LA LARGA LUCHA POR EL SOCIALISMO NACIONAL
por
Ricardo Luis Acebal
Fotos:
Rafael Lino Gindin
-¿De qué tratan los dos libros tuyos que se
presentaron en esta última Feria del Libro de Buenos Aires (2019)?
-Uno trata de recuperar
algunos aspectos no muy conocidos de Germán
Abdala, que fue uno de los sindicalistas más importantes que tuvimos. Prosiguiendo
un recupero que había iniciado Jorge Giles con un libro sobre Abdala. En base a
ese libro y a investigaciones, reportajes que hicimos a gente que lo conoció,
más cosas que yo había tratado con él. Yo lo traté bastante, especialmente en
la época en que él armó el "Grupo de los 8" (época de Menem). Cuando vio que
Menem tomó un camino erróneo y especialmente con el indulto a los genocidas del
76...
-Cuando Menem empezó a hacer lo que no dijo que iba a
hacer...
-Claro, claro. Cuando empezó
a hacer todo lo contrario... Bueno, este es un libro "chico".
"¿Qué determinadas conclusiones?"
El otro es una especie de
memoria, de repaso, relato sobre las
vicisitudes que pasé yo para llegar a determinadas conclusiones...
-¿Qué determinadas
conclusiones?
-La "mirada
latinoamericana", por ejemplo, que yo de joven (de pibito y adolescente) no la
veía. Conocía el apoyo a los movimientos nacionales en toda América Latina y también el planteo de
pensar en que las posibilidades de un
socialismo estaban ligadas a que sea profundamente nacional, que no sea una
copia de lo que fueron los intentos en
China, en Rusia o en Yugoslavia, por ejemplo, sino que tenga un carácter
nacional. Y todo eso con caídas, tropezones, idas y vueltas, porque yo venía de
una familia radical (casi todos mis tíos eran radicales, como mi vieja) y mi
viejo era el único que venía del socialismo. Pero apreció la importancia del
peronismo en 1946.
Lo apreció no en la
Literatura sino en la experiencia de la vida. Según él me contó un día, en
1946, "en las próximas elecciones voy a votar por Perón porque veo que hay una
dignificación de los trabajadores".
Por ejemplo, en el caso concreto
de lo que él vivía en su negocio. Él reparaba relojes y alhajas, joyas. Vendía
también algunas baratijas, como pulseras y cosas así como para uso diario de
las mujeres ¿no? Y me decía que las empleadas domésticas pasaban por la vereda
de enfrente de su negocio. Ni siquiera lo miraban, porque no se les ocurría de
que hubiera alguna posibilidad de acceder ellas a alguna de las cosas que se
vendían ahí.
"Y me decía que las empleadas domésticas pasaban por la vereda de enfrente de su negocio"...
De repente, a partir de
cierta época, cuando entró en vigencia el "Estatuto del Peón" (Secretaría de
Trabajo y Previsión) "me di cuenta que se las veía más altas, porque dejaron de
usar alpargatas y empezaron a calzar zapatos con tacos y me di cuenta que a fin
de mes van a una peluquería y entonces se las ve distintas y que tienen ropa
distinta de la ropa negra con la cual venían del interior, ya que casi todas
eran provincianas. Y además empiezan a ser clientas de mi negocio. Un día se
compran una pulserita, otro día otras cosas ínfimas en valor pero que indicaban
que empezaban a ser mujeres. Que después se iban a Plaza Italia donde por ahí
se noviaban con algún conscripto. El jardín zoológico era gratuito en aquellos
tiempos, no como desde que aparecieron Menem y Sofovich que le pusieron una
tarifa determinada para ver a los monos.
"Un día se compran una pulserita, otro día otras cosas ínfimas en valor pero que indicaban que empezaban a ser mujeres."
Es ahí donde yo, que las
primeras lecturas que tengo son lecturas socialistas, empiezo a tener en cuenta
la experiencia de vida, por ejemplo yendo a una fábrica cercana a mi casa (N.
de R.: Avda. Asamblea al 800), la "Royal", que hacía polvo para hacer flanes
donde trabajaba una persona amiga de la familia, un chaqueño grandote, como
esos que aparecen en los dibujos de Carpani, a quien fui a ver y le dije
"quisiera que me presente de acá, de Royal, a algún obrero que sea socialista
porque yo estoy leyendo algunas cosas sobre el socialismo" Y él me dijo: "No,
de esa mercadería no tenemos. Acá los obreros son todos peronistas" Yo le
argumenté: "Bueno, porque algunos libros me dicen..." y me interrumpió: "los
libros a veces no dicen la verdad.
..."los libros a veces no dicen la verdad..."
