EL ANTONIO Y LA PERLA, LA PERLA Y EL ANTONIO...
Antonio Tarragó Ros, un
músico correntino que a fuerza de talento y prepotencia de laburo se instaló en
Buenos Aires en 1970 demostrando a propios y extraños que era mucho más que un
"portador de apellido" y que, como si fuera poco, estaba dispuesto a enterrar
para siempre la estúpida creencia que por aquellos años aún subsistía de
considerar al chamamé una "manifestacioncita inferior de la música", "cosa de
menchos", "musiquita de negros cuchilleros" y otras "peyoratividades" por el
estilo, vigentes en la Capital Federal, pero también en otras grandes
concentraciones urbanas de nuestro país.
Los primeros años de la
década de 1960 habían puesto por fin a las canciones de raíz folklórica en un
lugar de privilegio en cuanto a difusión radial y televisiva, pero cada vez que
alguien se refería al "Folklore" parecía que lo único "autóctono" era lo que
había llegado a la gran ciudad desde el Noroeste.
Durísima fue la pelea que
tuvieron que encarar Tránsito Cocomarola, Isaco Abitbol y Tarragó Ros (por solo
nombrar a tres de los más destacados) para que se los incluyera en los grandes
escenarios y se los escuchara con el mismo respeto que a nuestros hermanos
norteños y en menor medida a los cuyanos y a los sureros.
En 1970 Antonio tenía 23
años, un montón de sueños artísticos, una personalidad transgresora y un
acordeón para hacerse escuchar. Pero además ya estaba enamorado y en ese año
fue cuando se casó con la Perlita Argentina Aguirre.
De eso se trata el libro
que aquí estoy tratando de presentarle.
A modo de tentarlo para
que lo busque, le incluyo algunas fotos y textos del libro de Moglia Ediciones
(Corrientes, Argentina). Si no lo consigue en su librería entre a
www.perlaargentinaaguirre.com.ar -
www.tarrago-ros.com.ar
o a www.fundacionmemoriadelchamame.com
Es una deliciosa historia
de amor. ¡Que la disfrute como la he disfrutado yo!
Ricardo
Luis Acebal
Perla Aguirre y Luis Landriscina
Antonio con Gualberto Gabino Panozzo, su maestro de acordeón y a la derecha fotos de páginas 27 y 24.