Recordar y hacer memoria no son la misma cosa.
Hay en lo primero una pulsión involuntaria que nos
toma de imprevisto y nos deja a la intemperie. El recuerdo -como el
olvido- se abisma sobre la persona y no existe allí más que una
materia desconocida en un tiempo que se impone.
Hacer
memoria, en cambio, es atentar contra los relatos simplones, interrogar lo
evidente, desconfiar del pasado.
Esta lucha
entre los recuerdos y la memoria acontece en Si preguntan por vos,
porque hacer memoria es tomar la palabra para poder contar. Pero no existe
en el contar de esta novela un orden cronológico que nos ayude a entender
las cosas de forma lineal; en cambio, asistimos al ritmo interior de
nuestro personaje.
Así, yendo
de 1973 a 1965 y de vuelta a 2015, en un ir y venir que tiene su propia
lógica y nos toca descubrir, podremos hilar esta trama con lo que hay
disponible: retazos de experiencias puestas en palabras, listas para ser
cosidas entre sí.
Julieta
Santos
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