Véngase un día por casa
nos tomamos un vasito de kerosene (él al
vino tinto lo llamaba kerosene) y yo le cuento la historia de los obreros y el
camino distinto que tomó el socialismo en la Argentina, que tiene por ahí el
apoyo de maestros o de comerciantes pero no de los trabajadores. Los
trabajadores han tenido un ascenso notable con el peronismo desde el 17 de
octubre del 45."
Entonces yo ahí empiezo a
replantearme cosas. Cosas que me llevan un día al reconocimiento de Jauretche,
que es uno de mis maestros, del cual tomé muchas de sus ideas para desmitificar
las zonceras que decíamos a diario por llevarle el apunte a los medios de
comunicación. Hice una experiencia muy breve de tres o cuatro años en el partido
que conducía Abelardo Ramos. Después hice una síntesis en realidad de los
planteos con respecto a la igualdad entre los argentinos, terminar con la idea
de que deba haber explotadores y explotados y promover un ascenso general de
los sectores más desamparados. Y al mismo tiempo la reivindicación de lo
nacional con un sentido latinoamericano. Eso me llevó a Hernández Arregui, a
Puiggros, a apoyar la experiencia de "los 70", la vuelta de Perón y después
comprender lo fundamental del kirchnerismo que fue un reverdecer del peronismo
con otros perfiles, con otras características.
En el libro cuento todas
esas cosas, hasta llegar a diciembre de 2018, donde en las últimas páginas me
ocupo de la pesadilla en la que entramos con el gobierno de Macri...
-Bueno, vos ya lo habías
escrito en tu libro "Mauricio Macri la vuelta al pasado"...
-Sí. Y en eso voy contando
algunas anécdotas con polémicas que he tenido, por ejemplo con algunas figuras
del rosismo de derecha...
-¿A través de los años te
amigaste un poco con Juan Manuel de Rosas?
-Sí. Yo lo reivindico a
Rosas fundamentalmente por el Combate de la Vuelta de Obligado, pero hay muchos
que lo reivindican como el gran estanciero, que no tiene nada que ver.
-No hubiera hecho la
defensa de la Vuelta de Obligado un "estanciero"...
-Claro. No estoy de
acuerdo con su vinculación con los Anchorena y la influencia de éstos en su
gobierno. Que él mismo reconoce. Y constituye un paso hacia la formación de la
oligarquía que después se va a unir a Mitre.
-Rosas desde el exilio se
quejó mucho de los Anchorena...
-Sí, porque los Anchorena
le debían mucha plata, ya que él les administraba las estancias y lo
abandonaron a su suerte cuando se exilió en Inglaterra. Rosas se refería a uno
de los Anchorena con el término más descalificatorio de aquella época:
"asqueroso". Cuando se refería a los unitarios durante su gobierno los
calificaba como "asquerosos, inmundos unitarios"...
-Era poco todavía, debería
haberle dicho cosas peores...
-Claro, claro. Para los
unitarios de hoy quizá no alcancen los calificativos que conocemos...
-La participación activa
de Rosas también fue importante para el éxito de "Los 33 Orientales"...
-Sí, además los apoyó de
una manera muy concreta. Rosas tenía una posición económica muy fuerte y apoyó
la recuperación de la Banda Oriental...
Bueno. Así pasaron las cosas.
Por ejemplo con respecto a la cultura: el libro de Discépolo, mi relación
amistosa con personajes que conocí de cerca, como por ejemplo Julián Centeya,
la importancia de Atahualpa Yupanqui, sobre quien publiqué un libro basado en
un extenso reportaje. Me recibió en su casa de la calle San Benito de Palermo,
donde estuvimos hablando como cuatro o cinco horas. No me conocía él y me dijo:
"no vamos a hablar en seco, vamos a tomar un vinito riojano"...
"Yupanqui me dijo: no vamos a hablar en seco, vamos a tomar un vinito riojano..."
-¿Qué cosa te dijo
Yupanqui que a vos te haya quedado grabada de un modo especial?
-Por ejemplo cuando a él
le preguntan en un programa televisivo "qué es ser un amigo" y contestó "un
amigo es uno mismo en otro cuero". Estaba Borges presente en esa entrevista y
al escucharlo dijo: "pero cómo no se me ocurrió a mi", a lo que Yupanqui le
dijo: "Porque usted no es paisano. Paisano es llevar el país adentro".
-Se podría decir que "lo
reventó a don Jorge Luis"... Pero contame algo tuyo solo, que vos te acuerdes de
esa charla con él. Por ejemplo eso del "vinito riojano" es tuyo solamente...
-Yo le hablé que el
periódico que en ese momento estaba haciendo con otros compañeros tenía un
enfoque latinoamericano y entonces me dijo: "América Latina es un solo poncho".
"...y entonces me dijo: América Latina es un solo poncho".
