MANUEL DORREGO Y OSVALDO GUGLIELMINO
En el "Prólogo" de "Manuel Dorrego-Civilización y Barbarie" Miguel Angel Lentino
dice:
"Este meduloso trabajo del
Profesor Osvaldo Guglielmino ¡No es uno más!...
Hace más de setenta años
que el autor con su prolífica pluma, viene bregando por rescatar la VERDAD en
la historia de nuestro pueblo y muy particularmente en la divulgación del
ejemplo de vida y la notable obra de Manuel
Críspulo Bernabé Do Rego y Salas, nuestro Manuel Dorrego.
Su asesinato es sin lugar
a dudas, por su injusto e inaudito sacrificio, la inmolación más absurda de
nuestra historia, perpetrada en nombre de una presuntuosa y artificiosa
civilización. Y con él se comete el "patricidio" de todo un proyecto de Nación.
Ese "horror" histórico, a
pesar que fue admitido por sus mismos promotores y verdugos, se continúa
verificando a lo largo y a lo ancho de nuestra vida como país independiente,
siempre de la mano de los prosélitos descendientes de aquellos apátridas.
Fue un crimen el de
Manuel, ya que no se trató de una ejecución sumaria concretada por supuestos
revolucionarios, ni un error o arranque impulsivo de una "espada sin cabeza"
como trató -y trata- la historia oficial de engañar al pueblo.
Sino de un premeditado
homicidio, ordenado desde los más altos niveles de las logias rioplatenses
"operadas" desde colosales poderes europeos, que escondían verdaderos planes de
dominación y, que aún hoy, casi dos siglos después, continúan bregando con
ocultos designios, siempre "untando" las manos de los mercenarios de adentro
que se venden al servicio de alevosas maquinaciones imperiales.
Dorrego fue el primero que
al alcanzar la máxima jefatura afirmó: Lo
nacional es lo natural… y precisamente desde ese concepto puso en práctica el sufragio universal, la enseñanza al alcance de los sectores más
bajos de la población, habló de los
derechos de los trabajadores, de la necesidad imprescindible de convertir al país en productor industrial y
no solo un país granja como se venía gestando, de la obligación de la explotación minera por los hijos del país
y, fundamentalmente, de la organización
institucional en el Sistema Federal.
La trascendencia "de la
política dorreguiana" se revela en los acontecimientos históricos posteriores a
su magnicidio, durante los difíciles años de la Confederación Argentina, que
bajo la disciplinada conducción de su amigo Juan Manuel de Rosas,
conformará la verdadera base político institucional de lo que hoy es la
República Argentina. Más allá y muy a pesar de las invisibles pero evidentes
directrices e intromisiones en nuestra política, pergeñadas afuera y consumadas
por los traidores de adentro, quienes a partir de 1852, especialmente en
materia económica alteraron el ideal primigenio.
Y fue Osvaldo Guglielmino
el primero de los escritores e historiadores del Siglo 20 que dedicó parte de
su gran obra esclarecedora, precisamente a "rescatar del olvido" a Manuel
Dorrego, sumándolo a la serie de documentos escritos que viene poniendo a la
consideración de ávidos lectores deseosos de conocer nuestras verdades
históricas.
Adentrarse en las páginas
de este libro, tiene el valor de hacernos penetrar en la profundidad del
inteligente pensamiento y el sentir íntimo de nuestro primer Jefe de Estado
Federal, con el sentido "adentrista" y la claridad conceptual de "lo nacional"
que Don Osvaldo imprime a toda su
obra literaria."
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