PATRIOTAS IMPORTADOS; NATIVOS SIN OREJAS
por Wenceslao Villanueva (aymara)
Claramente mis
abuelos habitantes del trópico de capricornio de ABYA YALA (América del Sur),
me enseñaron que un puñado de hojas de coca lanzado al viento, me hará conocer
algunos acontecimientos del futuro; y que al mismo tiempo, estas hojas serían
mi alimento para soportar el cansancio y tranquilizar mi dolor. Pero, si algún
extraño quisiera hacer lo mismo con esas hojas, le sucedería todo lo contrario;
su jugo, que para nosotros es la fuerza y la vida, para ellos serán el vicio
repugnante y su cruel tortura.
Para este escrito,
me tomé una licencia de mi raíz cultural, munido de mi AKHULLICO (coqueo), para
sumarme a las huestes de mis hermanos mapuche, hijos de la Araucaria (Pehuén),
con quienes los Aymara siempre tuvimos intercambios comerciales y culturales
desde milenios. En mi caso personal, recuerdo que en 2001, en un Ngillatun de "Anekón Grande", Ing. Jacobacci - Río Negro
(que duró cuatro días); propuse a las Pillán Kushe y al Sarkento Prafil que si algún
día llegara a ocurrir algún suceso a sus comunidades, yo estaría como un peñi
más para su custodio.
Así George Orwell (1944),
planteaba que "la historia la escriben los vencedores"; y Litto Nebbia lo
reedita en su obra QUIEN QUIERA OÍR, QUE OIGA, con la frase: "si la historia la
escriben los que ganan; eso quiere decir que hay otra historia". Desde esa
óptica, quiero repensar a esa otra historia; a esa historia que se reconfigura
en nuestro imaginario como indígenas; desde la otredad; desde los intersticios
invisibles de una estructura negacionista; donde no hay cabida para otra
cultura que no sea la ganadora; Así, mi gente mapuche se fue quedando de a poco
suspendido en otra dimensión, junto a KAI-KAI-VILU (serpiente con poder
para dominar el mar) y XEN-XEN VILU (serpiente con poder para dominar la
tierra, y sus volcanes).
Justo en este
tiempo, gran parte de mis hermanos mapuche, están siendo hostigados y estigmatizados
como TERRORISTAS Y EXTRANJEROS por un grupúsculo muy arraigado a la
argentinidad de la Generación del año 1880 del siglo XIX (con basta influencia académica
occidental), quienes habrían cimentado profundamente el ODIO hacia el indio. Que
ocasionó la vulneración de los derechos humanos básicos y la anulación
sistemática de cada una de las comunidades indígenas que todavía subsiste en la
zona pampeana y patagónica; y donde se instalaron muchas colectividades
extranjeras (anglosajonas y latinas), apropiándose de los territorios nativos (con
montañas y lagunas), durante el siglo XX; quienes todavía aducen que la "Ñuke
Mapu (Madre Tierra en Mapuche), es una supuesta "tierra prometida" para esas
mentes usurpadoras y colonialistas de origen europeo.
Durante el
Gobierno de Adolfo Alsina (1876), se construyó una gigantesca trinchera llamada
"Zanja de Alsina", excavada a lo largo de la Pampa (desde Nueva Roma, cerca de
Bahía Blanca; hasta Italó, en el Sur de Córdoba); dicha zanja de 3 m de
boca por 2 de profundidad, tenía una extensión real de 400 km, que había sido
proyectada desde el Ministerio de Guerra y Marina del Gobierno Federal, instalando
una frontera, lo que hacía imposible el avance de los indígenas hacia los
centros poblados. En ese tiempo, también entró a jugar un papel crucial la
congregación Salesiana de Don Bosco (llegados a la Argentina en 1875), con su plan concreto de adoctrinar
y evangelizar INFIELES en la Patagonia; entre tanto, la iglesia católica,
eclipsaba al mundo sobre los acontecimientos con los pueblos indígenas, con un gesto
de reverencia hacia la salud de un niño mapuche de Rio Negro (Ceferino
Namuncurá).