"Después tomé contacto con otras figuras también importantes, como el Comandante Hugo Chávez Frías"
Después tomé contacto con
otras figuras también importantes como el Comandante Hugo Chávez Frías, el gran
venezolano, que tenía proyectado algo que no pudimos concretar que fue armar un
centro de estudios históricos en Venezuela. A él le había gustado mucho mi
libro sobre San Martín. Además yo reivindicaba a Bolívar. Así que tuvimos una
relación tan afectuosa que me sorprendió mucho cuando en la última carta que él
escribió, ya muy enfermo, a la reunión de la Cumbre de las Américas, hizo
referencia "a un escritor argentino, Norberto Galasso, que dice que si no
nos unimos vamos a quedar divididos y dominados". Me impactó mucho porque
cuando él vino a la Argentina varias veces siempre se encontraba con el San
Martín mitrista y ahora se encontró con "otro" San Martín.
"siempre se encontraba con el San Martín mitrista y ahora se encontró con `otro` San Martín".
También tuve una
conversación con Néstor Kirchner que me dejó también una experiencia
interesante. Yo estaba en Radio del Estado (N. de R.: Radio Nacional) donde
tenía un micro. Y bueno, por ahí a vos también te habrá pasado, que un día
cambia el director y no tenés más el micro. Bueno, yo estaba con Mona
Moncalvillo en un programa donde hablaba de personajes desconocidos y un día me
dijo Mona: "nombraron subdirector de Radio Nacional a Enrique Vázquez". Vázquez
era un radical medio pro-comunista, pero en el mal sentido de la expresión, como
una tergiversación del socialismo ¿no? Y me quedé sin el micro. Entonces en una
oportunidad en que se habían reunido varios grupos intelectuales, en Carta
Abierta, donde cayó Kirchner, un amigo me dijo: "vení, saludalo a Kirchner, que
habló muy bien de tu libro de Perón". Yo lo saludé y Kirchner me trató como si
nos conociéramos desde chicos, tuteándome, con una gran confianza. Entonces yo
le dije: Néstor ¿podemos hablar de un problema que tenemos en la radio?
"Néstor ¿podemos hablar de un problema que tenemos en la radio?"
(había en ese momento del
diálogo una aglomeración de gente que estaba tomando, disfrutando de un lunch).
Entonces lo llevé a un costado y le dije: mirá, pasa lo siguiente: en radio
Nacional pasa esto, esto y esto... Me contestó: "mirá, es difícil resolver el
problema porque el nombramiento de Vázquez fue un pedido de Alfonsín, cuando
estaba muy enfermo y fuimos a visitarlo con Cristina. Nos dijo que Enrique
Vázquez estaba sin trabajo y nosotros le ofrecimos ese puesto, porque sabemos
que como periodista es un tipo capaz. Veré cómo podemos hacer". Bueno, quedamos
así, todo muy bien, me saludó. Cuando terminó la reunión y salimos del local,
creo que era una confitería, dio la casualidad que coincidimos en la salida.
Entonces yo, de puro caradura, le digo: "Néstor, no te olvides de lo que
hablamos, del asunto de la radio". Y él me contestó, revelándome que era un
político en serio, no como algunos politiqueros que abundan por ahí: "Mirá, te
pido un favor, no dejés de escribir ¿eh? No dejés de escribir. ¡Chau!".
Yo me puse muy contento
primero, por el elogio, pero enseguida me di cuenta que lo que me quiso decir
es "zapatero a tus zapatos", no dejés de escribir, déjate de joder con los
problemas políticos porque los problemas políticos los manejo yo. Eso es lo que
me quiso decir, pero me lo dijo "políticamente", con la calidad que tiene un
tipo que por algo llegó a ser líder popular ¿no es cierto?
"Comento algunos libros que publiqué y no tuvieron tanta difusión".
Y bueno, esas cosas las
cuento allí. Algunas frustrantes y otras que salieron bien. Comento algunos
libros que publiqué y no tuvieron tanta difusión, como por ejemplo uno sobre
Rufino Blanco Fombona, venezolano anti-yanqui, amigo de Manuel Ugarte. Leyendo
a Ugarte me encontré con cartas de Fombona y entonces armé un libro con algunos
escritos de él. Era un tipo así como Ugarte, de esa generación de mosqueteros,
tipos peleadores, de duelos, de romances. Entre otros, por ejemplo, en un barco
que iba a Colombia sedujo a una monja. Y después Fombona lo anotó en su diario.
Dice allí: "cuando llegué a Colombia pude desentenderme de ella. Extraordinaria
en el recuerdo siempre, ella decía que se había casado con Dios, pero sabía que
había nacido para otras cosas". Imagino que se refería al amorío que había
tenido con Fombona en el barco, con esos movimientos en el mar...
