de papel".
-Con respecto a la alpargata, yo presencié una pelea siendo pibe, cuando
estaba en la Escuela de Artes y Oficios y nos habían llevado al lago del
matadero municipal, donde había un campito y nosotros lo teníamos que sembrar.
Ahí vi una pelea a cuchillo entre dos tipos. Uno de ellos tiró el cuchillo y
agarró una varita. Y le pegó tantos "varitazos" en los ojos a su contrincante
que lo dejó prácticamente ciego. Y lo mismo pasa con la alpargata. Te sacás una
alpargata y lo peleás con la alpargata. Es increíble esto pero es un cuchillo
contra una alpargata o contra una varita.
-Bueno, pero eso lo sabe la gente
que integra el pueblo, la que vive en esos lugares, no en ciudades de cemento.
-¡Con la alpargata me sobra!..
-Eso fue así para esa guampada.
Nota de Redacción: Al final de esta nota, haciendo click
en el "Audio de la Nota" titulado "La guampada" podrá escuchar la
interpretación a que se alude en la conversación.
Sobre antigales y "civilizados"
-Con respecto a ese "Antigal", a
la interpretación que vos hacés de la zamba El Antigal (de Petrocelli, Nieva y
Toro), la grabación empieza con unos sonidos acuáticos que trasladan al oyente
a millones de años atrás. Antigal es un término que comúnmente identifica un
lugar donde se hallan enterrados paisanos aborígenes.
-De aborígenes acompañados con oro, plata y otros elementos muy "valiosos"...
- Muchos antigales fueron
saqueados, por el motivo que acabás de mencionar vos. Fueron sitios hurgados no
por interesados en hallar antecesores humanos sino por los que buscaban
fundamentalmente el oro y la plata que acompañaban a esos ancestros. Tu
interpretación nos ubica en tiempos muy remotos. ¿Qué sentido le diste a esos
sonidos con que comienza tu interpretación?
-Primero te digo que así como está sonando ahí o parecido lo he tocado en
algunos conservatorios, como en Alemania, donde no te permiten salirte en nada
de lo "clásico". Y cuando vos explicás lo que es, te aplauden como locos. Como
cuando tocás un Chamamé y les explicás de qué se trata. Siempre me salgo de los
principios básicos de "ser siempre serio y tocar lo que mandan las leyes".
Antigal quiere decir "lo que viene de allá lejos, tan lejos que no se sabe". Del fondo de la Historia, de allá ité.
Yo integraba un cuarteto que se llamaba "Las cuatro plumas". Tocábamos en el
Show de Antonio Prieto, Casino Phillips, los más importantes de la televisión
argentina. También nos contrataron en canales de televisión de Venezuela y
Perú. Estábamos tocando en la TV de Perú. En un canal estaba actuando Pedrito
Rico, que tenía el mismo representante que nosotros y haciéndole la contra en
otro canal de televisión "Las cuatro plumas". La primer Trompeta de la orquesta
de la televisión, que era a su vez el solista de la Orquesta Sinfónica de Perú,
como yo hacía los solos del cuarteto, me invitó a dar una clase en el
conservatorio de la universidad más antigua de América, la "Universidad
Nacional Mayor de San Marcos". Estaba dando la clase sobre qué es la Música,
cómo se interpreta, los instrumentos de metal... Y estaba una señora india, que
hablaba cinco idiomas y trabajaba en la Embajada de China en Perú. Durante mi
clase en la Universidad de San Marcos hablé sobre los antigales, acerca de todo
lo que pertenecía a esta América, que nos habían robado y habían destruido. Y
las hojas, el aire y el silbido... Y entonces la señora me dijo: para nosotros,
el aire, el viento y el silbido tienen mucho que ver con los que recorremos la
Cordillera de los Andes. El aire nos trae el sonido de lo que se está
derrumbando en ese momento o de un animal peligroso. Por eso nosotros no
corremos, caminamos... Todas esas cosas me dieron la idea de poner en "El
Antigal" la respiración, el aire, los sonidos, la hoja que cae sobre el agua.
Agua que allá arriba es cuestión de vida o muerte.
-Incluso se escucha la voz de una
mujer...
-Sí. Yo traté de rescatar a aquella mujer aborigen chiquitita, que hablaba
varios idiomas y era secretaria de la Embajada de China en Perú. Y lo que me
contó de cómo caminar la Cordillera de los Andes, en silencio, paso a paso,
escuchando el sonido del viento, la caída de la hoja, cosas a las que nosotros
no le damos bolilla.