La Isla Martín
García; es cruel testigo del sufrimiento de miles de almas indígenas condenadas
a picar piedras
(1871-1886). Las
familias traídas desde la llanura pampeana y las provincias de la Patagonia
Norte: Neuquén,
La Pampa, Norte de
Río Negro y el Sur de Buenos Aires; nunca más volvieron a su tierra de origen.
Según escritos, las
primeras campañas militares modernas en contra de los indígenas, fueron realizadas
por el general
Martín Rodríguez
, siendo gobernador de la
Provincia de Buenos Aires
, entre 1820 a 1824; continuando
Bernardino Rivadavia
quien se dedicara a hacer la guerra a
los
indios
; en 1826 se sumó a este funesto proyecto, el prusiano
Friedrich Rauch, apodado "EL CARNICERO RAUCH". En un Informe Oficial
de la Comisión Científica del Ejército Argentino registra que, en 1879 el
tucumano Alejo Julio Argentino Roca (Ministro de Guerra y Marina), inicia
oficialmente la campaña militar, con un resultado de "14.000 hombres muertos;
10.539 mujeres y 2.320 niños tomados prisioneros; y los sobrevivientes fueron
enviados a Buenos Aires, regalados y entregados como servidumbre a las familias
adineradas. De esa manera Roca, se ganó el título de CONQUISTADOR DEL DESIERTO.
El Congreso
Nacional del 13 de septiembre de 1878, planteaba claramente sobre la
"absorción y asimilación" del indio. Y las crónicas de ese tiempo
cuentan que: "la carnicería que se ha hecho con los indios fue bárbara y
salvaje (...) esos indios fueron encerrados en un corral y fusilados así como
animales y peor que animales". La forma de ultimar a los indios era: la horca,
la hoguera, el garrote o la decapitación. Schoo Lastra, Dionisio (1535-1879);
en su obra EL INDIO DEL DESIERTO escribe "causaba impresión ver a los convoyes
llegar a Buenos Aires repletos de indios prisioneros y encadenados cruzando las
calles de la ciudad, rumbo a los cuarteles o a la isla Martín García (...) eran
tantos detenidos que desbordaban esos cuarteles de Retiro, del regimiento de
Palermo, el corralón municipal del Once y la municipalidad".
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El 13 de agosto de 2017 "Tiempo Argentino" publicó una nota de Javier Borelli en la que se afirma que «El gobierno está buscando un enemigo interno en los mapuches» "y la ministra Patricia Bullrich lo dijo claramente: para ella, el pueblo mapuche es un problema para la seguridad nacional." A siete años y con Patricia Bullrich nuevamente en el gobierno la situación se mantiene igual. Siempre en desventaja para los auténticos dueños de la tierra y en ventaja para los extranjeros como Bennetton y Lewis.
En 1881 el
teniente Jorge Rohde justificaba a este genocidio, que era necesario para "convertir
a los indios en trabajadores; única condición bajo la cual podían reclamar
derecho de existencia. En su momento, la recompensa fue abierta a
incursionistas y aventureros a quienes se pagaba: "UNA LIBRA ESTERLINA POR
OREJA DE INDIO; y media libra por la de un niño". Durante esos años
(1871-1886), la Isla Martín García, pasó a ser el destino final donde miles de
almas aborígenes fueron confinados a picar piedras hasta perecer; que serviría
para adoquinar las calles de las ciudades importantes de la región. Además,
esta Isla fue uno de los puntos desde donde se enviaron indígenas para la
explotación del quebracho, la zafra; y también como soldados o marinos sumisos
para el Ejército o la Armada.
Así Domingo Faustino
Sarmiento autor de la Ley de Educación 1420 (año1884), planteaba un solo camino
que era CIVILIZACIÓN O BARBARIE; de esa manera, los indígenas quedaban fuera; a
quienes no se los consideraba siquiera dignos de ser educados; como así también
aconsejaba "que no economizara sangre de gauchos, que sólo sirve para
abonar la tierra" (carta de Sarmiento a Mitre - 1861). Esta política fue estrictamente
implementada por el grupo de la Generación del 80’ y el Partido Autonomista
Nacional – PAN, quienes intensificaron su proyecto político 20 años más, continuando
con las incursiones militares, en base al fraude electoral, la intimidación y
la violencia. En un informe militar de la época, detalla que: "el presidente
Avellaneda (1874 - 1880) solicitó niñas de entre 10 y 12 años, y "una india
sana y robusta que tenga 20 años", dando a entender que la pedofilia y trata de
blancas era habitual en ese momento.
