EL CANTITO QUEDA, PERO PIZZUTI SE VA CON SUS SILENCIOS
por Guillermo Blanco
El inolvidable periodista Eduardo Rafael, Juan José Pizzuti, Juan Carlos Rulli, Humberto Maschio y el autor de esta nota: Guillermo Blanco. (Foto gentileza G. Blanco)
Ahora resulta
que de pronto la palabra Pizzuti se instala en la boca de todos junto al
cantito añejo que los veteranos recuerdan porque lo tienen incorporado a
la memoria futbolera. "Y ya lo ve, es el equipo de José". Casi 55 años después
de que el mejor autor colectivo que se conozca, y no es otro que el anónimo
hincha anudado en el grito con sus pares tribuneros, vuelve el estribillo
paria, ya que el tema queda resumido en esa frase.
El, "Tito", Juan José Pizzuti, el padre de aquella criatura llamada Rácing
del `66, ya no la escuchará más. Y su recuerdo quedará en poco tiempo otra
vez guardado en el costado izquierdo de aquellos que aman los silencios de la
música.
Por eso cuesta
tanto imaginarlo a José en estos tiempos acomodado en un banco, calladito,
sentado, observando todo, consciente de que su lugar y su tiempo es la semana y
no el momento en que sus jugadores están actuando en el escenario. Cómo
imaginarlo pegando gritos como un desaforado, cual intérprete de rock
salido de quicio o como algún colega suyo sampaolizado como el técnico
casildense en Rusia `2018.
No. José hizo
que su equipo mostrara toda la música posible hasta superar la instancia
sublime ante el Celtic con la rúbrica final del zapatazo lejano del Chango
Cárdenas. Pero aportando además todo su silencio, sin el cual la partitura
hubiera sido otra. Nunca un exabrupto, ni como jugador ni como técnico. Acaso
una débil expulsión en el `59 cuando después del desastre de Suecia fue
convocado al seleccionado y recibió una roja en Guayaquil. Y después de haber
sido una excelente pieza de equipo en la recordada delantera Corbatta, Pizzuti,
Mansilla, Sosa y Belén, de esas que uno se sabía de memoria como otras de su
tiempo, como entrenador aportó lo suyo para que de a poco el fútbol argentino
fuera encontrando la luz tras la paliza checoslovaca del Mundial `58.
Pizzuti: "todos al ataque".
Contaba Julio César Pasquato, con quien tuve el
honor de compartir el staff de El Gráfico
como redactor especial, y lo escribió en un libro de alto vuelo, que Racing
1966 se encargó de darle un soplo nuevo, vital, dinámico y pujante al fútbol
triste que se estaba viendo. Pizzuti impuso la consigna de "todos al ataque", y
aquel Racing, que apuntalaba Perfumo desde el fondo y terminó de armar Huberto
"Bocha" Maschio a su regreso de Italia, hizo una revolución. Casi podría
decirse que aquel cuadro albiceleste, que de "Academia" tenía solo el
sobrenombre, porque era puro vértigo, fue el más cercano antecesor de lo que
expuso Holanda con su mecanismo anaranjado del ´74".
Y proseguía:
"Lástima que ese ciclo arrasador racinguista llegó un poco tarde. Porque el
Seleccionado Argentino que viajó al Mundial de Inglaterra se estructuró y
funcionó dentro del concepto anterior, exageradamente defensivo, escasamente
atacante. No tuvo tiempo de recibir el influjo del juego dinámico, fructífero y
apetente que Racing imponía a través de las subidas de Coco Basile y el
Panadero Díaz, explotando la rotación permanente del Chango Cárdenas y el Bocha
Maschio".
En el libro que
escribimos con Ariel Scher
(racinguista acérrimo) y Jorge Búsico, llamado "Deporte nacional, dos siglos de historia", reflejamos uno de los
hitos de la misma, "El equipo de José". Y recordamos: "A mediados del `65
Rácing estaba último y se había quedado sin técnico". Y como nadie quería
agarrar el mango ardiente, la dirigencia le ofreció el cargo a un notorio ex
jugador, con un reciente paso como técnico por Chacarita.
"Pizzuti debutó
venciendo a River por 3 a 1 (dos goles de Juan José Rodríguez y uno de
Castillo; y Luis Artime para el perdedor) e inició una racha histórica. Al
final del torneo, tras 14 fechas invicto, Racing ocupó el quinto lugar. Al año
siguiente introdujo algunas variantes: lo ubicó a Perfumo como primer marcador
central, a Alfio Baile, que era volante, como segundo zaguero, y a
Rubén Díaz, seis en la tercera, de marcador de punta.
