Dicen que dicen....que a la vera del río
Paraná, donde este atraviesa tierra formoseña, vivía un gentil hombre, amante
de la naturaleza, defensor de los animales, algo desgastado por el tiempo, ojos
tristes, pelo cano en un ranchito acompañado por un zaino viejo y seis perros
que siempre lo seguían.
Todos conocían a don Roque, él amaba a los
perros y era incapaz de hacerles daño. Sus perros eran no sólo sus guardianes
sino su mejor compañía y sus más fieles amigos.
Cierta tarde, cuando el sol se ocultaba en
el horizonte, Don Roque vio venir un grupete de hombres acompañados por varios
perros flacos.
Cuando se acercaron al rancho, Don Roque les
dio las buenas tardes y luego les preguntó que andaban haciendo por allí. -
Somos cazadores -, respondieron y luego agregaron :- Ya está anocheciendo y no
logramos cazar ni un carpincho, estamos cansados y hambrientos, ¿tendría usted
algo para saciar nuestro apetito?- -Pues claro, algo ha de haber- y acariciando
dulcemente a los perros preguntó:- Y a los perros que les dan?- a lo que los
cazadores respondieron:- ¡Huesos, huesos, no más! - A lo que Don Roque les
preguntó:- ¿les gustan? - A lo que los cazadores dijeron: Pues claro, cómo no
le van a gustar, no sabe usted cómo los trituran hasta no dejar nada.- -¡Muy
bien! ? dijo en anciano y se adentro en el ranchito.
Los cazadores escucharon que Don Roque movía
cacharros en la cocina y se frotaron las manos saboreando anticipadamente el
menú, al rato el aroma que provenía del interior de la vivienda de Don Roque
era muy agradable. Al cabo de un rato, apareció el anciano acarreando dos
ollas, una con abundante carne y la otra cargada de huesos.
La olla que contenía carne se la echo a los
perros y los huesos se los sirvió a los cazadores.
-¿Oiga amigo
que nos da?- preguntaron a coro los cazadores entre asombrados y molestos.
-¡Huesos!,
¿cómo vamos a comer huesos?
Entonces Don Roque les respondió:- Si a los
perros les gusta porque no le va a gustar a ustedes, miren cómo los perros
saborean la carne, ahora ustedes trituren los huesos.