Después de tanta
barbarie; una lamngen, Ivana Noemí Huenelaf, mujer originaria, madre y abuela
descendiente mapuche-tehuelche hija de la Puelmapu; tras el precedente del caso
de la Masacre de Napalpi, decidió presentar un reclamo penal el 16/08/2022,
para ejercer el derecho humano irrenunciable a saber la verdad sobre los hechos
aberrantes cometidos entre los años 1871 y 1886 por el Estado Argentino que se
denominó la CAMPAÑA DEL DESIERTO; siendo una acción política que arrasó con sus
propios antepasados, proyectándose hasta la actualidad sobre ella misma. La
causa quedó radicada en el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal
Nº 3, a cargo del Dr. Daniel Rafecas con asiento en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (Tribunales de Comodoro Py de Retiro) con la intervención del
Fiscalía Federal Nº 7 del Dr. Ramiro González.
La Oficina del
ACNUDH (2006) expresa que el derecho a conocer la verdad acerca de las
violaciones manifiestas de los derechos humanos y las infracciones graves de
las normas de derechos humanos es un derecho autónomo e inalienable, vinculado
a la obligación y el deber del Estado de proteger y garantizar los derechos
humanos, realizar investigaciones eficaces y velar para que haya recursos efectivos
y se obtenga reparación; bajo el marco de la figura de GENOCIDIO, en base a la
valoración de documentos públicos, intercambios epistolares, informaciones
periodísticas y expresiones vertidas en actos públicos y estatales por altos
funcionarios del Estado. Según el CONICET, este "hecho" no puede ni debe
ser ignorado por el poder judicial, al contrario, éste último hace rato que
debió actuar de oficio, atento a que gran parte de esa información está
disponible y se encuentra dentro del repositorio oficial de la ciencia estatal.
En la actualidad,
el Gobierno Nacional, desentendido sobre el tema, venía celebrando el "Día de
la Conquista del Desierto", como un hito importante; sellaba en sus monedas fuertes
la imagen de dicha conquista; inclusive, hay historiadores y revisionistas
argentinos que responden a una memoria selectiva y maliciosa de la historia, quienes
aseguran que las culturas antiguas de Abya Yala (América Profunda), fueron ‘subhumanas’.
Esta falacia se quiebra, cuando encontramos en el camino, denuncias permanentes
en obras visuales; y también en obras del género musical, como AMUTUY (Vámonos en
lengua mapuche), de los hermanos Berbel que reflexiona "¿qué conquista
festejan, que no puedo entender?"; o frases como "patriotas importados; nativos
sin orejas" de la obra "HUELGA DE AMORES" de la banda Divididos, que nos retrotrae
la historia de las valerosas mujeres indígenas de Nicaragua; o la frase de la canción
"CINCO SIGLOS IGUAL" de León Gieco donde dice
"en esta parte de la tierra, la historia se cayó".
Una frase muy
resonante de Eduardo Galeano plantea: "todos los habitantes en América tenemos
sangre indígena: unos, en las venas; y otros, en las manos"; esto me conmueve
hasta los tuétanos por lo que debo elegir en qué lado estar. De esa manera apelo
a un acercamiento sincero; entre la corriente de herederos directos de los
arquitectos de la GENERACIÓN DEL 80’ y los REFERENTES DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS en
particular Mapuche; a fin de cotejar un encuentro sobre el genocidio perpetrado
en nombre de la civilización. No quiero dejar de lado el aporte de Osvaldo
Bayer, con su película documental AWKA LIWEN, donde denuncia esa situación; y repudia
a J.A.Roca "que no tiene perdón de dios"; y lamentó "que la Argentina esté
parada sobre un territorio agrícola y ganadero lograda en base a la eliminación
de cientos de miles de almas indígenas".
