Cuando hace 102 años Nilda Elvira Vattuone apareció por este Mundo en La Atrevida, Bonifacio, cerca de Guaminí, le dio la bienvenida el inmenso, bellísimo, único cielo de la Provincia de Buenos Aires. Ese mismo cielo que ha reflejado, como pocos, el pintor Florencio Molina Campos.

Ese cielo fue testigo de que había nacido una calandria con forma de mujer y se hizo cargo de incorporar a la cantora (que él ya sabía que iba a ser) una fuerte carga de su color azul pampeano.

Lo que tenía que ser fue. La que después fue Nelly nunca dejó de ser bonaerense, argentina y finalmente mundial.

Quizá para sentirse más cerca de ese cielo bonaerense que sentía dentro suyo, Nelly se hizo aviadora (como aquél Maderna de "Lluvia de estrellas"), "voló" también piloteando motos de 500 cc de cilindrada y, sobre todo, cantó. Como ninguna, como la Malena de Manzi.

Fue gran amiga de otra bonaerense que también volaba con el cuerpo, con el alma y con su corazón revolucionario latiendo al compás de los más humildes: María Eva Duarte, Evita.

Por cantar "La descamisada" y "Es el Pueblo" Nelly fue prohibida durante 18 años, primero por los dictadores fusiladores de 1955 y después…por las dudas.

A Evita el Cielo de Buenos Aires la llamó a su presencia en 1952. Ahora fue el turno de Nelly.

Las dos ya son azul para siempre. Para ninguna de las dos habrá olvido, que es la única muerte que existe.

                                                                                                                      Ricardo Luis Acebal.

QUE VIVA NELLY

En setiembre Guaminí

emitió un brote afinado,

muy cerquita de un jazmín

y de un clavel colorado.

Si escucho Milonga Triste

agua se me hace la gola

y toda el alma se enciende

como luciérnaga sola.

Hablo aquí de una calandria

bien nombrada Nelly Omar

que canta como las diosas

cuando el tango pide entrar.

Cuando escucho Desde el Alma

o Zamba para mi vieja

se me conmueve la eslilla

y se me pianta una queja.

Si hasta Borges suena lindo

en la voz de esta pampeana

cuando ella trina el poema

de un tal Jacinto Chiclana.

¡Ni que hablar si canta Sur!

¡Qué digo de Mano Blanca!
Uno vuela como un cóndor

arriba de la barranca.

Y fue ese 10 de setiembre

que en Guaminí aconteció

el nacimiento de Nelly

por gracia del que nos creó.

Que la Calandria prosiga

con su arte, que no muere.

Que cante Mis flores negras

o si no, Tata no quiere.

Fermín Chávez , 10 de septiembre de 2001.