por
Ricardo Luis Acebal
Todo el mes de agosto y en especial el día en que este comienza, es el tiempo que los pueblos originarios de Suramérica han consagrado a celebrar a nuestra Pachamama, ya que se aproxima el momento de roturarla y sembrarla.
Nuestra Madre Tierra es quien nos da Vida, es nuestra única casa; nos recibe con su abrigo cuando morimos y junto al Inti Tataj (Sol) y la Mama Killa (Luna) conforman el Cosmos, del cual los seres humanos somos solo una minúscula partícula y no dueños de Él.
LA CORPACHADA
Haciendo un pocito en la tierra, formando como una "boca", la madre recibe alimento sólido y bebida que el hombre le brinda fervorosamente mientras musita una oración, un ruego, no un rezo católico ni de ninguna otra "religión", que será en kechua, en aymara, en guaraní o en castellano.
La fe en la Pacha no es de ningún modo una superstición, como despectivamente la han calificado ciertos investigadores "cultos", ni tampoco debe compararse con aspectos de la religión que trajeron los conquistadores. No debe cometerse el error de comparar a la Pachamama con la Virgen María, ni con otras deidades aborígenes, ni con los ángeles ni otras cosas por el estilo.
El culto a Inti, a Killa, a Pachamama y demás deidades son parte del complejo universo espiritual de los primeros habitantes de nuestra tierra americana.
Los antiguos habitantes de la tierra donde nos encontramos (Partido de Almirante Brown) eran los kerandí.
Los kerandí protagonizaron la primera gran defensa del territorio de lo que es hoy Suramérica contra los invasores españoles, cuando expulsaron con flechas y piedras a Pedro de Mendoza y los suyos en 1536 y no le permitieron asentarse en el sitio donde hoy está la Ciudad de Buenos Aires.
Para proseguir su plan de extender sus dominios en América fue necesario que cuarenta años después bajara desde Asunción del Paraguay el español Juan de Garay para fundar Buenos Aires.
Garay es quien, a sangre y fuego, masacró a los kerandí, no permitiendo una segunda resistencia de los indios. A tal punto los destruyó que no quedó testimonio alguno de la lengua que hablaban, cuáles eran sus creencias espirituales, si tenían alguna expresión musical...
Por ello no sabemos cómo celebrarían ellos a la Madre Tierra y por extensión a toda la Naturaleza.
Habiendo conocido las creencias de naciones aborígenes que habitaron (y aún habitan) el Norte, el Centro y el Sur del actual territorio argentino, se ha comprobado que todas sintieron (y sienten sus actuales descendientes) un absoluto respeto por la Naturaleza. Y como con toda seguridad los kerandí también la celebrarían, en nuestra zona hemos decidido un grupo de vecinos (con el auspicio de nuestras autoridades municipales) realizar la Corpachada, al modo que se hace especialmente en nuestras provincias del Noroeste.
En efecto, nuestros compatriotas jujeños, salteños, catamarqueños y tucumanos, a la vez que han abrazado las creencias religiosas que trajeron los conquistadores, paralelamente mantienen vigente la espiritualidad que nos viene de los indios.
Y entonces conviven las creencias americanas con las que llegaron con los barcos, pese a que tantas veces a lo largo de los últimos 523 años se ha intentado confundir a nuestra gente, mezclándole al "Diablo", al "Satanás" que trajeron los católicos con el culto a la Tierra. Como si todo lo que está en el centro de la Tierra le perteneciera al Diablo y todo lo que está en el Cielo a Dios.
Nada ha podido desplazar totalmente al culto americano, porque no es opuesto, ni inferior ni superior al católico. Simplemente es diferente.
INVITACIÓN AL LLAMADO DE LA TIERRA
Celebraremos pues la Corpachada. Los participantes, tanto los que iremos por primera vez como los que lo hacemos todos los años, llevaremos alguna comida (las tradicionales, con las que nos alimentamos a diario, evitando las "ultrarrápidas de plástico") y bebidas habituales (agua, saborizadas, vino...). Esas comidas y bebidas serán para ofrendar a la Pacha y para compartir con los demás participantes.
En el pocito, o sea la "boca de la Pachamama", mientras le entreguemos nuestra ofrenda le diremos (en voz alta o baja, según nuestra preferencia)
"Pahamama cusiya, cusiya, cusiya" y lo que le queramos pedir y/o agradecer con nuestras propias palabras, las que nos inspire nuestro corazón.
Cusiya significa "alégrame, dame Vida".
Pachamamax janiw jiwasankiti, jiwasanakaw. Pachamama jajapta. Janiw khitis jiwayañapakiti. (aymara)
Yvy ndaha`ei avave mba`e yvy pora ha`e i memby. Avavé ndaikatui ñambuai. (guaraní)
En castellano es: NADIE ES DUEÑO DE LA TIERRA SINO QUE SOMOS PARTE DE ELLA. NADIE TIENE DERECHO A DEPREDARLA.
CELEBRACIONES EN EL GRAN BUENOS AIRES
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EN EL PARTIDO DE LANÚS
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EN EL PARTIDO DE ALMIRANTE BROWN
Fue necesario cambiar el tradicional sitio de celebración en Adrogué, Partido de Almirante Brown, ya que pese a los reiterados reclamos a las autoridades municipales, el lugar donde durante varios años se hizo en el mes de agosto la Corpachada, nunca fue ni siquiera señalizado mínimamente como para que fuera respetado como sitio ceremonial.
Año a año quienes organizamos ese encuentro solicitamos, reclamamos aunque fuera una mínima demarcación del espacio ubicado frente a Plaza Brown (a pocos metros de la Iglesia y en un sitio que desde hace años ocupa un playón que se usa para estacionar automotores.
La cosa era cercar mínimamente la "Apacheta" como para que quienes no están enterados de que existen culturas ancestrales que merecen por lo menos el mismo respeto que todos le brindamos a las de los inmigrantes transoceánicos, no se pisoteara el sitio donde año a año centenares de concurrentes ofrendamos a la Pachamama. Es necesario puntualizar que ese sitio no está ubicado sobre el mencionado playón sino en la parte de tierra que queda totalmente a uno de los lados del mismo y que el reclamado cerco no produciría prácticamente ninguna molestia a quienes estacionan vehículos allí.
No hubo caso de que se interesara por nuestro reclamo ningún integrante de los sucesivos departamentos ejecutivos (intendentes, secretarios, etc.) ni concejales que ocuparon puestos electivos en Almirante Brown durante por lo menos los últimos diez años.
Por ello resolvimos que a partir de este año 2016 nuestra apacheta se ubique en la plazoleta "La Junta", ubicada a pocos metros del campo de la asociación tradicionalista "Los Candiles", casi en el límite entre Adrogué y Burzaco.
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EN LAGUNA DE ROCHA, PARTIDO DE ESTEBAN ECHEVERRÍA
El domingo 7 el punto de encuentro para marchar hacia el sitio donde homenajearemos a la Pachamama será la plaza ubicada frente a la estación Monte Grande del Ferrocarril Roca (tanque de agua corriente). Un ómnibus trasladará gratuitamente a todos quienes lo deseen hasta Laguna de Rocha, en el partido de Esteban Echeverría.
La hora de cita es las 10 de la mañana. La ceremonia se realizará a las 12 y aproximadamente a las 15 el mismo vehículo trasladará a los concurrentes de regreso a la estación Monte Grande.