ENTRE RÍOS, TU NOMBRE TIENE UN
ACORDE MUSICAL EN CADA SÍLABA
por Ricardo Luis Acebal
Para quien esto escribe, que tuvo la dicha de conocer parte de la Provincia
de Entre Ríos hace sesenta y cuatro años, cuando todavía eran realidad los
montes nativos que hoy no están y los ondulados campos de múltiples colores
según los cultivos, este libro, fruto de la inspiración de un hijo de Rosario
del Tala, impreso y encuadernado en Nogoyá, no puede provocar otra cosa que una
enorme emoción. Y, por supuesto, también una reacción de profunda bronca hacia
quienes han convertido a la "provincia de la esperanza" (Linares Cardozo) en un
inmenso sojal. Que a los únicos que
beneficia es a los integrantes de una "selecta minoría" que por supuesto no
viven la realidad cotidiana de tener que respirar aire envenenado por
fumigaciones que han "logrado" que, por ejemplo, una ciudad como Urdinarrain (y
su entorno) soporte hoy uno de los más altos porcentajes de niños que mueren
por cáncer en la Argentina.
El poeta Monteañares, que es a su vez un excepcional compositor, ejecutante
de guitarra y canto, no confunde Poesía con banalidad
edulcorada y entonces celebra a la "isla gigante" que es Entre Ríos,
diciéndole:
No hay más luz que la de tu
gente,
no hay más pan que la de tus
caminos,
no hay más hierbas que la de tus
campos...
Un solo ñandubay
hace tu geografía más bella
más única, más mía.
Una flor de ceibo abriendo sus
alas
simboliza mucho más que un puñado
de poemas.
Tus aguas iluminando la patria,
hablan de ti, mucho más que todos
los libros.
Mi corazón es un pequeño cántaro
donde habitas, Entre Ríos.
Te amo, tierra mía,
enarbolada escama de luz.
Bebo de tus venas,
absorbo tus atardeceres de
coloridos prismas
y hoy después de tantos siglos
mi asombro de hombre costa
crece... y crece.
También:
Para qué quiero un jardín
dijo Ramírez, "el Oriental",
no hay mejor jardín que el monte
de mi Entre Ríos natal.
Y, a propósito:
Poquito queda del monte.
Siento la desesperanza.
Hay cristales en mis ojos
parecidos a las lágrimas.
En la contratapa:
Con la misma calidad y calidez expresa su amor y también lamento por los
ríos como el Gualeguay, el Gualeguaychú, el Paraná, el Uruguay y los arroyos
Villaguay y Del Tala.
"Pequeñas cosas"
(pag. 60) me permito dedicárselo
a los Etchevehere, a sus socios de
la selecta minoría y también al señor Bordet,
actual gobernador de la provincia, (que simulando cumplir con leyes vigentes que nunca se cumplen) son responsables de los
incendios de las costas del Paraná, cuyos humos dejan sin respiración a los
rosarinos y llegan hasta Buenos Aires y, desde luego, de las salvajes
fumigaciones con productos que están prohibidos en los países en que tienen sus
casas matrices sus fabricantes.
Desando esos antiguos caminos
donde el corazón me acucia a cada
paso.
Las primeras gotas de lluvia
levantan el polvo de la senda
reseca,
elevando mariposas que cuando
apenas aletean
vuelven al origen
donde agonizan desde siempre.
A lo lejos veo lo que queda del
monte.
Veo esos retoños donde la vida
proyectaba más vida
y fueron arrancados de cuajo
por las máquinas infernales.
Seguimos inmersos en una utopía
de dinero y mentiras.
Señores... La Muerte sabe esperar
y sabe que nadie llega a su
puerta
envuelto en una caja de caudales.
ÍNDICE
El excepcional compositor, ejecutante de guitarra y canto
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Audio de la Nota: Edgar
Monteañares, enero de 2023.