En la Cordillera, al promediar el verano se
produce la cosecha del piñón o nguilliú, fruto del pehuén. Esta costumbre de
recolectar el nguilliú recibe el nombre de piñoneada y es una de las
actividades socio-económicas más ancestrales que se produce entre los meses de
febrero y abril.
Hoy en día, las familias se trasladan en
carros, catangos o camionetas hacia los piñares, donde se establece por dos
semanas. Una vez allí, juntan el preciado fruto de la araucaria, para luego
comercializar una parte y el resto es enterrado para poder consumirlo en el
transcurso del año. Con el fruto del piñón los mapuches realizan varias
comidas, algunos los cuecen al rescoldo, o se fabrica una bebida llamada Muday.
También algunos las ensartan unas tras otras, formando tiras y con ellos
collares a los que dan el nombre de chichoca.
El rehue es un altar formado por el tronco
de un árbol o conjunto de árboles en torno del cual se ruega. En la piñoneada,
en torno a la araucaria suele formarse el rehue para el nguillatún. También el "pino santo" suele reunir en su derredor a los que llevan a cabo la rogativa,
para luego dedicarse a piñonear. Los mapuches dan al fruto del piñón la
condición de mana, por lo que se considera una fiesta religiosa. .