UNA POÉTICA DEL CABALLO Y SU
JINETE
por Ricardo Luis Acebal
En la sección "Notas, noticias y reportajes" de esta página, con el título "
HECHENLEITNER,
DON ATA Y ESOS ASUNTOS DE LA VIDA...
"
hay información
biográfica del jinetazo autor del libro que aquí comento, el patagonés Angel Hechenleitner. Por ello obviaré esos
datos y pasaré a trasladarle algunos tramos de esta obra póstuma que se
presentó en sociedad el 11 de mayo de 2022 en un aula del Departamento de
Folklore de la Universidad Nacional de las Artes, Ciudad de Buenos Aires.
Patagónicos los dos: el jinete y su caballo, los campos de Patagones... (Foto: Claudia Goy).
"¿Cómo cantar milongas sin
caballos? ¿Cómo asir la guitarra sin soñar caballos? De trancos están hechas
las milongas y de galopes los zapateos; la percusión de cascos sobre la tierra,
la piedra, el salitral o la arena son música en la soledad de las marchas de a
caballo.
Es claro que algo de danza tiene
la andadura, porque su rítmica anima el interior del jinete que es llamado por
el horizonte; cuando ya se ha montado hay una sensación de inmensidad por
delante, de poseer la distancia y la libertad de andarla. La altura que domina
el jinete es la necesaria y justa para la visión gozosa, divisadora de
lejanías; la marcha del caballo no altera el rumor del paisaje, forma parte de
él, es la velocidad del sosiego en rítmica armonizadora.
Tiene el andar del caballo tres
marchas y orden naturales: tranco, trote y galope; pero los paisanos tenemos un
cierto desprecio por el trote, es considerado marcha de gringo y cuando no, de
milico. Escuché de niño a viejos criollos esta consideración, y con el tiempo
fue la mía también, cosas de la cultura, de la pertenencia. Ya desde los
primeros galopes, el domador criollo enseña a su redomón a pasar del tranco al
galope; ¿es que tanto el tranco como el galope resultan más cómodos al andar?
¿Será, tal vez, que la tierra es más acariciada en esas marchas?, ¿más
musicales a la entraña del jinete?"
Así arranca, de movida nomás, el gaucho Ángel. Y más adelante:
"El tranco es la musicalidad fina
del compás de cuatro por cuatro, con su fuerte débil, semi-fuerte débil, cuatro
tiempos en el aire de los cuatro cascos. El trote es tal vez la marcha más
cómoda para el animal, pero se nos hace un duro andar de dos tiempos; el paso
duro de la marcha militar de a pie.
Ya el galope nace en el débil del
tiempo, cuando el hombre amaga una leve inclinación, casi un saludo al aire, un
silencio sugerido arranca el galope en su gracia garbosa y hace la brisa para
el rostro del jinete.
Cabalgar es danzar a horcajadas
enhorquetado a un vuelo de cuatro patas, porque la adhesión del jinete
silla-caballo es tal, que la vibración del ritmo en la marcha elegida es
sentida, gozada como en el baile, cada compás es el estímulo del próximo. El
tranco y el galope serán continuamente escuchados y sentidos."
"El hombre de a caballo también es casi siempre hombre de guitarra, algún tranco de milonga o fraseo de estilo tanteará en el indócil madero de la guitarra, mas siempre esas manos rudas, quemadas del tirón y el lazo, del hacha o el alambre, se recuperan en la caricia de la guitarra. El gaucho se inclina con unción sobre su guitarra; la abraza, no la cuelga; sus piernas de jinete la sostienen contra el pecho y así la pulsa, la tañe y la rasguea. El regazo primero de nuestra guitarra ha sido de chiripá, poncho y pañuelo" (AH: pags. 21 y 22. Foto: Claudia Goy).
En las páginas que continúan citará al Gaucho Molina, héroe del Combate del
Cerro de la Caballada el 7 de marzo de 1827, a los cuidados que el hombre de a
caballo le brinda a su pingo (tuse, peinado, desvasado...), anécdotas con sus
amigos Carlos Castelo Luro y Atahualpa Yupanqui...
Leer los títulos de los capítulos que componen este imprescindible libro le
dirá mucho más que lo que mi cordial comentario podría lograr para convencerlo
de que busque tenerlo en sus manos:
-Prólogo, por Adolfo Colombres /
5.
-1. Poética del caballo y el
hombre / 11.
-2. El hombre de a caballo / 31.
-3. Heroicidad y sacrificio del
caballo criollo / 47.
-4. Sacralidad del caballo / 65.
-5. La caza de a caballo / 79.
-6. Indios, gauchos y milicos /
103.
-7. Los recados gaucho y mi8litar
/ 121.
-8. El arte de las sogas / 133.
-9. Los recados tewelches / 145.
-10. Fantasías elogiosas del
caballo / 161.
-11. El caballo en la literatura
oral / 171.
Vocabulario / 185.
Bibliografía / 189.
Ilustración de página 137.
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"Ya a medida que las perradas fueron haciéndose más duchas y de un tamaño que permitían sujetar firmemente a los bravos y peligrosos barracos (jabalíes) el hombre estudió el comportamiento de estos animales en la franca lidia, y entonces echó, sí, pie a tierra con su cuchillo en la mano, y a veces en la otra cojinillo, carpincho o campera para cubrir la posible atropellada del empacado" ( A.H. pag. 91) En la foto, tomada por Ricardo Acebal, Ángel y sus perros van por un "barraco" oculto en un monte, a la vera del Río Negro.
PRESENTACIÓN EN U.N.A.
Además del profesor Walter Barrios, que condujo la presentación en la
amplia Aula 7 del Departamento de Folklore de la Universidad Nacional de las
Artes, de Nora Brunand de Hechenleitner
y sus hijas, de la muy destacada cantora y compositora Perla Argentina Aguirre y del profesor Ricardo Acebal que también
agregaron palabras, la muy concurrida reunión fue musicalizada por dos
guitarristas bonaerenses: Juan Martín Scalerandi y Martín Skrt.
Walter Barrios iniciando la reunión.
Nora Brunand y una de sus hijas.
Perla Argentina Aguirre y Ricardo Acebal.
"No habrá tal vez mayor infortunio para un gaucho que quedar de a pie, y de allí la grandilocuencia de la expresión `me he quedao de a pie`, la desolación del jinete despojado, indefenso ante la distancia es contenida en esas palabras. ¿Qué es sino el "ciudadano de a pie", como se escucha decir corrientemente, sino el hombre desvalido?" (A.H. pag. 172.) Foto: Hechenleitner y su pingo, por Claudia Goy.