por Ricardo Luis Acebal
ENTRANDO EN TEMA
Durante el gobierno artiguista en la Provincia Oriental, los estancieros,
directamente afectados por la situación existente, solicitaron al Cabildo
Gobernador una ayuda inmediata. A esos efectos se celebró en Montevideo una
reunión de gobernantes y hacendados donde se analizó el problema del arreglo de
los campos y se aprobaron algunas iniciativas para presentar a la consideración
de Artigas, el 11 de agosto de 1815. En conocimiento de estas disposiciones,
Artigas suscribió y dio a conocer el "Reglamento
Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad
de sus hacendados" el 10 de setiembre de 1815.
Los propósitos del reglamento eran esencialmente económicos y, además, sociales y jurídicos. Los objetivos
económicos procuraron recuperar el "stock" ganadero en merma y aumentar la
producción; para ello se debía subdividir
la tierra, poblar la campaña y fijar la población rural. Los fines sociales tendían a favorecer a
los desposeídos y proteger la familia. Los fines jurídicos buscaban imponer
el orden en la campaña exigiendo el trabajo, persiguiendo la vagancia y el
delito.
José Gervasio Artigas, el Protector de los pueblos libres.
EL TRÁGICO AÑO 1820
El 22 de enero de 1820 sucedió la Batalla de Tacuarembó, en la que el
ejército invasor portugués destrozó a las fuerzas de Artigas y terminó de ese
modo con la Provincia Oriental. Anexó
el actual territorio
uruguayo al imperio luso brasileño que había comenzado sus incursiones a
territorio oriental en 1816. Al Directorio, autoridad de Buenos Aires, a los
gobiernos que sucedieron a su caída y a todos los intereses porteños que lo
apoyaban no les importó nunca reconquistar la provincia oriental. Antes bien,
firmaron tratados "secretos" con los portugueses y aprovecharon esta situación
para sacarse de encima lo más rápido posible a José Gervasio Artigas, que
después de su desastre militar había cruzado el río Uruguay y desde territorio
correntino pretendía reformular su proyecto de "Pueblos Libres". En principio
el proyecto federal de Artigas fue apoyado por caudillos misioneros,
correntinos y, en especial, por el "Supremo entrerriano" Pancho Ramírez.
Durante ese año 1820 se produjeron una serie de "mudanzas ideológicas" en
la cabeza de caudillos y caudillejos, sobre todo la "mudanza" protagonizada por
Ramírez, evidenciada por sus entendimientos "secretos" con el porteño Sarratea,
en contradicción con el proyecto artiguista.
Recomiendo especialmente leer
Ramírez y López: dos federales en la Plaza
de la Victoria
en las páginas 204 a 206.
Manuel de Sarratea, Francisco Ramírez y Estanislao López. "Sarratea, cortesano y lisonjero, no tuvo bastante energía o previsión para estorbar que los jefes montoneros viniesen a ofender, más de lo que ya estaba, el orgullo local de la ciudad", escribe el liberal Vicente Fidel López (1815-1903) sobre la entrada de López y Ramírez a Buenos Aires en febrero de 1820.
Sin duda el tema abordado por Eduardo Nocera en "Artigas y el Congreso de Ábalos, auge y disolución del artiguismo
póstumo" justifica las 600 páginas del libro editado por Ciccus, el cual se
terminó de imprimir en abril de 2022.
La justificación a que me he referido es que el "artiguismo póstumo" marca
el triunfo del modelo político unitario
de gobierno que, con retoques y algunos paréntesis subsiste hoy en nuestra
República Argentina, sobre todo en lo que respecta a dónde se "domicilia" el
Poder (empresario, financiero, etc.)
Nada logró cambiar el destino de la ciudad puerto Buenos Aires que soñaron
la mayoría de los "revolucionarios de 1810". Ese destino era el de ser para
siempre la "Roma imperial", a cuyas decisiones "sabias y cultas" debían
someterse las provincias unidas del sud,
tan lejos del acceso a las fuentes culturales europeas que contrastaban con esa improlijidad, esa dejadez de la
paisanada, en su mayoría tan salvaje como el inculto indio.
