En los Andes
patagónicos crecen una clase especial de pinos, los pehuenes, a los que los
mapuches consideran sagrados. A sus pies, se desarrollan unas sencillas
plantitas capaces de resistir la inclemencia del frío, los fuertes vientos y
las colosales nevadas.
Los mapuches le llaman Pilun Dewe que quiere
decir orejitas de ratón. Posee ésta pequeños pétalos de forma redonda y casi
perfectos.
Dicen
que dicen ...que andaba Pillán, el Dios de los araucanos, recorriendo sus
dominios y buscando un lugar donde levantar su ruca.
Él deseaba una casa y que los demás pudieran
admirar su poderío. Él se sentía realmente
poderoso, capaz de producir truenos y relámpagos.
Pillán quería una ruca tan brillante como
los relámpagos y tan dorada como el sol.
Después de cavilar largo rato, se convenció
a sí mismo que su ruca debía ser de oro puro.
Por muchas lunas, Pillán busco en las altas
cumbres y en los valles, en el lecho de los ríos pero por más que se esmeraba,
nunca le era posible lograr su cometido.
Sentíase defraudado, incapaz de su propio
poder.
Así fue, como deambulando solitario, se
encontró con un lonco que vivía feliz con su familia en un valle verde, rodeado
de pehuenes. El lonco se sintió muy halagado de recibir a Pillán en su humilde
ruca.
Luego de compartir su comida y al ver a
Pillán preocupado, después de meditar unos instantes le preguntó que era lo que
lo traía por aquellas tierras.
Pillán contestó: -¡oro!, necesito oro para
edificar mi ruca-.
-¡Yo
te lo daré!, con infinita dulzura, el lonco, le pidió a su mujer lo condujese
hasta donde guardaban el preciado metal, y añadió : -puedes llevártelo todo,
nosotros no lo necesitamos, el oro no trae la felicidad, sólo es bello a la
vista, pero jamás tan hermoso como nuestro amado valle, además es frío al
tacto.
-¿Estás convencido de lo que haces?-,
interrogó Pillán,-es mucho lo que me das, ¿no te arrepentirás?.-
- Porqué
debería arrepentirme, el oro no da alegría.-
Finalmente Pillán construyó su ruca. Era tan
hermosa e impresionante que él mismo se maravillaba, feliz con los resultados
pero algo cansado, se sentó para admirar su obra, fue entonces cuando recordó
al lonco y su amada familia.
¡Qué generosos y humildes han sido!, debo
recompensarlos, debo darles algo especial como recompensa.
Varias lunas se paso Pillán pensando como
reconfortar tal desprendida actitud.
El pensó que debía obsequiarles algo
importante, más importante que el oro que ellos me han dado tan
desprendidamente, algo que sea para siempre y que al verlo les dé verdadera
felicidad y les alegre la vida, tal vez de color oro para que recuerden el
recuerdo que me han hecho, sí, debe ser algo muy especial.
Sin pérdida de tiempo, Pillán creó las
violetas amarillas que engalanan toda nuestra Patagonia.
Cuando los mapuches descubrieron las
violetas amarillas decidieron llamarlas
Pilun Dewu debido a la resistencia al frío de la montaña y a la forma de
sus pétalos porque les recordaron a unos pequeños ratoncitos que viven por
allí.
Si tienes la suerte de visitar nuestra
querida Patagonia, seguro podrás reconocerlas fácilmente porque las violetas
amarillas están diseminadas por todas partes, entonces deberás recordar que
ellas simbolizan el triunfo de la humildad y la sencillez sobre el oro.