EL HIMNO NACIONAL NO ES UNA CANCIÓN MÁS
por
Ricardo Luis Acebal
Hace 8 años,
en esta página publicamos la nota que se va a transcribir a continuación:
El
periodista,
escritor y realizador de Cine Jorge Pastor Asuaje
("El
Día que cambió la Historia") envió la reflexión que se publica a
continuación y que Identidad Cultural suscribe en todos sus
términos:
"Compañeros y
amigos: el acto de anoche en Plaza de Mayo fue excelente, por la alegría y por
el contenido político que tuvo, coronado por el discurso de Cristina, que a mi
modesto entender fue uno de los mejores que le he escuchado, aunque yo no sea
uno de sus principales admiradores. Pero creo que hay un aspecto sobre el que
debemos reflexionar.
Ayer se
realizó una interpretación muy particular del Himno Nacional, que desde el
punto de vista artístico puede gustar o no, eso es simplemente cuestión de
gusto. Pero nunca se pudo escuchar con claridad la melodía original completa y
no se lo cantó completo.
No me parece mal que
se hagan versiones innovadoras en otros ritmos, hay incluso una compilación de
excelente calidad artística en la cual el Himno fue recreado en ritmos que van
desde el carnavalito a la chacarera, pasando por el tango y la cumbia, pero
respetando la melodía original. La versión de anoche no respetó tanto esa
melodía, tal vez por las limitaciones sonoras que tenía al ser casi todo a base
de percusión. A pesar de eso, se puede decir que como espectáculo resultó muy
atractivo. Sin embargo, creo que hay un problema que es más de fondo:
El Himno es un
símbolo de identidad colectivo cuyo fin es que lo puedan interpretar todos los
que se identifican con algo, en este caso con la nacionalidad argentina. Lo
importante no es la calidad de la interpretación, si no el sentimiento que se
pone en ella. Al cantar el Himno cada uno pone lo mejor que tiene de si, aunque
cante mal; los mezquinos, los miserables, seguramente pondrán muy poco, aunque
tengan buena voz. El Himno es un símbolo, no un espectáculo, y ayer se privilegió
el espectáculo. El problema de convertirlo en espectáculo es que se transfiere
el protagonismo colectivo al protagonismo de unos pocos (los actores o los
cantantes en este caso). Eso es algo que impusieron los americanos, que vieron
en la interpretación de su himno la posibilidad de publicitar a sus estrellas
de la canción, pero nosotros no debemos seguir ese rumbo. Por otra parte, hemos
tomado la costumbre de tararear los últimos acordes, pero sin cantar la letra
entera; que tiene su razón de ser, como lo tiene lo de recordar toda la
historia. Y ese acortamiento tiene que ver también con una razón comercial e
ideológica: se impuso en los partidos de fútbol internacionales, para respetar
las pautas publicitarias internacionales de la televisión. Como el Himno es muy
largo, se decidió acortarlo (se hizo también con los himnos de otros países).
El riesgo con esto es que el resto del Himno termine desapareciendo en función
de potenciar el espectáculo y eso sería como empezar a ponerle más colores a la
Bandera para hacerla más vistosa. Va a ser más vistosa, es cierto, pero ya no
va a ser nuestra Bandera, la que hizo jurar Belgrano y bajo la cual murieron
tantos patriotas, ese es el valor que tienen los símbolos.
Los símbolos
tienen el valor de condensar la historia y los significados en elementos muy
sencillos, que conservan ese valor en tanto y en cuanto mantengan una base
inalterable. Eso que hace que todos se puedan identificar en ellos. Por eso
compañeros, propongo que de acá en más no sean los artistas los que canten el
Himno, si no todos los presentes en los actos. Porque el Himno no debe servir
para el lucimiento de unos pocos, sino para que podamos expresar nuestro
sentimiento todos."
Nota de Redacción:
Hace
pocos días, celebrando el cumpleaños de un amigo entrañable, después de haber
almorzado un rico asado y de que se apagaran las velitas, cantamos el "que
los cumplas feliz", la mitad de los presentes la "Marcha
peronista" y a unos pocos se le ocurrió cantar el Himno Nacional. Desde
que me enseñaron en mi casa y en la escuela (la de hace sesenta años) que el
Himno Nacional, la Bandera Argentina, el Escudo y también la Escarapela (aunque
las leyes no estén claras en este último caso) son símbolos nacionales y, como
tales representan a todos los argentinos sin excepción y que no deben ser
objeto de ninguna manipulación irrespetuosa, nunca acepté de buen grado, por
más vinos que uno haya tomado, hacerlos objeto (a los símbolos) de manoseo
"artístico" ni "deportivo" y mucho menos de diversión de
sobremesa. Por eso ese día (del cumpleaños citado) no solo no canté el remedo
de himno que algunos hacían, ni me puse de pie como SIEMPRE hago cuando
comienzan a oírse los primeros sones de nuestra Canción Patria. Porque, como
dijo el laureado filósofo Juan Pueblo: "una cosa es una cosa y otra cosa
es otra cosa".
Hasta ahí la nota del año 2012. Hoy en 2020, con
tanto por hacer, con un país quebrado económicamente y en lucha con una
pandemia como la que estamos sufriendo, me pregunto a qué viene esto de
proponer desde un medio de difusión estatal de alcance nacional tomar en joda a
un símbolo nacional como es el Himno. Hay grabaciones de nuestra canción patria
realmente representativas de las distintas regiones de nuestro gran país
argentino como para no repetir todos los días una única versión, si es esa la
intención que se tiene al pasar cada medianoche una versión más espantosa que
la del día anterior con tal de que no sea la misma, que es lo que están
haciendo desde que comenzó el 2020.
Les propongo a las autoridades de la radio por ejemplo la de Ricardo Vilca y sus amigos, la de Nélida Argentina Zenón en lengua guaraní, la de las Cien Guitarras Mercedinas, la de los Niños Cantores del Valle de Uco con la bandita Chepoyá... Y hay muchos más ejemplos. Cuesta imaginar quién y para qué (a quienes dirige el mensaje) decide emitir versiones mamarrachescas del Himno Nacional. Miren si hay como para variar en vez de menoscabar la inteligencia de los oyentes con una "cosa" como la que se escuchó a la cero hora del 22 de julio de 2020 y otra a la cero hora del 14 de agosto de 2020 y que los lectores de esta nota podrán oir y juzgar.
Audio de la nota 1: Radio Nacional, 22 de julio de 2020 a la hora Cero.
Audio de la nota 2: Radio Nacional, 14 de agosto de 2020 a la hora Cero.