…
que suelta sus pájaros crepusculares cuando el aire se
puebla de silencios y nostalgias. Andrés Segovia, prócer de la vihuela, dijo
una vez que "la voz de la guitarra es escasa, pero llega lejos.Lejos
…hacia
lo hondo.
"
Esta definición, afirmada en la autoridad
y el talento del maestro, no ha sido aún superada, pues ha fijado en ella la
línea exacta del destino superior del instrumento.
"Lejos…hacia lo hondo." En
nuestra tierra, los gauchos y paisanos, en tres siglos, limaron con la música
de la guitarra sus ásperas aristas. Sus manos, hechas al rigor del trabajo, se
convirtieron en pequeños araditos de plata y seda para trazar sobre la guitarra
la melga de una vidalita -semilla del tiempo- y entonces fue comprendiendo que
la soledad era una infinita voz, destinada a traducir lo mejor de su espíritu,
sus faenas, sus amores, sus recuerdos, su esperanza, su destino. Y ya no pudo
vivir sin la guitarra. Le cobró "la mesma afición" que a su caballo,
lo que ya es mucho decir.
Alguna vez he nombrado a Nazareno Rios,
uno de esos cantores que pasaron, elegidos por el Viento ara juntar las trovas
dispersas en la llanura. Tañía las cuerdas delicadamente. Y Nazareno Rios era
un gaucho. Cuando elevaba el tono de su voz en un estilo, lo apoyaba haciendo
terceras en las bordonas, o breves arpegios graves. De esta manera, su discurso
resultaba equilibrado, honesto, cabal.
Abel Fleury
Muchos años después, un guitarrista me
hizo evocar con mayor firmeza a aquel trovero de la pampa. Ese guitarrista fue
Abel Fleury. La manera de tratar el modo y desarrollo de sus milongas me
recordaron a Nazareno Rios, aunque Fleury era más completo como instrumentista.
Pero la sustancia siempre señaló a Fleury como sabedor de la Leyenda del
Viento.
No se pueden tocar así porque sí las
milongas de la llanura bonaerense. Es menester profundizar el misterio del
paisaje, el silencio y el anhelo del paisano. Es necesario abordar el tema
"confidencialmente" aunque haya mucha gente escuchándolo.
Juan Sebastián Bach, catedral de la verdad
musical decía: "Cuando toco, lo hago pensando que en la sala, anónimo y
atento, me está escuchando un gran músico. Para ese gran músico doy mis
cantatas".
Fleury, músico y además artista, tocaba
sus preludios criollos, sus estilos y milongas, quizá para ese gaucho
invisible, anónimo y atento que oía en la penumbra el mensaje de una guitarra
con dignidad. Por eso daba el paisaje en su música.
Actualmente la velocidad no es
"virtud" exclusiva de los aviones y los automóviles. También se ha
ganado al mundo de la guitarra. Ha conseguido abaratar su mensaje. Pareciera
que la guitarra, cuanto más se acerca a los micrófonos, más se aleja de la
tierra y sus misterios.
Fragmento del capítulo 17 de
"El Canto del Viento", año 1965.
Abel Fleury
Abel
Fleury: Una guitarra de leyenda
por Héctor García Martinez
No
era propietario de la tierra pero sí del paisaje donde nació: la llanura
bonaerense.
Paisaje
que reflejó fielmente traduciéndolo en estilos, milongas, huellas, pericones y
cifras de su inspiración, joyitas
sonoras donde el alma surera está
dada con belleza, verdad y sentimiento pleno.
Trascendió
al conocimiento público a través de la actividad radial, con actuaciones en
teatros y cines sumadas a los conciertos.
¡Es
increíble cuánto hizo en el corto tiempo que vivió! Su guitarra se escuchó formando parte de espectáculos disímiles. Compartió actuaciones
con figuras prestigiosas e inolvidables de la escena nacional, como los actores
Homero Cárpena, Roberto Escalada, Eva Franco, Pedro Tocci, Santiago Arrieta, Santiago
Gomez Cou, Tita Merello, Faust Rocha, Garcia Satur, Ubaldo Martinez y los
recitadores criollos (también actores) Fernando Ochoa y Jorge Lanza.
Su
trascendencia fue obra especialmente de Fernando Ochoa, quien a partir de 1933,
cuando el guitarrista se radicó definitivamente en Buenos Aires, lo dio a
conocer a través de la audiciones radiales que dirigía por Radio Belgrano.
Fleury,
pese a la trascendencia y admiración que conquistó mantuvo un perfil bajo.