-Todo eso está en tu versión de
"El Antigal" ¿qué trombón interpretás ahí?
-Es un solo trombón. Lo que pasa es que voy a lo grave y a lo sub agudo. Me
voy, digamos, de los registros normales.
-¿Cómo se hace para interpretar
con el Trombón esa serie de notas que con una guitarra seguramente sería mucho
más sencillo de interpretar? ¿Cómo se hace eso con la boca, para que el Trombón
te "haga caso"?
-Tenés que cantártelo vos primero, porque no hay nada escrito ahí. Te lo
cantás vos y vas tomando las notas que son dentro de la afinación normal de un
tema así. Porque es difícil de tocar. Lo que me llama la atención de "El
Antigal" es que cuando lo tocás delante de gente que no sabe de qué se trata
esto de los antigales y se lo explicás previamente, la atención que provoca en
los festivales de Brasil, Alemania, Finlandia da como resultado un aplauso como
si hubieras tocado la Quinta Sinfonía de Beethoven.
Pero yo digo que hay "algo" que ocurre como en el caso de los perros que saben
que vos estás viniendo a cinco cuadras de distancia. Hay una intuición que
funciona en esto de la Música Popular, en la gente, algo que nos revela que lo
popular es tan sagrado. Después, que evolucionemos es otra cosa.
Nota de Redacción 2: Podrá escuchar
"El Antigal" al final de esta nota haciendo click en el "Audio de la Nota El
Antigal".
Abelito hoy en su casa de Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires. Siempre con un trombón a mano...
Abelito en Alemania
-Fuiste invitado a Alemania
cuando falleció Herbert von Karajan.
-Yo había tocado en el Colón con maestros de Suiza y de Alemania.
Necesitaban un primer Trombón en la Filarmónica de Berlín. Entre 800
postulantes me tocó a mi. Todavía Berlín estaba dividida en "occidental" y
"oriental" por el muro. Yo fui al oriental, es decir el que dominaban los
rusos. Hablaba algo de alemán, porque había estudiado tres años el idioma en la
Argentina. Pero había modismos internos que yo no conocía. Entonces había una
secretaria de la Ópera que me acompañaba. Fui a hacer una presentación en un
conservatorio de lo más impresionante. No era un concierto mio sino una clase
didáctica de cómo se toca el instrumento. Había instrumentistas de todas
partes, de Japón, Alemania Oriental, Francia, Inglaterra, Estados Unidos.
Terminaba de dar la clase corrigiendo a cada nene que tocaba una barbaridad.
Pero yo los tenía que corregir. Terminado eso tenía que tocar. Como si te
sugirieran: bueno, vos corregiste a todos, ahora demostrá cómo tocás vos. Todo
el mundo toca un concierto de Trombón, que es casi siempre el mismo. Entonces
yo empezaba así: Miren, yo soy de un lugar del mundo que se llama América del
Sur. Mi país se llama Argentina, yo vivo en Buenos Aires. Somos vecinos de
Brasil, que tiene bossanova y todas esas cosas y la música nuestra es el Tango.
Nadie hablaba, pero al decir Tango se escuchó un ¡oohhh! por parte de la
concurrencia. Es automático. En cualquier parte del mundo sucede lo mismo.
¡Menos en la Argentina! (risas).
Ustedes ¿qué prefieren? ¿Qué yo toque un concierto de Trombón normal o que
toque tangos? Por ejemplo "El choclo", que es el más conocido y agregué: donde
yo nací la música que nosotros tenemos se llama Chamamé.
-En
ese momento en que vos decías eso en Alemania Oriental, en las radios
argentinas la fusiladora del 55 había prohibido decir la palabra Chamamé...
-(risas) Había que decir "música
del Litoral"...
-Y agregué: desciende de la polca alemana. Como un "himno nacional" que
tenemos las seis provincias que componen el Litoral Argentino tenemos el
"Kilómetro Once" y después hay otro que se llama "La guampada".
-¿Y qué pasó con el público?
-Todos los concurrentes, ataviados elegantísimamente, cada vez parecían más
entusiasmados con lo que se venía. Entonces, antes de tocar les dije que hay
una cosa que se llama sapucay y otra que es la zapateada. Es común porque
pertenece a la coreografía. Después de algunos compases de Kilómetro Once vino
el primer sapucay...
-¿Y los alemanes?
-Demostraban su agrado. Y después, en el medio se para un poquito la música
y se zapatea. Aplauso total. La chica que oficiaba de traductora no aguantaba
la risa. Y la terminación, antes del acorde final, otro sapucay. No tenés una
idea de lo que aplaudía esa gente, que estaba siempre seria, tiesa. Pero cuando
vos tocás Música...