Con esta nota sólo pretendo hacer un llamado a todos los
seres de bien y a las instituciones que hacen investigación histórica seria en
la Argentina, a fin de generar un sincero revisionismo sobre la campaña de
exterminio de la sociedad Mapuche entre 1871 y 1886; las cuales no fueron
gratuitas, cada expedición o incursión redituó económicamente a muchas familias
llamadas patricias, que aún hoy, son las herederas del poder y la fortuna de sus
ascendientes.
Quizás, si
lográramos "enternecer" al Poder Judicial, encontraríamos una nueva manera de saldar
deudas. Lo cual serviría para desagraviar a esas almas en pena que todavía aún circulan
y que nunca tuvieron descanso en todo este Territorio Querandí. Así también se evitaría
a que KAI-KAI-VILU y XEN-XEN VILU emerjan de su letarguía para hacer
justicia; y calmar a la gente = che, tierra = mapu (gente de la tierra), que
permanentemente invocan a los cuatro puntos cardinales, con sus kultrunes, Xuxukas y su voz ronca, gritando ¡Marichiweu,
Marichiweu!
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Wenceslao Villanueva
JUAN MANUEL DE ROSAS Y LOS PAMPAS
por Ricardo Luis Acebal
Millones de argentinas
y argentinos repiten mentiras que difunden los medios de comunicación y la web
involucrando a Juan Manuel de Rosas entre los que masacraron a nuestros
aborígenes. Fundamentalmente esas mentiras se basan en la historia falsa que se
enseña en nuestras escuelas de nivel primario y medio y aún en las universidades.
El padre de esas mentiras es Bartolomé Mitre, con quien colaboran algunos
"historiadores" actuales. Los documentos investigados por verdaderos
historiadores (como Fermín Chávez, José María Rosa...) demuestran lo contrario. A
modo de ejemplo:
Juan Catriel:
"Juan Manuel es mi amigo. Nunca me he engañado. Yo y todos mis indios moriremos
por él. Si no hubiera sido por Juan Manuel no viviríamos como vivimos en
fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel todos
seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras esposas e
hijos. Todos los que están aquí pueden atestiguar que lo que Juan Manuel nos ha
dicho y aconsejado ha salido bien..." Discurso del cacique pampa CATRIEL
en Tapalqué celebrando la llegada de Rosas al poder en su segundo gobierno.
Extraído del libro "Partes detallados de la expedición al desierto de Juan
Manuel de Rosas en 1833. Recopilado por ADOLFO GARRETON. Edit. EUDEBA. Bs. As.
1975.
Nicasio:
"Que él había acompañado en cinco campañas a Juan Manuel y que siempre había de
morir por él porque Juan Manuel era su hermano y el padre de todos los
pobres". Parte del discurso del Cacique Nicasio en Tapalqué celebrando la
llegada de Rosas al gobierno por segunda vez. Extraído del libro "Partes
detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833"
Recopilado por Adolfo Garretón. Edit. EUDEBA.
Cipriano Catriel:
"Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto pasando
a nado el Samborombón y el Salado y que jineteaba y boleaba como los indios y
se loncoteaba con los indios y que nos regaló vacas, yeguas, caña y prendas de
plata, mientras él fue Cacique General nunca los indios malones invadimos, por
la amistad que teníamos por Juan Manuel. Y cuando los cristianos lo echaron y
lo desterraron, invadimos todos juntos". Expresiones del Cacique Catriel,
extraídas del libro "Roca y Tejedor" de Julio A. Costa.
Cacique Pincén:
Rosas apeló una vez a un
humanitario "chantaje" al obligar a los indios vacunarse antes de recibir
"suministros" que había comprometido el gobierno. Así lo atestigua
Pincén cuando
relata que "...Juan Manuel ser muy bueno pero muy loco; me regalaba
potrancas, pero un gringo nos debía tajear el brazo, según él era un gualicho
grande contra la viruela y algo de cierto debió de ser porque no hubo más
viruela por entonces..." (J.M.Rosa,Hist.Arg.t.VIII).
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Cacique Pincén