Todo ser humano vive
constantemente optando, opinando, decidiendo ante cada circunstancia que le
plantea la Vida. Por lo tanto resulta absurdo que todavía en 2016 haya personas
que sientan escozor, molestia, malestares varios, cuando ante cualquier
situación que se presenta complicando la convivencia con los demás seres
humanos alguien opine "políticamente" sobre el tema.
La opinión "neutral",
equidistante, imparcial (etc. etc.) no existió ni existirá nunca. Los músicos
opinan políticamente con su música, los docentes cuando enseñan de un modo u
otro a sus alumnos, los fotógrafos y pintores cuando encuadran, los directores
de cine y teatro cuando deciden lo que van a realizar y con qué intérpretes lo
harán, los periodistas cuando escriben y/o hablan por radio y/o televisión... Es
muy larga la lista de opciones como para agotarla aquí. Antes bien, estos son
solo algunos ejemplos y siempre las opciones son "políticas" aun cuando el
optador sea un furioso individualista, descendiente cultural de aquellos
conquistadores europeos que nos trajeron a América, entre otros, aquel dicho
que rezaba: "andando yo caliente que reviente la gente".
Frases como "en mi casa no
se habla de política" o "cuando nos reunimos con mis amigos no hablamos de
política ni de religión porque esas cosas dividen" no son otra cosa que la
revelación de la absoluta despreocupación del que las dice por el semejante. La
mejor manera de expresar el absoluto individualismo es tratar de infundir en el
semejante una especie de pavor por todo lo que exprese la opinión que encolumne
a muchos detrás de un proyecto social destinado a que toda la sociedad viva
mejor.
Entonces el autoritario
opinará: nuestro país debe gobernarse con especialistas, con técnicos, no con
políticos.
Y habrá alguien que
recordará con nostalgia al gobierno de Franco en España y a una de sus tantas
frases célebres: "Yo en España no tengo políticos y me va la mar de bien".
A mi como peronista (de
Perón, Evita, Néstor y Cristina) me gusta hablar de política (subrayo: hablar,
dialogar, no gritar e insultar) con radicales, socialistas, comunistas, etc. y
me parece increíble que todavía haya compatriotas suramericanos que afirmen que
"la política es para los políticos" (¡¡!!), que una cosa es "la música" y otra
"la política", que una cosa es "la cultura" y otra "la política"... y siga
agregando usted que la lista continúa.
LA DIGNIDAD DEL PUEBLO JUJEÑO
Acerca de rebeliones de
nuestro pueblo coya en territorio jujeño en contra de la explotación que
sufrían por parte de terratenientes ricos y que fueron reprimidas a sangre y
fuego por fuerzas que eran fieles al proyecto de país del señor Bartolomé
Mitre, transcribo:
"Boletín del Instituto de Historia
Argentina y Americana Dr. E. Ravignani
Tercera Serie, núm. 4, 2do. semestre de 1991.
RESISTENCIA Y REBELIÓN CAMPESINA EN LA PUNA DE JUJUY,
1850-1875 por Gustavo L. Paz (Becario CONICET-CEDES, Profesor adjunto del
Departamento Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de
Buenos Aires)
Introducción
En la tarde del 4 de enero de 1875, luego de un
fatigoso ascenso hasta las serranías de Quera, las milicias de Jujuy y Salta
enviadas a la Puna a restablecer el orden -unos 1.000 hombres- encontraron a
más de 800 indígenas que poco antes se habían parapetado en esas alturas. El
combate se trabó inmediatamente. En él, como relata el informe oficial, -los
bravos indígenas de la Puna [...] se batían cada uno por su cuenta, pero con un
valor superior a todo elogio´ La lucha duró unas tres horas, y al anochecer los
rebeldes comenzaban a dispersarse huyendo de la encarnizada persecución de los
soldados.
Al día siguiente, el comisionado gubernamental contaba
194 indígenas muertos y 231 prisioneros, entre ellos 87 heridos. Las milicias
solo habían perdido 73 hombres. El gobernador podía jactarse de haber `deshecho
completamente las hordas salvajes` y restablecido el orden en la puna jujeña.
Este violento episodio pudo ser considerado como un
capítulo más en la imposición del orden estatal en los confines del territorio
argentino, tal como lo presentaba la oligarquía local, para quien en Quera
había sido aplastada `la última montonera que subsistía en la República`."
Una de las ceremonias de homenaje en Quera, el 4-1-2015 (Foto: "El Tribuno de Jujuy")
El informe continúa. Esto
es solo un botón de muestra.