Lo mismo me ocurrió con el "St. Louis Blue". Cuatrocientos años de venta de
esclavos por parte de los europeos. Entonces explico que iban a la Iglesia y
una de las canciones que nació fue el "San Luis blú". Para tocar ese tema yo
utilizo tres o cuatro sordinas, que se utilizan para cambiar los colores de la
música. Entonces iba cambiando las sordinas. Y cuando terminás con una sordina
que se llama "wah wah" y contás las historias de los africanos, de los esclavos
y con el trombón tenés que imitar el rugido de los leones, de los tigres, estás
hablando de sacarles los padres a los hijos para venderlos... Yo explico todo
eso. Y cuando terminás, en cualquier lugar del mundo, aplauso total. Yo lo he
hecho en Japón, en Estados Unidos y Canadá y la gente te aplaude igual.
Berlín oriental: Nadie hablaba, pero al decir Tango se escuchó un ¡oohhh! por parte de la concurrencia...
-Además del Trombón vos tocás
otros instrumentos...
-Sí, Trompeta Baja Wagneriana, que es muy difícil tocar con ese instrumento
en la Ópera. Hay quince tipos en el mundo que la tocan.
-Vos les diste otra relevancia. Y
más cuando tocaste con ellos Tango, Chamamé, Jazz...
-Porque siempre desde las radios manejadas se despreciaba a la Música
Popular. Entonces el Tango, que es Música de Cámara, Música en serio, muy bien
escrita, que tiene que ser bien tocado y bien cantado porque si no no sirve,
era mi representatividad. Y la Música del Litoral: En mi infancia no tenía para comer, juntaba hueso y vidrio para
vender... En el campo hay que trabajar desde chico, hay que llevar la comida o el
agua para los obreros en el medio del campo. Y nací escuchando Chamamé. Tengo
primos que son muy buenos chamameceros. El Gordo Copello y Pablo Copello son
primos mios.
Apoyado sobre un sillón, al
alcance de Abel, descansa un hermoso instrumento musical. Ante mi
requerimiento, Larrosa lo hace sonar...
-Es un instrumento que se llama Bombardino. Es un barítono. Se usa mucho en
las bandas europeas. Es un instrumento principal de las bandas. Es el tenor;
sería el "Trombón de canto". Digamos que la soprano sería la Trompeta. Como
ellos (los europeos) tocan trozos de óperas y hacen marchas sinfónicas, todo
eso, utilizan el barítono como solista. Mi maestro Sebastián Ingrao, cuando
vino de Italia en las primeras décadas de 1900 a Victoria y Nogoyá, lo hizo
como solista de Bombardino para las bandas que había montadas en esos momentos.
Y después, como Victoria siguió con una tradición de más de ciento cincuenta
años, teniendo igual que Paraná muchos años de vivencias, fue contratado para
tocar y para enseñar. En ese momento era el Bombardino la especialidad.
A este Bombardino lo compré hace veinte años para llevarlo al museo, junto a otras cosas, como los discos y como un método que compré, que tardó un año en llegar de Italia y que me lo hizo comprar Ingrao... Todo historia, para el museo de Victoria, pero no lo puedo donar porque no hay quien me reciba las cosas.
-¿Con qué metal está construido?
-Es una mezcla. Cada luthier, cada fábrica utiliza sus metales especiales.
A veces hay plata, oro, cobre...
-Es decir que es un instrumento
valiosísimo y caro.
-¡Uuuhh! Si hoy a mi me ofrecieran quince mil dólares por él no lo vendo.
Claro que, al no tocarlo, se pone duro el instrumento. Éste va para el
museo, para que nadie lo toque. Pero no sabés la cantidad de veces que recibí
ofertas para venderlo. Hay gente que colecciona. Yo mismo cuando lo compré lo
pagué caro.
(Suena nuevamente el Bombardino)
(Ejecuta unos compases de "Kilómetro Once")
Al no tocarlo se pone duro, pero el Abel lo hace sonar igual.
Nota de Redacción 3: También hay
un "Audio de la nota" al final para escuchar algunos sonidos del "Bombardino".
Abel con fondo de paisaje entrerriano. Sí don este hombre... sí don comoes... El Abel es entrerriano, argentino, suramericano y mundial...
Audio de la Nota 1: "La guampada"
Audio de la Nota 2: "El Antigal"
y a continuación "sonidos del Bombardino".