Con varios
refuerzos (Spilinga, Mori, en trueque con Independiente por el pase de
Pastoriza y Martinoli) el equipo se consolidó cuando Maschio,un jugador de
enorme talento, regresó de Italia. Se ubicó como volante creativo y se
convirtió en la figura del equipo. Era quien ponía la pausa justa para darle
equilibrio a tanto vértigo.
Con un fútbol
audaz y ofensivo, Racing ganó la primera rueda con 32 puntos y se consagró
campeón con 61 (5 más que River), con 38 jugados, 24 ganados, 13 empates y la
formidable marca de un solo encuentro perdido, con River 2-0 en la 26° fecha,
el día que finalizó la excepcional serie de 39 partidos invicto, una marca que
perduró casi 33 años, cuando la quebró el Boca de Bianchi".
Llegó la
Libertadores, que ganó dejando atrás a Nacional, de Montevideo, y los duros
enfrentamientos ante el Celtic, de Glasgow, que con el fútbol poco claro pero
con la efectividad con la que solía prevalecer en base a la potencia de los de
atrás yendo al ataque y la cobertura defensiva que proponía Perfumo, tuvo el
condimento del bombazo lejano de Cárdenas para quedarse con el primer gran
trofeo internacional.
Quedaron en la
también silenciosa historia del paso de Pizzuti por la selección sus 12
partidos como jugador entre el ´59 y el ´61, y los 25 como técnico cuando
hubo que empezar a subir otra cuesta empinada, la que apareció tras la
eliminación para el Mundial de México `70, entre ese año y el `72. Y desde
entonces mantuvo una línea con la que ahora se retira, a los 92 años, y se
lleva en el bolsillo de su saco la honradez de siempre.
Y esos
silencios que le son propios, y que ya no se usan para que respiren los
desafinados acordes de una música "distinta", como le pondría José con su
respeto eterno
.
PEQUEÑO RESUMEN DE LA HISTORIA DE UN GRANDE
Juan José
Pizzuti nació en el porteño barrio de Barracas el 9 de mayo de 1927 e hizo su
debut profesional en la primera división de Banfield en 1947 a la edad de
19 años. Para ese club jugó 77 partidos, convirtiendo 47 tantos. Se destacó así
como el máximo goleador del fútbol argentino en 1949, lo que lo puso en la mira
de varios clubes importantes. Finalmente fichó para River Plate en 1951.
En 1952, después de sólo una temporada con River, Pizzuti dejó el club para
unirse al Racing Club de Avellaneda, y se convirtió en el máximo goleador por
segunda vez en 1953.
En 1955 Pizzuti se unió a Boca Juniors, convirtiéndose en uno de los pocos
jugadores que han jugado para River Plate y Boca Juniors. Solo jugó 20 partidos
en esa temporada y volvió a Racing Club en 1956.
Pizzuti fue parte de un equipo ganador del campeonato por primera vez en 1958,
y Racing ganó el título de nuevo en 1961, junto con la recordada delantera que
formaba junto a Orestes Corbatta , Rubén Sosa (apodado "El Marqués"), Pedro W.
Manfredini y Raúl Belén.
Más tarde retornó a Boca Juniors, donde ganó su tercer y último título de
primera división y el último como jugador en 1962.
Se retiró como
jugador en 1963, habiendo anotado al final de su carrera 182 goles en 349
partidos, lo que hizo de él uno de los 20 goleadores de todos los tiempos del
fútbol argentino.
También jugó para la Selección Argentina entre 1951 y 1959, formando parte del
equipo para el Campeonato Sudamericano de 1959.Marcó 3 goles ayudando al equipo a ganar el título.
Tras dejar el fútbol como jugador se transformó rápidamente en director
técnico. En 1964 debutó en Chacarita y aunque no le fue muy bien (terminó 12 de
16), fue convocado para dirigir al Racing Club.
Ocupó el cargo de director técnico del Racing Club en 1965, lo llevó a ganar el
campeonato en 1966 y luego vio a su equipo derrotar a Nacional de Montevideo en
la Copa Libertadores de América de 1967. Luego Racing Club sumó un nuevo éxito
internacional al derrotar al Celtic de Glasgow ganando la Copa Intercontinental
y consagrando a Racing como el primer equipo argentino en ser campeón del mundo
a nivel de clubes. Ese exitoso equipo de Racing fue conocido como "el Equipo de
José", aludiendo al nombre de su entrenador.
Pizzuti dejó
Racing Club en 1969 después de 4 años y 4 meses en el cargo, el período
continuado más largo de un director técnico en el club avellanedense y logrando
un record histórico: 39 partidos sin perder.
RLA.