El pueblo Selknam ha habitado por miles de años la Isla
Grande de Tierra del Fuego, lo que le ha permitido aprender muchísimo sobre la
naturaleza que lo rodea.
Una de las más hermosas leyendas sélknam es la de
Ksámenk, una joven mujer, que gracias a su poderoso oído pudo escuchar el
sonido de una tormenta de nieve acercándose y avisar a su comunidad para huir a
tiempo. El lugar hacia el que huyeron fue el mar, donde con el paso del tiempo
los integrantes de esa comunidad se convirtieron en delfines.
Los invito a leer esta hermosa leyenda sélknam, que nos
enseña que debemos poner atención a la naturaleza y siempre ayudar a quienes
nos rodean.
La historia de los delfines.
Una vez, una mujer sélknam llamada Ksámenk (hija de un gran hechicero) estaba
recorriendo la playa, en la que recogía peces. Tenía un oído muy agudo. Cuando
prestó atención a lo que escuchaba, oyó un sordo bramido (es decir, el sonido
de un rugido lejano). Todavía estaba muy lejos, pero se acercaba más y más.
Continuó escuchando y el bramido se acercaba continuamente. Sus padres y sus
parientes no se habían dado cuenta de nada. Por eso Ksámenk corrió
apresuradamente a la choza de sus padres y les dijo: "¡Allí en la playa he oído
un bramido sordo! Todavía está muy lejos, pero se acerca más y más. ¿Qué podrá
ser?".
De inmediato todos corrieron a la plaza. Allí ellos también escucharon el
bramido sordo. Era como si la tierra rugiera lejos, mar afuera y las olas
produjeran un gran estruendo. La gente decía entonces: "¡Muy mal tiempo
vendrá!".
Es que siempre se presenta así: cuando se acerca el mal tiempo se escucha
antes un retumbar sordo y pesado en la lejanía y la tierra tiembla. Por eso
aquella gente decía: "Ahora vendrá mal tiempo y caerá mucha nieve". Todos
comenzaron a prepararse para la tormenta. Una tormenta así proviene siempre del
Sudeste.
Puesto que este sordo bramido se acercaba cada vez más, toda la gente se
asustó. Ksámenk, que siempre había tenido buen oído, dijo a sus parientes:
"¡Debemos asegurarnos y salvarnos de aquella tormenta!".
A ello sus parientes respondieron: Sí, debemos abandonar lo más rápidamente
posible esta tierra. ¡Lo mejor será que vayamos al mar!".
Pero Kemánta, el esposo de Ksámenk, no sabía nadar. Por eso dijo: "Ustedes
pueden ir al agua, pero yo subiré allí a esa roca. Cuando la tormenta haya
pasado regresaré al territorio de mi familia". Su mujer respondió temerosa:
"Eso no es posible. ¡Debes venir con nosotros! En aquel otro mundo del agua
también se está muy bien". Sin perder tiempo sus parientes lo tomaron de los
brazos y lo bajaron de la roca. Todos le siguieron inmediatamente y se lanzaron
al mar.
Kemánta se hundió, pero sus parientes lo levantaron enseguida y lo elevaron
por encima del agua. Y así las cosas siguieron por un largo tiempo. Siempre que
Kemánta se hundía, sus familiares y amigos lo elevaban inmediatamente por
encima del nivel del agua. Todos se mantuvieron juntos. Por último ¡Kemánta
aprendió a nadar! Esto causó mucha alegría a toda la familia. Ahora todos
continuaron nadando y no volvieron a tierra firme. A partir de entonces se
quedaron en su nueva patria –el mar- convertidos en delfines.
Hoy todavía se los puede ver muy a menudo como delfines. También se puede
ver cómo Kemánta se eleva algo sobre la superficie del agua y luego se hunde
nuevamente; entonces sus familiares lo levantan otra vez. De este modo suben y
bajan constantemente cuando surcan el agua, aunque Kemánta ya sabe nadar mucho
mejor ahora.
Historia narrada por Ventura Tennesk
en abril de 1923 a Martín Gusinde.
Comentario
Esta leyenda selknam nos enseña tres cosas muy importantes:
En la Tierra del Fuego las tormentas más graves provienen del Este o del
Sudeste y se anuncian con un sonido muy fuerte. El golpeteo de las grandes gotas
de lluvia en el mar produce la impresión de un rugido (el bramido sordo).
Cuando se escucha este sonido es necesario prepararse para una fría y fuerte
tormenta.
Independiente de donde vivamos, es importante que siempre estemos atentos a
nuestro entorno y a lo que nos rodea. Muchas veces con solo mirar a nuestro
alrededor y estar atentos a los cambios que podamos percibir, ello nos ayudará
a evitar o prepararnos para situaciones o momentos que pueden ser difíciles.
Para sobrevivir a las tormentas y a los peligros de la naturaleza es
importante ser solidario y preocuparse por quienes nos rodean. Tal como a
Kemánta lo ayudaron a entrar al mar y aprender a nadar. Fue así como pudo
convertirse en delfín junto a sus seres queridos.
Fuente texto "Un viaje fantástico":
Gusinde Martín:
Los indios de Tierra del Fuego
: resultado de mis cuatro expediciones desde
los años 1918 hasta 1924, organizados bajo los auspicios del Ministerio de
Instrucción Pública de Chile. Buenos Aires: Centro Argentino de Etnología
Americana 1982-1991 4t. en 9v h. de láms. Pag. 598.
Disponible en Memoria Chilena:
http: //www.memoriachilena.gob.el/602/w3-article-74851.html
Fuente imagen
Joven selknam hacia 1920. Gusinde Martín. Hombres primitivos en la tierra
del fuego: (de investigador a compañero de tribu) /; versión directa del alemán
por Diego Bermúdez Camacho. 1ª ed. Sevilla: Escuela de Estudios
Hispanoamericanos de Sevilla, 1951. 398 p., h. de láms.
Disponible en Memoria Chilena:
http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-70850.htm1https://m.youtube.com/watch?v=ZgkSzcR7_60