Esa fundamentación "cultural" que, desde luego, siempre convino y sigue
conviniendo a los poderosos europeos de aquellos tiempos y a los europeos y
yanquis de los tiempos presentes, siempre respondió a que los nuevos estados
"emergentes" debíamos ser colonias de los "líderes". Porque lo que realmente
importó siempre (antes y ahora) son los negocios (lícitos e ilícitos) que los
líderes realizan cuando los colonizados aceptamos la condición de tales. Esa
fue desde el comienzo la "ideología" unitaria que profesaban la mayoría de los
"próceres" que formaron la "primera junta" en 1810.
Por ello todo aquél que expresara discrepancias con ellos, creyendo que lo obtenido
por la "Revolución de mayo" había sido instalar una nueva y gloriosa nación,
libre e independiente de cualquier amo extranjero, todo el que creyera y
luchara por eso era castigado. Con la muerte: Mariano Moreno en alta mar; con
el alejamiento del centro de poder, ubicado por supuesto en Buenos Aires:
Manuel Belgrano; con la alegría con que se celebró en la metrópoli el asesinato
de Martín Güemes... Y, para no seguir abundando en ejemplos, la vida imposible
que le hicieron a San Martín a su regreso triunfal de su campaña libertadora,
lo que lo obligó a exiliarse en Francia.
Por ello el "Congreso de Ábalos" (Pacto
de Ábalos del 24 de abril de 1820) constituye el comienzo de la decadencia de
la presencia de José Gervasio Artigas y su proyecto político de patria grande
con justicia social.
La información que nos brinda Nocera es amplia, detallada, tanto en lo
referente al accionar de Artigas a partir de abril de 1820, como en la
narración de casi infinitos detalles de correspondencia entre los principales
protagonistas de ese tiempo (Artigas, Pancho Ramírez y Estanislao López) como
geográficos, ubicando al lector con precisión e ilustración de mapas del sitio
donde se realizó el Congreso de Ábalos en territorio correntino.
El 5 de septiembre de 1820 Artigas cruzó el río Paraná, ingresando a
territorio de Paraguay, donde vivió exiliado 30 años, hasta su fallecimiento (86
años) el 23 de septiembre de 1850.
UN PEQUEÑO ANTICIPO DEL LIBRO DE
NOCERA
El general José María Paz (cordobés unitario si los hubo) derrotado en
Corrientes por Urquiza pasa para salvar su pellejo al Paraguay y visita a
Artigas en 1846. En un paseo que ambos hicieron en caballo, Artigas le habla
sobre su actuación y su relación con el Directorio. "El Nacional de Montevideo"
(año II, edición del 25 de septiembre de 1884) transcribe la supuesta
declaración de Artigas a Paz -difícilmente sea la versión fidedigna de las
palabras del propio Artigas- acerca de su Sistema: -Yo no hice otra cosa que
responder con la guerra a los manejos tenebrosos del Directorio y a la guerra
que él me hacía por considerarme enemigo del centralismo, el cual sólo distaba
un paso, entonces, del realismo (se refiere a los realistas españoles y sus
acólitos). Tomando por modelo a los Estados Unidos yo quería la autonomía de
las provincias dándole a cada estado su gobierno propio, su Constitución, su
bandera y el derecho de elegir sus representantes, sus jueces y sus
gobernantes, entre los ciudadanos naturales de cada estado. Esto es lo que yo
había pretendido para mi Provincia y para las que me habían proclamado su
Protector. Hacerlo así habría sido darle a cada uno lo suyo... Pero los
Pueyrredones y sus acólitos querían hacer de Buenos Aires una nueva Roma
imperial, mandando sus Procónsules a gobernar a las provincias militarmente y
despojarlas de toda representación política, como lo hicieron rechazando los
diputados al Congreso que los pueblos de la Banda Oriental habían nombrado y
poniendo precio a mi cabeza..." (José María
Paz, Memorias citado por Reyes Abadie, Washington, Artigas antes y después de la gesta. Ediciones de la Banda
Oriental, Montevideo, 1992, página 87).
ACERCA DEL ÍNDICE Y OTRA
RECOMENDACIÓN
El índice de esta obra ocupa las páginas 11 a 21. Por ello no lo transcribo
aquí. Pero como un "sí digo" recomiendo especialmente la lectura de La última etapa de los sobrevivientes a
Ábalos que abarca desde la página 538 a 558.
Para adquisición de ejemplares
dirigirse a Editorial Ciccus o al autor:
eduardonocera@hotmail.com