Una vez Bruno escribió un poema que habla de la gente que nace en otoño, que es más sensible, más fuerte, tiene ojos aniñados y en su alma las hojas caídas de los demás...
Ella había nacido en Guasapampa, un pequeño pueblo del Noroeste, donde en la actualidad hay 700 habitantes. De joven se radicó en Villa el Libertador, Ciudad de Córdoba. Era maestra. Trabajó en movimientos populares y participó en la Comunidades Cristianas (hasta algunos dicen que se cruzó con el Obispo Ange lelli). Cuando fue detenida le gritaban que no se metiera en "cosas raras" y delate a sus cómplices. Pensaba en las familias que ayudaban con algo de pan y esa ropa de invierno que le había pedido a esa señora, que como muchos guardan egoístamente la vida; lo que les sobra... 
Un ex detenido político aseguró que mientras la picaneaban le hacían tocar unos dedos y le decían que eran de la manito que le habían cortado a su bebé apenas nacido. 
En otoño del 76 la tiraron cerca de la escuela donde daba clases. En octubre de ese mismo año, una celadora le dice: `Tenes que hacer algo en la calle`, entonces pidió que le prestaran una campera y alcanzó a decirle a una compañera: `Seguramente se trata de mis hijos`. Unas horas después fue asesinada a pocas cuadras de la Penitenciaría. Tenía 26 años. Su nombre completo es Marta Juana González. Era una mujer decidida, empujadora, dinámica. "No le costaba captar las situaciones, los planteos; era rápida, de no darle tantas vueltas. Y además era muy alegre" recuerdan los que la conocieron. Había nacido el 5 de mayo de 1950 .Hubiera cumplido 69. Aún y siempre pedimos justicia...

Marta Juana González

El archivo se enfrió
tribunal muerto de miedo
su vagón resistió
latigazo de un crudo invierno.
Calle, tierra sin luz
creación de un futuro incierto
equilibrio que juega
siempre a favor del tiempo.
Nunca el catorce mil
ni el treinta ni aun el primero
negociaron la plata
quemada del golpe enfermo.
Marta Juana González
la lucha, la tiza, el sueño
hoy habla despacito
el viejo general del miedo.
Pedacito de escuela
engrandece las aulas nuestras
ni aun quemando los libros
matan a la sangre nueva.
Los bastones quebrados
sus gorras de un gris ceniza
la marcha organizada
del hijo de tu sonrisa.
Madre mujer del cambio
salvaje en tu luz desierta
toma vida la foto
tu mirada y tu presencia.

La Cruza VL