PÁGINA 12: CULTURA Y ESPECTÁCULOS 30-6-17
por
María
Daniela Yaccar
Imagen:
Guadalupe Lombardo
Ante el
estado de total abandono de la centenaria escuela de música y la falta de
respuestas por parte del Gobierno de la Ciudad, varios artistas se sumaron a un
encuentro callejero.
Las puertas del Ministerio de Cultura porteño se
convirtieron en sede de "un reclamo que tomó forma de poesía", en palabras de
Guillermo Fernández, uno de los artistas que se sumó, como Juan Falú y Bruno
Arias. Alumnos y docentes del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla
reclamaron al Gobierno de la Ciudad un edificio para la institución, que cumple
100 años y funciona en instalaciones cedidas por el Conservatorio Astor
Piazzolla -en Gallo y Sarmiento- y cinco espacios más. "Atraviesa una de las
peores crisis de su historia", habían advertido los profesores en un
comunicado.
"Es uno de los conservatorios más importantes del
país, al que asisten niños, adolescentes y adultos, y no tiene edificio propio",
se quejó una de las oradoras, Victoria Polti, docente de las carreras de Tango
y Folklore y Etnomusicología. Además de denunciar un "hacinamiento", remarcó
que no había lugar para cursos, cerraban espacios curriculares y no se
desarrollaban "actividades centrales". "Un conservatorio tiene necesidades
especiales. Se necesita una técnica específica, aulas acustizadas. Estamos en
aulas sin ventilación. Y este año tuvimos tres inundaciones. Los espacios de
arte son los primeros en ser golpeados", sostuvo. El festival fue organizado en
conjunto por la Asamblea Docente y el Centro de Estudiantes del Conservatorio
Manuel de Falla (CEMFa).
En la sede de Gallo, compartida con el Piazolla, el
tercer piso cerró en 2013 para reformas, acustización de aulas, la apertura de
una sala de conciertos y un estudio de grabación. Prácticamente todo se mudó a
otra sede, en la calle Suipacha. Además hay cuatro anexos que son escuelas
primarias. Antes de instalarse en Gallo, el Falla funcionaba -en parte- en el
C. C. San Martín. Y ahora, en lugar de atender al reclamo del edificio propio y
adecuado, el Gobierno de la Ciudad pretende devolver al grueso de las
actividades allí, según informó a PáginaI12 Gastón Ceruti, presidente del
centro de estudiantes.
"2013 fue un año de bastante organización", contó.
"Hicimos festivales, cortamos calles, estábamos en asamblea permanente. El
Gobierno reaccionó: fue cuando cerró el tercer piso de Gallo para
remodelaciones. Pero nos opusimos porque no respondían a nuestro reclamo
principal, la falta de espacio. Empezaron a alquilar una propiedad de Suipacha.
Las obras en el tercer piso iban a tardar seis meses, pero no se hicieron hasta
fines del año pasado. Lo único que hicieron fue tirar paredes; la constructora
dejó de trabajar porque el Gobierno no le pagaba. El tercer piso sigue cerrado,
prometieron que en septiembre van a terminar las obras. A nosotros no nos
soluciona la situación, que es espacial", detalló Ceruti.
El joven contó que una de las primeras actividades
de Angel Mahler como ministro de Cultura fue visitar la institución. "Se
escandalizó y prometió que en un año iba a haber un edificio. Estamos por
cumplirlo ya, pero vinieron con el proyecto de volver a trasladarnos al C. C.
San Martín, del que nos fuimos por falta de espacio. Quieren ensamblar espacios
que no tienen mucho que ver. Además, en el San Martín los alumnos estudiaban en
cocinas y en baños", protestó el estudiante, y puso como ejemplos a seguir los
casos de la Escuela de Música Popular de Avellaneda (EMPA) y la Escuela de
Música Juan Pedro Esnaola. Al panorama se suman inundaciones, agujeros en
paredes, conexiones eléctricas precarias, aulas superpobladas, instrumentos
rotos, contaminación auditiva y falta de personal administrativo y de
mantenimiento.
El perímetro de la jornada de lucha y música estuvo
demarcado por una bandera argentina que se arrastraba desde la ventanilla de un
auto hasta el acoplado de una camioneta que funcionó como escenario. De allí
colgaba otra bandera, con la leyenda "Edificio propio para el Falla, pleno uso
para el Piazzolla". Los manifestantes eran, en su gran mayoría, jóvenes: "El
futuro de nuestra Nación y de nuestra música", expresó Guillermo Fernández.
Llegaban con sus instrumentos y sus termos y mates. Pegaban carteles con la
consigna del evento en la fachada del Ministerio, en la baranda de la estación
del subte, en postes; donde fuera. Quedó cortada la mitad de la Avenida de
Mayo. A un costado había un buffet con precios accesibles que ofrecía tortas e
infusiones. Las orquestas y los alumnos del Conservatorio dieron comienzo al
festival, que contó con el apoyo de numerosos artistas. No sólo de los que
estuvieron presentes. Otros hicieron llegar audios, como Lidia Borda y Luis
Pescetti. La puesta del escenario y la logística las aportó la Unión de
Trabajadores del Estado.
El tango y el folklore comenzaron a convivir con
los sonidos de colectivos, combis y autos. A medida que avanzaba la tarde del
miércoles, más eran los curiosos que se quedaban. "Vengo a solidarizarme en un
momento especial de nuestro país. Lo quiero mucho a Mahler, soy muy amigo suyo,
no vengo a ponerme en su contra", dijo Guillermo Fernández. "Vengo por un
problema que no es de ahora. Necesitan estudiar en condiciones dignas. Los
músicos somos el corazón de los pueblos. No podemos permitir que los emergentes
estudien en estas condiciones. Estoy podrido de oír, cuando se hace un reclamo, "sos kirchnerista". Estamos con problemas en Salud, Educación, Cultura. ¡A
resistir! Me levanto todas las mañanas con mucha tristeza y angustia, aunque
laburo más que antes", manifestó, antes de entonar "El choclo" y tangos de
Cátulo Castillo, su maestro, quien, precisamente, fue docente del Manuel de
Falla y hacia 1950, director.
En este Conservatorio al que asisten 3400 alumnos,
Juan Falú creó la carrera de Tango y Folklore. "La situación es insostenible",
opinó el guitarrista y compositor. "En las venas de Buenos Aires circula música
desde hace años. Este es un descuido de la clase política que ya se conoce, el
ejemplo más patético de esa insensibilidad. Hay muy buenos edificios en el
mundo para estudiar música, tal vez con menos pasión y tesón para hacer
música", comparó. Ovacionado en cada uno de los temas que propuso, felicitó a
los estudiantes y docentes por la movilización que están encarando. Y le puso
un marco histórico al reclamo: "En los largos años que estuve en el Falla no
existía esta capacidad de movilización. No se había visto este compromiso en
mucho tiempo. Espero que sea un grito de los porteños". Cerraron el encuentro
Bruno Arias, Daniel Mazza y Patricia Zappia.