El camalote es una planta acuática
que se encuentra en arroyos, ríos y lagunas.
Tiene hojas
grandes, de un verde intenso que al florecer produce unas hermosas flores aliladas y muy llamativas.
Dicen que dicen...que antes que llegase el
colonizador, mucho antes, vivían felices y alegres a orillas del río, unos
nativos cuyo creador era conocido como Tupá.
Cuentan que cierta vez, asombrados y
alarmados vieron llegar a gente de tez
pálida y cabellos dorados a instalarse en las tierras que ellos habitaban.
Por cierto, no fueron bien recibidos y hubo
disputas y encarnizados combates entre
ambos bandos, y si no fuera por la mediación de uno de los blancos, que hablaba
de otro Dios y cuyo accionar era mucho más pacífico, no hubiesen podido
convivir, como lo lograron por mucho tiempo.
Con el transcurrir del tiempo no sólo
llegaron a ser vecinos si no buenos amigos.
La hija del jefe invasor se convirtió en una
bella jovencita que llamaba mucho la atención por sus cabellos dorados y sus
trasparentes ojos alilados.
La muchacha no era solo bonita, si no que
era buena y compasiva. Tenía una especial devoción por los pequeños a los que
ayudaba y daba consejos.
Era ella la que curaba raspones y limpiaba
las heridas.
Cierta tarde de de verano, cuando el calor
arreciaba y las chicharras hacían oír su monocorde canto, los pequeños de piel
cobriza se divertían en el río, algunos nadaban, otros chapoteaban y los menos correteaban a la
orilla.
De repente ,
y sin previo aviso, el río enfurecido comenzó a crecer, los muchachos
más grandes comenzaron a dar la voz de alarma, cuando ya pensaban que todos
estaban a salvo, se oyeron los gritos desesperados de un niños , el pequeño
luchaba por salir pero la fuerza del agua lo arrastraba apartándolo más y más
de la orilla. Fue entonces, cuando la joven se percató de lo que ocurría y sin
pérdida de tiempo se arrojó al agua en busca del muchacho.
Ella nadó unos cuantos metros y con mucho
esfuerzo logro asirlo del cabello y sacarlo para que respirara, así lo mantuvo varios minutos a flote.
Alertado el padre del muchachito que resulto
ser el jefe de la comunidad y un experto nadador, se arrojo al agua y con un
par de brazadas llegó hasta donde ambos luchaban contra la fuerte correntada.
El logró salvar al niño, pero al volver por
la jovencita ya no la vio más, ella jamás fue encontrada.
Su cuerpo había sido devorado
indefectiblemente por las fauces del río.
Tristes y apesadumbrados le rogaron a Tupá
que alumbrase el camino de la muchacha, que heroicamente había ofrecido su vida
a cambio de la del niño.
Unidos por las súplicas, blancos y guaraníes
pedían y rogaban por el alma de la desafortunada muchacha, pero fue el shamán, quien les comunico la
buena nueva, Tupá , ante la generosidad de la joven, había resuelto que ella
viviese para siempre renaciendo en una flor acuática que adornaría ríos, lagos y lagunas de la región.
Es así como cada primavera los ojos transparentes
y buenos de aquella valiente jovencita de blanca tez alegran la vida y el
paisaje transformados en las bellas flores del camalote.
Shamán: Para
el blanco, el brujo, para los originarios el sabio, el médico y el que
intercedía entre Tupá y los mortales.
Tupá: el
gran hacedor.