Galasso: "...se refería al amorío que había tenido con Fombona en el barco, con esos movimientos en el mar..."
Fombona se peleó con unos
contrabandistas, fue intendente de un pueblo de Venezuela. Después lo mandaron
a ser representante de Venezuela en la Banda Oriental, vino a Buenos Aires en
1944. Estuvo unos días por acá y en el hotel donde le pagaban el hospedaje, en
el ascensor baja con dos norteamericanos que en inglés se pusieron a hablar mal
de la Argentina y sobre todo "de ese tipo Perón", pensando que la tercera
persona que estaba en el ascensor no sabía inglés. Él escucha todo y cuando
llegaron a la planta baja abrió la puerta, los zamarreó y les dijo ¡yanquis
hijos de puta! En octubre del 44 se fue de la Argentina y murió poco después,
sin poder ver el 17 de octubre del 45, que le hubiera gustado mucho.
Y bueno, cosas así, que
algunas no han tenido difusión, otras han sido censuradas... Vos sabés que la
"libertad de prensa" es "libertad de empresa"... Pero con editoriales, a veces
pequeñas y ahondando en la Historia en charlas, en conferencias he recorrido
bastantes provincias de la Argentina, la mayor parte en aquellos tiempos en que
andaba de aquí para allá en centros culturales, en unidades básicas aportando
lo que podía en el terreno de un pensamiento nacional latinoamericano y una
posición de elevación y dignificación de los trabajadores. Eso es lo que me interesaba
¿no? Bueno, todo eso lo cuento...
-"Yo, Norberto Galasso..."
-(Risas)
-Por supuesto vos no lo
vas a titular nunca así...
-No, el título es "Un
largo camino hacia el socialismo nacional", pensando que, porque mantengo el
optimismo, las modificaciones en la Argentina van a ser hacia la unidad
latinoamericana pero también hacia el cambio profundo de las estructuras
económicas y sociales.
No puede ser que esta
oligarquía que tiene cajas y fondos y dineros en cuentas off shore, en los
paraísos fiscales haga lo que está haciendo: convertir a nuestro país
nuevamente en una colonia. Tal como lo estamos viviendo, con criterio de clase
muy cerrado.
Recuerdos de su trayectoria
En 1963 escribí el libro
sobre Moreno, que me lo editó "Coyoacán" que era la editorial que tenía "el
colorado" Ramos. Después hice un trabajo más importante que es la vida de
Scalabrini Ortiz, en 1969/70, antes la de Discépolo (Discepolín) en 1966...
Y de ahí habré publicado
unos 60, 70 libros. Algunos "chicos"...
Ricardo Acebal conversó "sonoramente", Rafael Gindin conversó "fotográficamente" y el Troesma Galasso nos iluminó a todos; los que estuvimos en su casa y los que leyeron esta nota.
DESPUÉS DE LA CHARLA (O ANTES SI USTED ASÍ LO PREFIERE)
No existió, no existe, ni
existirá ser humano que pretenda aportar luz a la oscuridad del Mundo que pueda
hacerlo sin opinar. Opinar es ubicarse en determinado lugar y desde allí
formular una propuesta, que seguramente confrontará con otra u otras que se formulan
desde otros "lugares".
Cuando un fotógrafo oprime
el botón disparador de su cámara, antes de hacerlo "opinó" que iba a quedar
dentro de las dos líneas horizontales y las dos verticales del cuadro, es decir
de lo que va a ver quien observe la foto ya impresa sobre papel o en la
pantalla de su computadora. Solo él sabe qué había arriba, abajo, a la
izquierda y a la derecha de ese "cuadro" en el momento de la toma fotográfica.
Lo mismo ocurre con un pintor, con un
escultor, con un compositor de música, con un letrista, etc.
Podría seguir abundando
con ejemplos en las disciplinas artísticas y también en las llamadas ciencias
sociales, pero prefiero formular una pregunta:
¿Cómo puede ser que
transcurriendo ya casi la segunda década del Siglo 21 todavía se escuche o se
lea: "si escriben o hablan de cultura no mezclen la política" o "un historiador
no debe meterse en política, debe analizar los documentos que investigue y
publicar todo, guardando neutralidad ante los hechos históricos"?
Yo creo paisano que el asunto es opinar cuando se tiene
conocimiento sobre lo que se opina, porque para opinar por opinar y afirmar
o negar cualquier cosa ya están hoy por hoy los "opinólogos"conductores de los
principales programas decanales de televisión y radios de Buenos Aires y otras
ciudades importantes de nuestro país.
R.L.A.
Norberto Galasso nació en Buenos Aires el 28 de julio de 1936 y como él mismo expresa en esta nota publicó "unos 60, 70 libros..." ¿Será que sus opiniones son dignas de ser consideradas?