He tenido el privilegio de
que mi profesión me permitiera viajar decenas de veces por la Quebrada de
Humahuaca y diversos rincones de la Puna, tanto jujeña como salteña.
He hurgado todo lo prudentemente
posible acerca de la presunta "indolencia" coya ante la explotación que sufre
desde hace quinientos y pico de años. Y de sus rebeliones, y de sus héroes (que
desde luego lo son también de todos los argentinos y suramericanos que no
aceptamos que unos pocos nazcan para mandar y los muchos para ser mandados) y
en los últimos años he intentado acercarme lo más posible (ya que no resido en
Jujuy) al Movimiento Túpac Amaru, sus acciones y sus logros concretos.
Y afirmo que las peores
críticas hacia nuestros hermanos en lucha es que son "sectarios" (sic) y que su
dirigente más visible, Milagro Sala, es pérfida, soberbia, poco menos que un
monstruo, a quien solo le interesa "el poder". Y precisamente esos
calificativos los he escuchado invariablemente de la boca de representantes
variopintos políticamente de ese "poder" que "pacificó la Puna en 1875" y
varias veces después.
Ahora sí, a continuación
de una introducción que creí necesaria hacer (ante tanta opinión sin fundamento
que se lee y/o se escucha en estos días) deseo felicitar a la periodista Sandra Russo por la nota publicada en
contratapa de "Página 12" el sábado
23 de enero de 2016.
Ricardo
Luis Acebal
Aquí va:
El
orgullo de Milagro
por
Sandra Russo
Milagro Sala 2015
En la semana se viralizó una presunta nota que salió en TN, aunque no
conozco a nadie que la haya visto en la pantalla. Apareció en las redes
sociales decenas de veces, pero lo que aparecía era la transcripción de un
diálogo entre una ignota notera de TN y una mujer de la Tupac Amaru que estaba
haciendo el acampe en la plaza Belgrano de San Salvador. La notera preguntaba:
"¿Por qué está usted aquí, acampando hace más de un mes?", y la mujer
contestaba: "Estoy aquí con la Milagro porque no quiero que mi hija termine
siendo sirvienta suya, señorita".
En rigor, es raro que si esa nota
existió nadie la haya capturado. Quizá la nota haya existido, quizá se trate de
una captura de otro tipo de realidad, que es la que subyace a la detención del
chivo expiatorio y ejemplar elegido por el gobierno de Mauricio Macri, y que
tiene como su brazo ejecutor al gobernador Morales. Si llegó a circular el
rumor de que esta revancha de Morales contra quien le desarticuló su sistema
punteril no era bien vista desde Buenos Aires, la respuesta de Macri a la
pregunta de Alejandro Bercovich en Davos despejó toda duda: Macri identifica la
riqueza con la bondad, y la pobreza con la maldad. Repreguntó qué hizo de malo
Leopoldo López para que lo comparen con Milagro Sala. Lo de "hacer algo malo"
es el nivel de especificación política al que nos quieren hacer descender,
habituados y demandantes como estamos y somos después de años de políticas
explicadas detalladamente -sí, en la cadena nacional-, para que el pueblo
comprendiera, aunque no se tratara casi nunca de decretos, la necesidad y la
urgencia de cada medida. "Hacer algo malo" es de la primaria, y tratándose del
actual Presidente, deriva de ese lugar en el que él mismo se ubica, tan por
encima todo. Desde ese lugar, no obstante, Macri da la sensación de ser, en
efecto, alguien que no tiene incorporada en su profundidad subjetiva eso que
hace que otros se hagan cargo de lo que depende de ellos. No siente
responsabilidad por el dolor que provocan sus medidas. El viejísimo cuento del
coraje que hay que tener para ser impopular. Mentira. El coraje se necesita
para lo contrario. Volviendo a la escena de Jujuy, si la nota existió fue
buenísima, y si no existió, es muy verosímil. Es el estilo de respuesta de la
Tupac. Recuerdo una escena que me contaron ellos, que ocurrió hace varios años,
cuando un primer grupo de cooperativistas llegó a Buenos Aires para hacer unos
trámites. Iba ese grupo subiendo hasta un piso muy alto en un ascensor. Para
casi todos, ésa era la primera vez en sus vidas que se subían a un ascensor.
Venían de los cerros, de los suburbios de San Salvador. El ascensor lo manejaba
un ascensorista. El ascensorista, según me contaron, los miraba mal. De pronto
les miró las caras tensas y oscuras y se dio cuenta de que estaban nerviosos.