Los
contemporáneos lo definían como un
hombre con personalidad seria, introspectiva,
de pocas palabras… Parafraseando a León Benarós "vivía en el orden interior de
su espíritu y en el aparente desorden exterior de todo aquello que no lo
reclamaba como importante". Esta característica introvertida y parca aumentaba
su misterio en cuanto a la interpretación guitarrística.
Llenó
sus horas con el estudio intensivo del instrumento y anduvo muchos caminos.
Ofreció conciertos en los más apartados rincones de Argentina y también en
Chile, Uruguay y Brasil, país este último que recorrió en casi toda su
extensión llegando hasta la zona central
de Matto Grosso. Finalmente anduvo por Europa: España y parte de
Francia.
No
fue longevo, falleció a los 55 años, dejando pocas grabaciones. No llegan a
diez. Su trascendencia , luego de su deceso, se produce a través de su música
impresa, la que se fue transmitiendo a las generaciones sucesivas de
intérpretes argentinos y extranjeros por el peso de su propio valor. Es tan
puro y genuino el carácter de sus composiciones que trascendieron el espacio y
el tiempo desafiando al olvido. Una prueba es "Estilo Pampeano", una de sus
obras más difundidas, que desde hace mas de 60 años figura como obligatoria en
los programas de la Escuela Musical de Tomsk,Siberia, Rusia. Fleury nunca
estuvo en Rusia.
Además
de muchos argentinos, varios intérpretes extranjeros grabaron las obras de este creador. Entre
ellos se destacan el mejicano Gerardo
Tames y el chileno Carlos Perez.
Fleury
no era un músico popular ni folklorista. Esto no lo afirmo en desmedro del
género, sino que siendo un guitarrista de formación académica tuvo el mérito de
hacer trascender universalmente con sus creaciones la música argentina,
principalmente la inspirada en motivos de la llanura.
El
repertorio de este artista siempre se compuso con temas de autores clásicos:
Bach, Haendel, Mozart, Sor, Tárrega, Schubert, de los compositores argentinos
Julián Aguirre, Adolfo.V.Luna, Argentino
Valle, Justo.T.Morales, de los
paraguayos Agustín Barrios, Pablo Escobar y Perez Cardozo, del boliviano
Eduardo Caba, de los uruguayos Favini, Menendez, Héctor G.Costa y Martinez
Oyanguren, de los brasileños Villalobos, Dilermando Reis, Lorenzo Fernández y
del venezolano Antonio Lauro. ¡Cuánto aportó este artista y qué sólida la
formación profesional que poseía!
Allá
por la década del `50, cuando visitó Europa, nos representó con talento y
humildad. López Chavarri, destacado musicólogo y crítico de arte español, lo
definió en el diario "Las Provincias" de Valencia, como "el franciscano de la
guitarra, con sonrisa de colegial"…
Previamente,
en el mismo artículo sostuvo: "su concierto fue una magnífica lección de
estilo. Sugerencias maravillosas nacían de su guitarra, que en sus manos vuelve
a ser el instrumento misterioso que desde el gran Tárrega nos es dado oir"
Músicos
y cantores populares como Horacio Guarany y Argentino Luna, los payadores Aldo
Crubelier y Carlos López Terra le
dedicaron temas y poetas argentinos y orientales sentidos versos.
Pedro
Boloqui, de Chascomús (Bs As), ante el fallecimiento de Fleury expresó
poéticamente:
… "Y si dejó tras
de sí
tiernos cordajes vibrando
En ellos
sigue flotando
el alma de Abel Fleury"…
La
realidad no lo desmintió: "Estilo Pampeano", "Ausencia" (milonga), "Pago Largo"(huella),
"Te Vas Milonga", "Milongueo del Ayer",etc., perlas todas de su inspiración,
prolongan su nombre en el espacio. Y forman parte, como decía Yupanqui "del
canto del viento".
Acerca de
Héctor García Martinez
Este
guitarrista porteño ha investigado profundamente la vida y obra de dos de los
más notables intérpretes de la música argentina: el pampeano Argentino Valle y
el bonaerense Abel Fleury.
Desde
hace varias décadas brinda charlas ilustradas con videos, colabora con medios
gráficos y radiales difundiendo sus saberes y junto con Ismael Russo es autor
del "Diccionario del quehacer folklórico argentino
(Intérpretes-Compositores-Autores-Bailarines-Recitadores-Investigadores-Difusores
y Mecenas)"
Su correo electrónico es
hgarciaguitarras@yahoo.com.ar