Schubert Flores Vassella
y Héctor
García Martínez echan luz sobre un período de la vida de Atahualpa Yupanqui (casi un decenio: 1945-1953) que aún hoy, en
2012, se conoce poco y mal. Son los años de su militancia comunista. Durante
ese tiempo su producción artística-literaria es abundante y calificada.
Escriben los
autores en la página 25: "El sábado 1 de septiembre de 1945 puede establecerse
como la fecha fehaciente del ingreso formal de Atahualpa al Partido Comunista.
Ese día se llevó a cabo en el Luna Park un acto para celebrar la legalización
de la organización tras quince años de proscripción.
Cinco jornadas
después, el 5 de septiembre, el semanario "Orientación" (Num. 302, página 5)
bajo el título "El ingreso de los Intelectuales al Partido" expresa:
"Emilio Troise, Jorge Thenon y Julio Luis
Peluffo, Bartolomé Mirabelli, Atahualpa Yupanqui y Manuel Cantor se han
enrolado en la militancia comunista. Si auspiciosa para el esfuerzo democrático
nacional, esta postura de hombres de la inteligencia y el arte argentinos,
nacida de la comprensión cabal de su deber frente al hecho social, es signo de
una actitud y momento de un proceso.
Exponentes destacados del pensamiento y el arte
argentinos consagran así una conducta meritoria, insistentemente empeñada en el
afán democrático, ocupando el honroso puesto de vanguardia que otorga la
militancia comunista"
El mismo semanario
partidario, en su edición del miércoles 14 de julio de 1948, publica:
"Se que el comunismo puede lograr la afirmación del
hombre y la conciencia popular para vivir sin mitos, frente a la realidad de la
tierra y al porvenir del país, una existencia laboriosa y digna. Lo intelectual
y la creación artística deberán responder a un nuevo sentido, de levantada
esperanza. Por estas razones, he ingresado al Partido Comunista. Para mejorarme
como artista americano y rendir mi esfuerzo en bien de mi Patria".
Así fundamentaba hace tres años su ingreso
a nuestro partido el camarada Atahualpa Yupanqui. Orientación le cuenta hoy
entre sus colaboradores regulares y semanalmente nos irá entregando su recuento
de cosas y sucesos en esta sección que Atahualpa tan acertadamente titulara
"Hombres y Caminos".
La irrupción de
Atahualpa en el comunismo es inédita, diferente, y en este sentido, su aporte
es valioso, sustancial, extraordinario. El partido internacionalista, de tono
europeizado y urbano, de pronto es vitalizado por una ráfaga telúrica que lo
abre al interior argentino y lo relaciona con las masas campesinas de carne y
hueso. La América profunda se incorpora a sus páginas, que se ocupaban
solamente de la "clase obrera" en general, así como una entelequia sin asidero;
y de la Segunda Guerra Mundial, o, antes, de la Guerra Civil Española. El
proletariado industrial, objetivo central de las luchas comunistas, no era más
que un ente abstracto en nuestra factoría neo-colonial. Ahora tiene la
oportunidad de abandonar las "resultancias" europeas que ocuparon a Marx y
adquirir significación concreta. Surge su rostro criollo, humano y sufrido.
Este libro de 528
páginas que editó Fundación Ross,
próximamente será presentado en la Biblioteca Nacional y en el Congreso de Folklore
del I.U.N.A. Ya se consigue en librerías,
por ejemplo en la de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, frente a la Plaza
Congreso de la Ciudad de Buenos Aires.