"¿Allá de donde vienen no hay ascensores?", les preguntó, con un tono sobrador.
Uno de los que estaban nerviosos reaccionó inmediatamente: "Sí que hay. Lo que
no hay son boludos adentro que se pasen el día tocando botones".
Es una impronta, y quizá se la haya
dado Milagro. Ella es altiva. Es orgullosa. El orgullo no fue dado, fue
adquirido, trabajado. No hubo transición gradual entre la humillación y el
orgullo. No sé si eso era posible. Los cooperativistas de la Tupac, los que hoy
están en el acampe porque quieren garantizar sus puestos de trabajo, y quieren,
además, ser representados por quien ellos eligieron, sienten orgullo por lo que
hicieron con sus vidas. Saben perfectamente que con organización, seguirán
siendo clase trabajadora con vida digna, y sin organización volverán a rodar
por la incertidumbre de si se come o no se come cada noche. Nos ha tocado en el
gobierno gente sin un solo dedo en la frente, porque solamente con dos, nadie
puede reprocharle a otro ser humano reclamar por su dignidad como persona.
Ese orgullo que Milagro impregnó en la
Tupac, en efecto, proviene de la reversión de ciclos de humillación
ancestrales. En sus escuelas, aprenden niños, jóvenes y adultos que no son
menos que otros por tener la piel oscura o los ojos achinados. De la
humillación salen dos vías: el resentimiento o el orgullo. El resentimiento es
para los que se quedan quietos y hundidos en sus complejos de inferioridad. El
orgullo es para los que decidieron moverse juntos y lograr conquistas.
Por otro lado, no puede dejar de
señalarse que la primera presa política de la democracia se dice, así, en
femenino. Es una mujer, y portadora de una feminidad revulsiva para buena parte
de la sociedad jujeña y nacional. Durante los últimos ocho años batallaron con discordia
contra otro tipo de feminidad que les resultaba insoportable. La de Cristina.
Cada una en su ámbito, a las dos se las ha acusado de "mandonas" (Mirtha
Legrand y Hugo Moyano dixit). Por el lado de la ex presidenta, ahora están a la
luz los poderes que enfrentó, la trama de pillaje contra la que se constituyó
en un dique. Por el lado de Milagro, se recorta en los grandes medios y en las
descripciones oficialistas ("¿Qué hizo de malo Leopoldo López para que lo
compares con Milagro Sala?") un desprecio de género, como si se le reclamara
que no fuera la mujer que es, forjada bajo la intemperie donde no siempre se
sobrevive a la noche.
Las piletas, las decenas de piletas
desparramadas en Jujuy provienen de la experiencia de humillación que pasó
Milagro, extendida a la que padecieron durante décadas los sectores populares
jujeños. Cuando ella era niña, y su mamá adoptiva la mandaba con sus hermanos
blancos a la única pileta pública que había en San Salvador, no la dejaban
entrar. Pasaban sus hermanos, ella no. Sus hermanos se solidarizaban con ella,
y todos volvían a la casa sin bañarse. El guardia de la pileta le decía que no
porque era india y los indios tenían piojos.
Más aún que las viviendas, son los
parques acuáticos de la Tupac los que reflejan ese movimiento de la humillación
al orgullo que la tuvo a Milagro por batuta. La tierra, el techo y el trabajo
lo han tenido. Y con el abaratamiento de la construcción, porque son ellos
mismos los que hacen los ladrillos, los que hacen las aberturas metálicas, los
que hacen los muebles y la ropa blanca, hicieron las piletas. Las piletas son
el orgullo del barrio, no sólo por su tamaño monumental, por su ornamentación y
su entorno -que son los cerros de colores y la réplica a escala del templo del
Tiahuanaco-, sino sobre todo por su significado. Lo que dicen a través de sus
piletas es que sus niños no sólo tienen lo necesario, sino que sus niños no son
menos que nadie.
Ahora el gobernador Morales ordenó
cerrar los grifos para que nadie se bañe. Quiere volver a humillarlos, porque
si quisiera gobernar, debería sentarse a hablar, no es tan difícil de entender
que un gobernador cualquiera que debe convivir con una gran organización
opositora debe encontrar puntos de acuerdo y formas de convivencia civilizada.
Morales no quiere gobernar, sino humillar, y tan groseramente, que desde que se
propuso aplastar a Milagro la ha convertido en algo más que la líder de la
Tupac Amaru. Milagro ya es un símbolo de la lucha social dentro y fuera de la
Argentina.
2022: SEIS AÑOS DE ABSURDA E ILEGAL DETENCIÓN
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